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El espinoso destino al que vuelve Bachelet en la ONU

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POR Eduardo Olivares |

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas tiene un presupuesto recortado y enfrenta crisis más complejas que ONU Mujeres.

Es otro alto cargo internacional para Michelle Bachelet. Y otro que asumirá tras dejar la Presidencia de Chile. Pero si en la ocasión anterior asumió como directora ejecutiva del recién creado ONU Mujeres, el puesto que aceptó ahora es más expuesto y complejo. Sus antecesores lo atestiguan.

Este miércoles, y por medio de un tuit, la oficina de noticias de la ONU anunció que el secretario general del organismo multinacional, António Guterres, nominó a la expresidenta Michelle Bachelet como alta comisionada para los Derechos Humanos del organismo para sustituir al jordano Zeid Ra’ Ad Al Hussein, quien deja su puesto el 31 de agosto. Ahora resta que la Asamblea General se pronuncie sobre el nombramiento.

El excanciller y actual timonel del PPD, Heraldo Muñoz, asegura que esta votación es un mero trámite y apuesta a que Michel Bachelet será designada por aclamación. “En mi experiencia, cuando el secretario general de la ONU presenta un candidato, la Asamblea siempre vota a favor. Esto se debe a que antes de proponer un nombre se hace un trabajo previo de consulta a todos los grupos regionales que conforman el organismo”, explica. Por eso, agrega Muñoz, “es una gran noticia y un orgullo para el país la noticia que acabamos de conocer”.

El Presidente Sebastián Piñera felicitó el nombramiento. Por medio de una declaración oficial publicada en Twitter, el Mandatario aseguró que confía plenamente que será ratificada prontamente por la Asamblea General de la organización. Asimismo, le deseó “éxito y sabiduría” en el desafío, “cuya tarea es ampliar y profundizar el compromiso de la comunidad internacional con los valores universales de la dignidad humana”.

Bachelet siempre fue la candidata favorita de Guterres para el cargo. De hecho, se lo ofreció por primera vez a fines del año pasado, según recuerda Heraldo Muñoz: “En diciembre la presidenta me contó que el Secretario General de la ONU la había llamado para ofrecerle el cargo. Sin embargo, en ese entonces ella no estuvo disponible. Quería quedarse en Chile y aportar al país a través de una fundación”.

Con todo, y según lo observado en los últimos días, Guterres insistió y logró convencerla. “Ella reúne todas las condiciones para cumplir con éxito las tareas que impone este cargo: conoce muy bien las estructuras de Naciones Unidas tras su paso por ONU Mujer. Su historia personal y sus labores como mandataria le dan experiencia en temas como salud, infancia e igualdad de género, que serán de gran ayuda para su nuevo desafío. Además, goza de alto prestigio internacional”, resume el excanciller.

“Guterrez pensó en Bachelet porque sabe que lo hará bien. Ella es muy aplicada y conciliadora, se va a lucir. Pero además es discreta y no le hará sombra al Secretario General durante los tres años que le quedan en ese cargo. Después de eso, quedará en una inmejorable posición para ser la próxima secretaria general de la organización, pues las materias de DD.HH. es una de las pocas áreas donde la ONU sigue teniendo una importante presencia e influencia en el concierto internacional”, asegura un estrecho colaborador de la exmandataria.

El camino de espinas

A estas alturas pocos dudan que el paso de Michelle Bachelet por ONU Mujeres pavimentó su regreso a La Moneda. Hoy, especulan muchos en el mundo político, los dardos de la exmandataria chilena apuntarían a la Secretaría General de Naciones Unidas, cargo que nunca ha sido ocupado por una mujer. Con todo, hay versiones que ponen en duda este supuesto plan.

