Humberto de la Calle: “Todos entendieron que la Constitución tenía que ser un punto de encuentro”

El representante del Gobierno en la asamblea constituyente colombiana cuenta las lecciones aprendidas y las claves del proceso de 1990.

De cara al plebiscito constituyente del 26 de abril, y al proceso que el resultado de esta votación podría desencadenar, uno de las experiencias internacionales que se ha tomado como referente es la de Colombia, llevada a cabo en 1990.

El representante del Gobierno de Colombia ante la asamblea constituyente de ese país, además de exministro de Estado y jefe negociador ante las Farc, Humberto de la Calle, conversó con Primera Pauta respecto de las claves del proceso constituyente colombiano, así como de las lecciones que podrían servir para el camino constituyente en Chile. De visita en el país, invitado por el Centro de Estudios Internacionales de la UC, el también diplomático abordó la experiencia colombiana. 

“Yo creo que la clave de lo que ocurrió en Colombia fue el intenso trabajo de búsqueda de consenso antes de comenzar las sesiones de la constituyente. A la constituyente llegamos en un momento de crisis. Asesinaron tres candidatos presidenciales. Prácticamente habíamos llegado a lo más profundo que podía llegar una sociedad”, comienza diciendo de la Calle. “Lo interesante es que, en vez de imponer una solución autoritaria, se abrió un proceso constituyente para incluir a sectores de la población que no se sentían representados, todo el tema de las etnias, una sociedad mucho más pluralista, incluyente, con un modelo económico muy abierto. Realmente la constituyente no definió el modelo económico, lo dejó muy abierto sobre la base a la propiedad privada y a un principio de solidaridad que le da sustento a la política social”, complementa.

De la Calle es enfático en reiterar la importancia de un esfuerzo de diálogo y busca de consenso por parte de la clase política. “Lo esencial es que todas las fuerzas políticas hicieron un enorme esfuerzo, probablemente por la situación crítica que estábamos viviendo para la búsqueda del consenso”, afirma, y profundiza en el cambio que esto significó respecto de las anteriores constituciones colombianas. “En general las constituciones en Colombia eran una carta de batalla, el que ganaba imponía su Constitución, excluyendo al vencido, esto desde 1886 hasta un siglo después. La clave de lo que pasó en 1991 es precisamente que todos entendieron que la Constitución tenía que ser un punto de encuentro y no la presea del triunfo para destruir al enemigo, y eso está acompañado naturalmente de un lenguaje y de un trabajo concreto sumamente serio”, sostiene.

Respecto del plebiscito, muestra ciertas aprensiones, principalmente por la polarización que generan. “Esos plebiscitos de Sí o No, cuando son demasiado ambiciosos, van recogiendo lo negativo, las insatisfacciones. Lo ideal es un proceso reflexivo y a través del plebiscito tomar una sola decisión importante”, señala de la Calle, y complementa: “Cuando la temática es tan amplia, como nos pasó a nosotros, hay una gran dispersión de las fuerzas del Sí, en cambio el No se enclaustra en su posición simplemente negativa y se convierte desafortunadamente en una discusión bastantemente emocional y traspasada por intereses puramente político-electorales”. 

Y aunque se muestra renuente a hacer recomendaciones para el proceso chileno. ya que dice “son temas muy complejos y debe haber diferencias que yo realmente no conozco”, reitera lo que para él fue la clave del proceso constituyente en Colombia y que podría dar luces para el caso chileno: “La clave, yo insisto, fue una preparación muy minuciosa y detallada sobre los temas que era necesario reformar en la Constitución, a través de la presencia de delegados de las fuerzas políticas de alto nivel que fueron construyendo las ideas centrales con mucho esmero y en medio de un ambiente de respeto”.

Escuche la conversación completa de Humberto de la Calle con Primera Pauta acá: