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¿Qué tan “verde” es el Presupuesto 2020?

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Crédito: Pixabay
POR Marcela Gómez |

Un ejercicio realizado por PAUTA eligió tres entidades y 21 programas que apuntan a proteger el medio ambiente. Comparó los recursos que están gastando hoy con los que se les asignan para el próximo año.

La preocupación global por el cambio climático, la visibilidad de los problemas de contaminación en Ventanas-Puchuncaví y realización de la cumbre COP25 en Chile son solo tres razones por las cuales este año la protección del medio ambiente se ha posicionado con fuerza en el debate público. ¿Considera esta prioridad el Presupuesto 2020?

Para saber qué tan “verde” es ese proyecto de ley, PAUTA seleccionó un conjunto de programas que cumplen un rol central en protección del medio ambiente y combate del cambio climático, y comparó el gasto fiscal que están ejecutando este año con el asignado para 2020.

En total, se evaluó el gasto de tres instituciones y 21 programas de los ministerios de Medio Ambiente (10), Energía (3), Agricultura (7) y Economía (1). Se incluyeron los $761 millones que se destinan para la cumbre COP25. Los ítems de gasto seleccionados se detallan en las tablas anexas.

Este ejercicio mostró que, en los programas seleccionados, los recursos suben de los actuales $257.591 millones (US$ 378 millones, usando el tipo de cambio empleado en el erario, de $680 por dólar) a $273.831 millones (US$ 402 millones). Es decir, en la muestra de programas seleccionados, el presupuesto “verde” crece 6%, un avance similar al que registran los recursos para las carteras de Salud (5,7%) y Economía (6,5%).

Ponderando los mayores recursos

En la muestra, el financiamiento para protección ambiental, promoción de energías limpias y cuidado del patrimonio natural, entre otros, crecen el doble del gasto promedio del presupuesto 2020, que lo hace en 3%, según fuentes oficiales.

Para el director de WWF ChileRicardo Bosshard, no necesariamente hay una correlación directa entre gasto e impacto. “Tenemos estudios que muestran que es más importante tener una planificación estratégica e implementar bien los planes, que el total de fondos disponibles. Por lo tanto, tan importante como la cantidad de recursos es la planificación estratégica, la buena gestión e implementación”, explica. A su juicio, más que ponderar que algunas partidas hayan bajado o subido, es necesario entender bien el trasfondo de estos cambios presupuestarios.

Coincide la especialista en temas ambientales de Espacio Público, Violeta Rabí, quien considera que es muy importante hacer seguimiento a la ejecución del gasto y monitorear su efectividad de las políticas que se financian.

La experta dice que es positivo que el gasto crezca 6% en un tema muy central en la preocupación pública como el cuidado del medio ambiente, pero que esa buena noticia se relativiza cuando, por ejemplo, los recursos para la oficina GPS del ministerio de Economía suben mucho más, llegando a 11%. “No estamos hablando de algo que se pueda equiparar en términos de jerarquía o importancia, sino de una oficina que presenta información que ya está en otra plataforma y centraliza procedimientos para que los proyectos de inversión avancen más rápido. No sabemos cómo ese acompañamiento influye en calidad de decisiones que se toman en el Estado”, afirma.

Alzas y bajas

Desde Libertad y Desarrollo (LyD), la investigadora en temas de medio ambiente y recursos naturales, Alejandra Palma, destaca el aumento de recursos para la Comisión Nacional de Riego (CNR, $10.577 millones), lo que “está en línea con las prioridades de un país que pasa por una megasequía y que debido al cambio climático experimentará una mayor escasez hídrica en el futuro”. No obstante, el presupuesto para CNR fue rechazado en la subcomisión mixta por estimarse que se requieren más recursos para enfrentar la emergencia hídrica.

La economista también releva el alza para el programa de calefacción sustentable ($3.250 millones), que reduce las emisiones de contaminantes locales debido a la calefacción residencial a leña, mediante un copago que facilita el cambio a una tecnología más limpia y que reduzca la contaminación intradomiciliaria que tiene fuertes impactos en salud. “Sin perjuicio de que existan aspectos perfectibles en el diseño o la implementación del programa, creo que la priorización que ha dado el Gobierno a este tema va en la dirección correcta”, comenta.

Ricardo Bosshard destaca el aumento de 8% en el presupuesto anual del Ministerio de Medio Ambiente y que se incrementen los recursos para algunas áreas clave que WWF ha querido relevar en su propuesta de 15 puntos para subir la ambición de los compromisos climáticos de Chile. Por ejemplo, un 17% más en áreas silvestres protegidas o un crecimiento de 20% para el plan de eficiencia energética.

Junto con valorar los avances que muestran algunas partidas como las ya señaladas, la especialista de Espacio Público plantea que también es clave conocer las razones tras la caída en algunos gastos, como los planes de descontaminación y recuperación, arborización urbana y protección de áreas marinas y humedales.

Especial preocupación muestra respecto del Fondo de Protección Ambiental, pues “no se entiende el retroceso en los aportes si en el proyecto de ley marco de Cambio Climático aparece con un peso importante, ya que se plantea como base para implementar  el financiamiento de las acciones”.

Institucionalidad ambiental

En cuanto al presupuestro para la institucionalidad ambiental, Violeta Rabí valora que la SMA registre un avance de 9% en los recursos públicos para 2020, pero advierte que ese aumento "podría haber sido mayor, dado que es el único servicio con un rol fiscalizador y capacidad para monitorear la implementación de las políticas".


 

Explica que en un estudio que realizó Espacio Público se detectaron déficits importantes en la SMA, principalmente en recursos humanos, en la capacidad de contratar estudios y levantar sistemas de monitoreos independientes para contrastar la información que entregan las industrias.

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