Según Heraldo Muñoz, el cargo que asumiría Bachelet en Ginebra es muy difícil, pues debe promover y defender los derechos humanos en el mundo y no todos los países cumplen con estas materias. “Hay países donde se violan sistemáticamente los derechos humanos y hay otras naciones que no contribuyen a la persecución de estos principios. Estados Unidos, por ejemplo, un país que históricamente apoyaba a esta oficina con decisión, hoy muestra una actitud más bien crítica a esta estructura de Naciones Unidas”.

Una opinión similar tiene la abogada y experta en temas internacionales Paz Zárate: “El alto comisionado para los Derechos Humanos está lejos de ser una tarea palaciega, es un trabajo que exige mucho sacrificio y es muy expuesto, muchísimo más de lo que era ONU Mujeres. Si la gente tiene la idea de que ella va a ‘pasarlo bien’ están muy equivocados”. Zárate explica que la tarea que asumirá Bachelet supone vocerías constantes y mucho terreno. “Los viajes son incesantes y su presencia en primera línea en las situaciones más graves de violaciones a los derechos humanos en el mundo, que en el último periodo se han multiplicado, son imprescindibles”, precisa.

Puede llegar a ser tan complicado el puesto, que en algunos casos peligra la vida. El brasileño Sérgio Vieira de Mello, alto comisionado desde 2002, resultó muerto tras un atentado bomba cuando estaba en un hotel en Bagdad, Irak, en agosto de 2003.

Escucha la entrevista de Paz Zárate en Primera Pauta:

“Moledora de carne”

El actual alto comisionado, el príncipe jordano Zeid Ra’ad al-Hussein, ha sido un crítico declarado de varios políticos en distintos países. Ha cuestionado las políticas de Donald Trump en Estados Unidos, Marine Le Pen en Francia o Rodrigo Duterte en Filipinas, entre varios más. Sobre la política de tolerancia cero de Trump, que implicó la separación de niños de sus familias durante los procedimientos de detención a inmigrantes ilegales, planteó: “En Estados Unidos, estoy sumamente preocupado por las políticas recientemente adoptadas que castigan a los niños por las acciones de sus padres. El pensar que un Estado busque desalentar a los padres por medio de causar tal abuso sobre los niños es inadmisible”, dijo en junio.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos se relaciona con el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que lo componen 47 países y del que Estados Unidos anunció su salida en junio. Entre los motivos esgrimidos por Washington para salir de ese órgano están el que varios de los miembros tienen credenciales dudosas en materia de derechos humanos (como Venezuela o Corea del Norte) y, especialmente, lo acusan de sostener una agenda anti-Israel y pro-Palestina. De hecho, Bachelet tendría que referirse a la situación de derechos humanos de países como la propia Venezuela o Cuba.

Además, la exmandataria chilena deberá afrontar una unidad con presupuesto recortado. De acuerdo con el balance hecho por su predecesor, varias de las líneas de recursos se redujeron entre 5% y 25% en el presupuesto 2018-2019. “Los mandatos oficiales en materia de derechos humanos continúan creciendo en número y alcance, pero los recursos del presupuesto regular no van al mismo ritmo”, criticó Zeid en un documento oficial. Los donantes contribuyeron con US$ 142,8 millones al presupuesto 2017, el 36% del cual provino de Estados Unidos, Suecia y Noruega.

Expertos en derecho internacional comentan que esa repartición se ha convertido en una verdadera “moledora de carne” y que luego de pasar por ahí hay pocos funcionarios que persistan en labores en el organismo. “Es aventurado pensar en que Michelle Bachelet esté pensando en este cargo como un trampolín. Ella es de esas personas que se dedican en cuerpo y alma a hacer bien la tarea encomendada y no está pensando como en el ajedrez en su próxima jugada”, agrega Muñoz.

Un excolaborador de Bachelet, no obstante, asegura que la expresidenta va a brillar en su tarea, pues por naturaleza y personalidad está hecha para ese cargo. “Ella es una conciliadora innata y tiene gran carisma, para las partes en conflicto será muy fácil entenderse con ella”, sostiene.