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Las aguas turbulentas que ha debido navegar Micco a la cabeza del INDH

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Agencia Uno
POR Ana María |

A seis meses de asumir como jefe del Instituto Nacional de Derechos Humanos, el abogado DC enfrentó el estallido social con un consejo dividido y una fuerte crítica interna.

El 18 de octubre pasado, Sergio Micco llevaba solo dos meses y medio como director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (IDNH) cuando comenzó la crisis social. Hasta ese día, sus planes como cabeza del INDH eran completamente distintos al rumbo que, obligado por las circunstancias, debió tomar hacia adelante.

En ese entonces, el abogado de la Universidad de Concepción, histórico militante DC, figura de la G 80 y profesor de Ciencias Políticas, había definido cuatro focos para su gestión: mapuches; niños, niñas y adolescentes; mujeres y migrantes.

En eso estaba hasta que el 17 de octubre comenzaron los primeros incidentes en el metro y, al día siguiente, se produjeron los incendios en las estaciones. Luego vinieron las masivas manifestaciones en Plaza Baquedano; las denuncias de abusos por parte de Carabineros y las 359 lesiones oculares denunciadas, que han dejado completamente ciegas a dos personas: el estudiante Gustavo Gatica y Fabiola Campillay, quien iba rumbo a su trabajo en San Bernardo cuando recibió una bomba lacrimógena en su cabeza.

Este jueves 30 de enero, Micco cumple seis meses de gestión, que culminará en 2022. Un período en el que ha vivido todo tipo de circunstancias y sensaciones. De las buenas: las cifras que entrega su organismo a raíz del estallido social no han tenido cuestionamientos, el INDH se ha convertido en un referente en el tema y sus datos han servido de contexto y base tanto para los informes de Human Rights Watch como de la ONU. De las no tan buenas: el abogado ha tenido problemas internos con casi la mitad de los consejeros, pues “gobierna” en un clima de conflicto permanente, al igual que sus antecesores. 

Parte de esos conflictos han sido por sus opiniones, en especial en la prensa, que lo han puesto en cuestión al interior del Instituto, comentan desde el INDH. El 3 de noviembre de 2019, en el programa Mesa Central de Canal 13, Micco dio una declaración que generó estelas desde la izquierda. “Conceptualmente, la violación sistemática de los derechos humanos supone una concertación entre distintas instituciones, donde se crean leyes o se hacen políticas públicas que directamente o intencionalmente tienen el objetivo de violar los derechos humanos. Si tú me preguntas a mí, como director del INDH, yo te diría que no y que quien afirme lo contrario tiene que probarlo”, sostuvo.

La frase fue morigerada por él mismo al día siguiente, en medio de presiones del Consejo. “Primero, estamos frente a violaciones graves a los DD.HH. En segundo lugar, estamos frente a una enorme cantidad de violaciones a los DD.HH. Y, por último, si estamos frente a la sistematicidad o no de estas violaciones de DD.HH. lo que hemos dicho es que no estamos en condiciones de afirmar que existe esta sistematicidad, pero tampoco es oportuno descartarlo”.

El 10 de enero pasado hubo otro episodio polémico que le generó, además, conflictos con los funcionarios. En una entrevista en radio Bío Bío de Concepción le preguntaron sobre las críticas respecto de que su organismo estaría politizado. Reconoció que al interior del INDH “hay sesgo”, pero enfatizó que el Consejo es “completamente pluralista”.

Es justamente dentro de ese Consejo -formado por 11 integrantes de diversas tendencias políticas- donde ha tenido los mayores problemas, pues hay un sector que lo considera excesivamente conservador y con poco liderazgo. En cambio, para el otro grupo, más cercano a la derecha -donde conviven Carlos Frontaura, además del DC Eduardo SaffirioBranislav Marelic-, Micco era el hombre que mejor podía navegar en una crisis como la que vive Chile en estos momentos: moderado y con perfil humanista.

Las desavenencias en el INDH, en todo caso, ya habían ocurrido en 2018, cuando los consejeros votaron por remover del cargo de director a Marelic y asumió Consuelo Contreras, ambos nombrados en el INDH por la sociedad civil. Un episodio que se destacó en el Informe Anual de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales 2019

En 2019, en tanto, Contreras también tuvo cuestionamientos a raíz de su manejo en la crisis de migrantes venezolanos en la frontera norte de Chile, por lo que dos parlamentarias oficialistas, Paulina Núñez y Camila Flores, pidieron su remoción. Un hecho que también consignó el informe de la UDP.

