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Las bases técnicas para la estrategia del desconfinamiento

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POR Cecilia Andrea |

El ministro de Salud, Enrique Paris, le pidió al Consejo Asesor que trabajara el tema. Hizo lo mismo el Colegio Médico. En PAUTA mostramos qué han discutido los asesores.

La pregunta ya no es cuándo, sino cómo. Cuatro meses después del primer caso de Covid-19 en el país y más de tres desde las primeras cuarentenas en la Región Metropolitana, el desconfinamiento ha aparecido como una opción a considerar. 

Los expertos plantean que aún es muy pronto, pues, en principio es necesario que se cumpla una serie de indicadores relacionados con el número de casos nuevos, positividad de los exámenes y ocupación de camas UCI, entre otros, y que se mantengan bajos por un plazo que abarca entre dos y tres semanas, como adelantó PAUTA la semana pasada.

La Región Metropolitana aún no cumple los requisitos y no hay certezas sobre cuándo los alcance, pero desde el Ministerio de Salud explican que es necesario empezar a trabajar en una estrategia para cuando llegue el momento.

“Estamos preparando, con todas las precauciones sanitarias posibles y siguiendo dentro de las recomendaciones que nos haga el comité de expertos, un plan para comenzar muy gradualmente, paso a paso, a avanzar en una futura estrategia de desconfinamiento. Para eso se irán dando todos los anuncios y se tomarán en consideración la opinión de diferentes expertos”, declaró en el balance de del martes 7 de julio el ministro de Salud, Enrique Paris.

“No se tomará ninguna medida que ponga en peligro o que arriesgue las buenas noticias, los buenos números que hemos mostrado hoy”, agregó.

Las bases para la estrategia

Por petición del ministro Paris y la subsecretaria de Salud, Paula Daza, el Consejo Asesor del ministerio se puso a trabajar en el tema durante junio. El viernes de la semana pasada publicaron una minuta con una serie de indicadores sanitarios a tener en cuenta para empezar a desconfinar, pero también una guía sobre cómo abordar la estrategia de vuelta a la normalidad. Lo mismo hizo el Colegio Médico, dos semanas atrás.

“El primer trabajo terminó con la minuta donde el consejo plantea lineamientos generales que pensamos que deben ser considerados y plantea avanzar con un grupo de trabajo que ojalá represente varias visiones, no solo la de salud sino también del área social, visiones del área técnica, de datos, y que permita construir una estrategia de desescalamiento en fases basado en indicadores”, explica a PAUTA el académico de la Universidad de Chile y miembro del Consejo Asesor Covid-19, Miguel O’Ryan.

Lo que explican en la minuta es que el desconfinamiento debería ser paulatino y la estrategia de vigilancia epidemiológica necesitaría ser reforzada en ese momento, “lo que requiere una
activa participación de la atención primaria de salud y de los epidemiólogos de las seremi de Salud, suficiente para sugerir precozmente, de ser el caso, el revertir la medida si se detecta rebrote”, se lee en el documento.

Es decir, independientemente del plan, la estrategia de contención de la pandemia debe continuar, al menos hasta que no se encuentre una vacuna.

El comité de expertos recomienda, así, avanzar en etapas a medida de que se vayan superando ciertas marcas positivas en los indicadores de la epidemia. Pero para eso, según explican en el texto, en primera instancia es necesario elaborar una planificación especial para reapertura de lugares donde se pudiera aglomerar la gente, sumar educación constante a la ciudadanía para reforzar las medidas de higiene y reforzar medidas de aseo y desinfección de espacios cerrados donde circulen personas.

Los asesores puntualizan en que, para evitar las aglomeraciones, el levantamiento de las medidas debe ser de forma gradual; por ejemplo, partiendo por quitar la restricción a lugares donde se junten menos de 20 personas. Solo cuando los indicadores mejoren, avanzar hasta llegar a la apertura de lugares con alto flujo de personas.

Pero eso es todo: se trata de algunos lineamientos básicos y criterios epidemiológicos basados en experiencias de otros países y recomendaciones de la OMS. Es el piso: lo que explican desde el Consejo Asesor es que la intención es que la estrategia de desconfinamiento vaya más allá de ellos mismos y de la minuta entregada, sino que sea una conversación más amplia, entre distintos actores, sectores del Gobierno, la comunidad científica y la Mesa Social Covid-19.

A quiénes escuchar

“La decisión del desconfinamiento tiene que tomar en cuenta estos patrones, pero tienen que considerar otros factores, como los sociales, políticos, económicos y por eso hemos promovido que la discusión de avanzar en fases debiera ser una discusión más amplia, incorporando a otros actores y no solo al grupo técnico asesor, cuya fortaleza es epidemiología e infectología”, agrega O’Ryan.

En esta lógica, uno de los actores que podría empezar a trabajar el tema en las próximas sesiones es la Mesa Social Covid-19. En la instancia, hasta ahora el tema lo han comentado tangencialmente, no  en específico.

Los distintos miembros han consultado a las autoridades presentes si efectivamente ya se estaba trabajando en la idea del desconfinamiento y la respuesta ha sido que sí, que los ministerios están trabajando sectorialmente en sus protocolos, como Educación. De hecho, una de las invitadas pendientes de la instancia es la ministra del Transporte, Gloria Hutt.

