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Viaje a Cúcuta: el quiebre de la política exterior de Estado

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Agencia Uno
POR Maria Catalina |

Si había un asunto que unía a oficialismo y oposición eran las decisiones de Estado en relaciones internacionales. Eso cambió. El anunciado viaje del Presidente por la crisis en Venezuela marca un antes y un después.

“El respeto a la democracia, las libertades, el Estado de Derecho y los derechos humanos, han sido principios que han iluminado y orientado siempre la política exterior chilena. Estoy expresando fielmente mi compromiso y el de Chile con esos principios, que siempre ha respetado y va a seguir respetando”.

De esta forma el Presidente Sebastián Piñera respondió a las voces de oposición que han criticado el modelo que ha seguido para diseñar las relaciones exteriores. Así, de manera bastante inusual para la tradición republicana del país, la política exterior descendió del sitial de “Estado” en que los actores políticos solían respaldar las decisiones de los Mandatarios de turno. 

El viaje a Cúcuta y la creación de Prosur

Un viaje y una entidad regional provocaron el quiebre de la tradición. Todo quedó resumido en dos tuits el lunes 18 de febrero.


Ese día, el Presidente anunció que viajaría a la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta para proporcionar alimentos y medicinas como ayuda humanitaria. A ello se añadió la propuesta de  reación de un nuevo grupo latinoamericano, denominado Prosur, que busca reemplazar el paralizado Unasur.

Dos excancilleres, dos exembajadores, exministros, exautoridades y parlamentarios firmaron una declaración conjunta en que acusaron a la actual administración de “abandonar” la política de Estado y optar “por un sistema inconsulto que traerá consecuencias”. Consideran que el viaje a Cúcuta no es un hecho aislado, sino que una más de las decisiones que Piñera ha tomado en el marco de su giro en el ámbito de las relaciones internacionales.

Mariano Fernández, el extitular de Relaciones Exteriores del primer gobierno de Michelle Bachelet y quien firmó el escrito, dice a PAUTA que tanto Piñera como Roberto Ampuero están actuando sin entrar en consulta con los partidos políticos, “como tradicionalmente se ha hecho en Chile”.

La idea de esas consultas, que según Fernández el Presidente ha pasado por alto, es que, a diferencia de otras materias, “en política de exterior se trata de representar lo que quiere el país. Es cierto que es resorte del Presidente, pero el buen tino no obsta de aquello. En este caso, por ejemplo, se rompieron relaciones con Venezuela sin consultarle a nadie”.

Esta ruptura, como expone el exsecretario de Estado, también se evidenció en que se está impulsando Prosur sin la posibilidad de que Unasur sea reformado y en que no se firmó el acuerdo de Escazú. Otro ejemplo es el rechazo al retiro del Pacto Migratorio de Naciones Unidas. “No estamos echando por la borda solo métodos de trabajo, sino que también opciones”, recalca Fernández.

Este planteamiento es compartido por el senador socialista y excanciller José Miguel Insulza, quien en entrevista en Pauta Final instó al Mandatario a cancelar su viaje a Cúcuta. “Yo no cuestiono su derecho [de Sebastián Piñera] de conducir la política de exterior, pero creo que lo está haciendo de forma distinta […] Como los demás se quedan medios callados, el presidente de Colombia invita al presidente de Chile y el Presidente se las compra todas”.

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“A mí me parece que esa no es la política de exterior que hemos seguido siempre. A todas las cosas va. El vocero de la política actualmente es el Presidente Piñera. Yo no escucho al presidente de Brasil decir ni la cuarta parte de lo que dice él. Nuestro Presidente cuando fue elegido no anunció que iba a ser el líder de la derecha de América Latina. Hoy todo el mundo lo ve así”, subraya Insulza.

De acuerdo con el análisis que hace quien estuvo a la cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores en el gobierno de Ricardo Lagos, Ignacio Walker (DC), los anuncios del actual Jefe de Estado en relación con Venezuela no han hecho más que desviar la atención de lo que realmente importa, “el drama humanitario” que enfrenta ese país.

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La estrategia podría tener relación con las encuestas, sostiene Ignacio Walker. Lo menciona porque la ciudadanía, hasta al menos antes del anuncio de su viaje y como expone Cadem, daba el visto bueno a la gestión. Para el excanciller, eso sí, este giro implica un peligro: “Usted no puede actuar en la política de exterior chilena sobre la base de encuestas o climas de opinión pública. Es algo demasiado importante”.

Siguiendo esa lógica, lo que Piñera ha hecho es caer en una “ideologización, politización y banalización de la política de exterior al servicio de cálculos políticos internos”. Continúa Walker: “Tengo la impresión de que el Presidente, más que como Jefe de Estado, está actuando como jefe de Gobierno y como líder de una coalición política”.

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El exsubsecretario de Guerra Gabriel Gaspar plantea que la coalición de Gobierno podría estar buscando “que produzcan contradicciones con la oposición. Eso es usar la política de exterior para fines internos”, ejemplifica.

Ese “error”, para Gaspar, tiene que ver con que en la Cancillería no hay funcionarios de carrera, por lo que la cartera también ha perdido toda posición. “La política de exterior se dirige desde La Moneda”, critica.

Precisamente esa falencia que existiría en la Cancillería es a la que apuntó el 14 de diciembre pasado el exministro de Relaciones Exteriores Juan Gabriel Valdés, en entrevista con PAUTA. Sostuvo que le constan esos problemas, “porque me lo dicen desde dentro de la Cancillería”: en la cartera “no hay decisiones colectivas, no hay contacto, no hay diálogo, es una institución que está claramente en una situación depresiva”.

En el oficialismo hay apoyo al nuevo estilo

Piñera no está solo en este camino. El oficialismo aparece también cohesionado en su defensa a la gestión del Mandatario.

En conversación con PAUTA, el exministro de Relaciones Exteriores del régimen militar Hernán Felipe Errázuriz asegura que el Presidente ha tomado “una actitud muy proactiva que representa, sin duda, a la mayoría de los chilenos”. 

Si bien coincide en que ha existido una mutación en la política exterior, cree que obedece a los cambios de los gobiernos en América Latina y que en ningún caso implica dejar de lado una visión de Estado. “Creo que existe absoluta política de Estado en cuanto a la defensa de la sobernía nacional, a los principios permanentes de la política de Chile y claramente hay una afinidad de este gobierno con la mayoría de los gobiernos de la región, que son de derecha”, comenta. 

Manuel José Ossandón (RN), senador integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, coincide con Errázuriz y agrega que el Presidente se está haciendo cargo de los “vaivenes propios de enfrentar distintos conflictos”.

“En Chile todo se politiza. Ante cualquier debilidad supuesta, la oposición intentará poner mal al Gobierno”, afirma. Reconoce que “en política de exterior Chile siempre ha tenido la tradición de actuar en conjunto”, por lo que espera que en esta oportunidad no se dé una situación distinta. No obstante, las fuertes críticas que han llegado desde la oposición y la “ideologización” de la crisis en Venezuela hacen poco probable que se configure una política externa “con un solo pensamiento”, apunta el parlamentario. 

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Buscando dar un espaldarazo más potente a las acciones de Sebastián Piñera, como publica hoy La Tercera, diputados UDI pedirán una sesión especial de la Cámara Baja para el miércoles 6 de marzo.

Esperando contar con la asistencia del canciller Roberto Ampuero, pretenden también evaluar cómo los países que integran el Grupo de Lima pueden lograr que Nicolás Maduro abdique.