Fue en ese contexto que Micco salió electo como director del INDH. Asumió el 30 de julio, con un consejo que ya venía dividido. Asumió con los votos de los miembros de la derecha, la DC, además de Marelic, y una fuerte oposición de la izquierda. Y es así como ha navegado, básicamente, durante estos seis meses y en plena crisis social.

Hoy dentro del Consejo cuenta con el respaldo de Carlos Frontaura, Cristián Pertuzé, Eduardo Saffirio, Sebastián Donoso y Marelic. Mientras que entre quienes tienen distancia con su gestión se encuentran Consuelo Contreras, Debbie Guerra, Margarita Romero, Salvador Millaleo y Yerko Ljubetic. En resumen, en términos generales, cuenta con seis votos, incluido el suyo. Y necesita estos respaldos cada vez que el Consejo se pronuncia sobre un tema.

Su segundo piso

Tras su llegada a la dirección en el INDH -entidad de la que ya era consejero-, Micco mantuvo las jefaturas. Pero luego fichó a cuatro colaboradores: Carlos Belley como jefe de gabinete; Osvaldo Aravena como coordinador de la sociedad civil; Francisca Ortega Frei de jefa de asesores y Yamil Musa como asesor internacional.

De ellos, Belley y Francisca Ortega son considerados dentro del INDH como su “segundo piso”.

Y si antes del estallido social el Consejo analizaba cada querella antes de que el INDH la presentara, hoy debieron flexibilizar esta práctica a raíz del aumento de los casos. Así, es el propio Micco, junto con Belley, quienes hoy le dan el visto bueno a las presentaciones en los tribunales. Pero quien tiene en sus manos el primer análisis de las acciones judiciales es el jefe jurídico, Rodrigo Bustos.

Hasta antes del 18-0, el INDH no presentaba más de 30 querellas al año, con un equipo que bordeaba la docena de abogados. Pero tras las denuncias por abusos policiales, Micco debió fichar a otros 40 abogados que trabajan a nivel nacional, los que partieron con contratos a plazo de dos meses y que, por la emergencia, han debido ir extendiéndose.

Hasta la fecha, el INDH han interpuesto 1.038 querellas. De ellas, el 90% son en contra de Carabineros.

¿Una comisión verdad?

Desde el INDH reconocen que uno de los desafíos de Sergio Micco y su equipo es lograr que esas más de mil querellas tengan resultados en los tribunales y que no se queden solo en las presentaciones. También, en la medida que cuente con apoyo interno, lograr la consolidación del INDH como un organismo más amplio. No en sus funciones, sino debido al crecimiento que tuvo en su carga de trabajo tras el estallido social: si antes del 18-0 concentraba sus esfuerzos en mapuches; niños, niñas y adolescentes; medioambiente; migrantes y también en causas de violaciones a los derechos humanos ocurridas después de 1973, hoy el foco está en los abusos policiales.

Un ejemplo de la alta visibilización y conocimiento que adquirió el INDH en esta crisis es que por primera vez en sus 10 años de existencia apareció mencionado en una encuesta: Termómetro Social, del Núcleo Milenio en Desarrollo Social (Desoc) de la Universidad de Chile, de diciembre de 2019. En ella, el INDH apareció en el primer lugar (53,9%) ante la pregunta sobre las instituciones y su disposición a resolver el conflicto y las demandas ciudadanas. Dejó atrás a alcaldes, Carabineros y las Fuerzas Armadas.

También el interés en sus estadísticas subió en redes sociales. Si al 18-0 la cuenta de Instagram del INDH tenía 8 mil seguidores, en tres meses llegó a los 255 mil. En el caso del Twitter, pasó de 111 mil a 185 mil seguidores.

Pese a las críticas, dentro INDH se considera un logro de Micco haber sacado adelante el Informe anual sobre la situación de los derechos humanos enfocado en la crisis social y que fue entregado el 23 de diciembre pasado. Esto, pues tuvieron dos meses para darle este matiz, cuya tarea se consideró urgente y contó con la aprobación unánime del Consejo a pesar a las diferencias internas.

En el informe -que año tras año está a cargo del jefe de la Unidad de Estudios, el antropólogo social Osvaldo Torres– el INDH puso énfasis no solo en los casos denunciados en las manifestaciones. También destacó información anterior recabada por el propio Instituto, la que ya había sido presentada a las autoridades respecto de las razones y el contexto del estallido en materia de salud y educación, así como denuncias previas contra la policía.

Un desafío mayúsculo para la gestión de Micco es concretar una idea que ha venido trabajando: conformar una Comisión Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del estallido social.