“Pedimos en la mesa de conocer más avances respecto del desconfinamiento porque se nos va a venir en algún momento y debemos estar preparados para todas las situaciones y compartirlas, porque no puede ser que de un día para otro aparezca una indicación que no haya sido solidarizada con todos”, comenta a este medio la exministra de Salud e integrante de la Mesa Social Covid-19, Carmen Castillo.

Precisamente el grupo se enteró por la prensa del plan de retorno de los funcionarios públicos, enmarcado el “retorno seguro” que el Presidente Piñera había anunciado a fines de abril y que fue ampliamente criticado en el minuto y con el paso de los días. Ahora, con el regreso de la idea de desconfinar y volver a cierto nivel de normalidad, la discusión pasa también por cuáles debieran ser las prioridades al momento de echar a andar la estrategia.

Las prioridades

“De menor a mayor riesgo de reapertura: comenzar por establecimientos pequeños con menos de 20 personas, seguir con establecimientos con más de 20 personas pero con bajo flujo, para finalizar con establecimientos que congregan un alto flujo de personas, reuniones que agrupan personas en un espacio común por tiempos prolongados de menos de 50 personas, reuniones/eventos de más de 50 personas”. Así ejemplifica la minuta del Consejo Asesor cómo podrían ser las fases de desescalamiento. 

Agregan que debiese existir separación de al menos un metro entre personas en todo tipo de actividades, que se optimice el número máximo de personas por metro cuadrado y que se limiten los flujos a través de restricciones vehiculares, alternancia de horarios de establecimientos, entre otros.

En la práctica, con esos criterios podrían partir funcionando escuelas, pero también restaurantes o gimnasios. De hecho, ya existen los protocolos de funcionamiento de servicios de turismo, restaurantes y centros comerciales, disponibles en la página del Ministerio de Economía. Pero el comité de expertos no fijó ninguna prioridad, sino que, como explican, es el Gobierno el que debería hacer esas determinaciones. De nuevo, escuchando a varios actores. 

“Es superimportante que tomemos el componente humano y consideremos alternativas como las que se hicieron en España en algún momento, que se permitía en algunos horarios del día salir a pasear a los niños, encerrados por mucho tiempo. Tenemos que pirorizar y hacer un análisis de la realidad de nuestro país. Quizás antes de abrir un restaurant, dar unas horas en el día para que las personas puedan empezar a salir y que este proceso sea lo más humano posible”, explica a PAUTA el presidente del departamento de Políticas de Salud y Estudios del Colegio Médico, Roberto Estay.

“La prioridad son las personas. Cuando uno decide empezar a desconfinar, primero, debería apuntar al permiso para que las personas circulen, puedan salir de la casa, para que haya espacios de movimiento para la gente”, explica a este medio el epidemiólogo de la Universidad del Desarrollo, Manuel Nájera.

La razón principal: beneficiar a algunos grupos muy vulnerables al encierro, como los adultos mayores, que pueden empezar a sufrir daño en su funcionalidad.

“Luego, priorizar la apertura de espacios de menor riesgo, uno no puede abrir un lugar que sabe que va a reunir gente en espacios cerrados, eso es lo que nos está demostrando la evidencia de lo que está ocurriendo en los países que se han abierto. Los brotes son en relación a restaurantes, bares y pubs, lugares de aglomeraciones de personas sin la ventilación adecuada”, añade.

Y finalmente, a medida que baja el riesgo según el epidemiólogo, se podrían considerar abrir espacios que implican mayor riesgo individual.

“Lo importante es que la discusión tiene que abrirse, todos tienen que participar para definir el protocolo final”, suma Nájera.

La comunicación de la estrategia

El Consejo Asesor también postula en su última minuta que es necesario que exista un diseño comunicacional adecuado para explicar a la población las distintas fases de desconfinamiento y los criterios que se utilizan para decidir, además de los riesgos de rebrote y la necesidad de nuevas medidas cuando sea necesario. 

En ese sentido, el Colegio Médico entregó el 22 de junio un documento titulado “Principios y Urgencias para optimizar la Estrategia COVID-19 en Chile”, en el que, además de abordar la estrategia de trazabilidad, proponen tres puntos para la estrategia del fin de las cuarentenas. Uno tiene que ver con un semáforo, que la ciudadanía asocie a medidas más restrictivas y menos restrictivas y que vaya cambiando según la situación de la ciudad o región.

“Si nuestro semáforo está en rojo, si el nivel de alerta es el más alto, las medidas de distanciamiento tienen que ser las más severas. Si está en verde en alguna región del país, eso implica que las ciudades pueden funcionar manteniendo las medidas básicas de distanciamiento persona a persona, pero con el resto del aparataje económico, educacional, funcionando activamente. No es algo nuevo, es algo que hace más de dos meses están haciendo varios países”, comenta el médico Roberto Estay.

Así, las salidas y entradas a cuarentena por sectores serían monitorizables por las personas. “Todos sabemos cómo nos está yendo en cada región y comprendemos que si los indicadores se ponen más malos y eso está objetivado en un mapa de información accesible para todos, hay que tomar medidas más intensas respecto a los distianciamientos”, agrega Estay.