Actualidad

La crisis social desde la óptica crítica de un liberal millennial

Imagen principal
POR Fernanda Valiente |

El economista y miembro de la FPP Fernando Claro conversó con Cristián Warnken sobre las causas que explican el protagonismo de esta generación en las protestas.

A sus 35 años, Fernando Claro, economista por la Pontificia Universidad Católica de Chile y miembro de la Fundación Para el Progreso (FPP), se declara como uno de los millennials más viejos. Una generación que creció con los inicios de la digitalización y que suele ser criticada, en vista del poco manejo de los problemas que pueden enfrentar. En otras palabras, una generación que ha estado cruzada por el estigma de tener poca tolerancia a la frustración. 

Claro es un observador crítico de la realidad. Quizás la capacidad de mirada atenta la desarrolló con el despliegue de otra de sus pasiones: las aves. De hecho, junto a Juan José Donoso, Claro creó el libro Geografía de pájaros: Chile central, el cual presenta los comportamientos y las características de las diferentes especies. Dice que su favorito corresponde al martín pescador, identificable por su espalda de color azul intenso.

:

Diferencias generacionales 

En Desde el Jardín, Claro debatió con Cristián Warnken (58) sobre las distintas miradas gneracionales que tiene la crisis actual.

Warnken recuerda que muchos de la generación de Claro salieron a la calle en pleno toque de queda, un comportamiento impensable en su época. Según el economista —quien ahora trabaja más como editor y columnista—, tal comportamiento se debe a una pérdida de respeto a la autoridad. Rescata el libro Malcriando a los jóvenes estadounidenses (2018), donde un psicólogo social y un abogado explican que esta actitud se debe principalmente a una sobreprotección de los padres, quienes criaron a una juventud que se comporta de acuerdo a tres falacias. La primera es la de la fragilidad: lo que no te mata, te hace más débil. La segunda es la del razonamiento emocional: siempre confía en tus sentimientos. Y la tercera es la falacia del nosotros versus ellos: la vida es una batalla entre buenos y malos.

“Porque los padres se sintieron culpables o idealizaron mucho a los jóvenes y nunca les inculcaron las ideas que ellos creyeron correctas, sino que simplemente creían en lo que los jóvenes creían. Los dejaban hacer”, cuenta Claro. Y añade: “Las autoridades se retiraron de cumplir su rol y esto llevó a unos jóvenes más desatados y libres”.

“Una generación con baja inmunidad”, señala Warnken. 

La polarización no es política 

Para el también columnista de La Segunda, las actuales movilizaciones le dieron sentido a una generación joven instalada en la comodidad. Y destaca que eso los hizo sentirse vivos. 

—Siguiendo con los millennials actuales y la nueva generación de políticos, directamente el Frente Amplio, sus ideólogos son Ernesto Laclau y Chantal Mouffe […] ellos son herederos del pensamiento de Carl Schmitt y ellos creen que los acuerdos son cuestiones malas—dice Claro.

—Claro, y hablan de la pasión. De reintroducir la emoción—responde Warnken.

—’Todo calza’, como dice el dicho. Esto de polarizar tiene sentido, llegar a un acuerdo es malo, porque llegar a un acuerdo significa matar la política. Y eso sería ajeno a la política, eso no corresponde. Entonces son todas cuestiones que están ocurriendo hoy día y si los jóvenes políticos han leído o se han inspirado en esos intelectuales, claramente lo que está ocurriendo ahora es polarizar la política, porque si no, no es política, nos lleva a dónde estamos y ya la sociedad está más polarizada—continúa Claro, quien realizó el magíster en economía política en la Universidad King’s College London.

En relación con la consigna “Chile despertó”, está de acuerdo que hubo un cambio, pero ve la forma en que todo ocurrió como una tragedia. En este contexto, al dirigirse a su generación llama “a la razón y a la sensatez”.

El buenismo 

Uno de los problemas que enfrenta la política chilena corresponde a una actitud narcisista y moralizante de la verdad. Para Claro, tal estado implica no ver la realidad como es y sentarse en un pedestal. Y a pesar de que no busca estigmatizar a la fundación Un Techo para Chile, considera que ella refleja el buenismo, cuando las personas recorren el mundo pidiendo perdón por sus privilegios, pero sin abandonarlos.

Incorporando el concepto al mundo político, Claro cree que Revolución Democrática (RD) —a pesar de que después se volvió más realista—, en un principio siguió una clara línea enfocada en el buenismo, presentándose como el único partido preocupado en problemas obvios, como la pobreza. “Por ejemplo, adherirse a este acto terrorista […] de haber quemado seis estaciones de metro. […] Y adherir a las causas sociales, que todos las compartimos a través de estos hechos delictuales, a mí me parece una irresponsabilidad”. Y complementa que si bien a todos nos puede dar rabia y pena ver a gente sufriendo, eso no significa adherir a este tipo de herramientas.

{{video:61322}}

Las críticas de un economista millennial

El economista de la UC cree que un gran problema que engendró la anarquía en el país se debe al estado de mantención de la ciudad y su impacto en la forma en que se hace comunidad. Señala que hacen falta avenidas y parques, entre muchas otras cosas, para elevar los niveles de cohesión social.

Agrega que si bien el Presidente Sebastián Piñera puede representar el odio que un sector de la población le tiene al empresariado, le pareció delirante haberlo tildado de dictador durante los primeros días de la crisis, cuando incluso se llegó a pedir su renuncia. Respondiendo a los reportes de Human Rights Watch, cree que el Mandatario estaba tratando de restablecer el orden público, pero que lo que se demostró es que la fuerza de Carabineros no estaba preparada para lidiar con ese trabajo en esas condiciones. 

{{video:61320}}

Todo ese contexto le hace pensar que la rabia por el manejo político podría promocionar un gobierno populista, en manos de personas como Franco Parisi

Sin embargo, Claro comparte la postura del sociólogo Manuel Castells, que evalúa la crisis social a escala mundial. Y en el caso chileno, destaca que las redes sociales fueron un instrumento clave para exponer comportamientos que generaron rabia.

Vea el programa completo de Fernando Claro: