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Trazabilidad: la nota baja para hablar de desconfinamiento

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PAUTA/ Agencia Uno
POR Fernanda Monasterio |

Principalmente son cuatro los objetivos que se deben cumplir para poder pensar en un desconfinamiento, uno de ellos -y el más tambaleante actualmente- es la trazabilidad.

Una baja en los casos nuevos que se mantenga en el tiempo, disminución en la positividad, suficiencia del sistema de salud y una correcta trazabilidad. Son esos los cuatro pilares que podrían sostener la posibilidad de un desconfinamiento. Pero, aunque de los primeros tres existen cifras públicas que permiten monitorear dicho avance, del último -según una serie de expertos- faltan aún datos que comprueben su eficiencia.

“No hay mucho dato objetivo para evaluar cómo está la trazabilidad actualmente en Chile”, comenta a PAUTA el médico y epidemiólogo de la Universidad del Desarrollo Manuel Nájera. A él se suman las declaraciones de la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, la mañana del 10 de julio. “A la fecha ni siquiera existe una certeza de cómo se materializa este indicador por parte del Ministerio de Salud”, expuso ante los medios.

¿Qué es la trazabilidad, por qué es tan fundamental y -sobre todo- por qué continúa siendo el pilar cojo para controlar la pandemia?

Trazabilidad en una línea de lápiz

Tal como si de un dibujo a lápiz se tratara, la idea de la trazabilidad es conectar puntos: por un lado, un caso confirmado de Covid-19, mientras que, por el otro, las múltiples personas con las cuales dicho paciente ha tenido contacto estrecho.

Carlos Flores, epidemiólogo y director de la Sociedad Chilena de Neumología Pediátrica, explica esto con un ejemplo esclarecedor.

“Si yo lo atiendo a usted y sospecho de Covid-19, le pido una PCR, y como médico tengo la obligación de ingresar sus datos a la plataforma Epivigila. Con esto, el Minsal sabe que usted está bajo sospecha y están atentos a los resultados de su PCR”, explica.  

“Si sale negativa -y no hay antecedentes de contacto estrecho- se le da el alta, pero si el resultado es positivo, se le indicará aislamiento por 14 días y se activa la trazabilidad con entrevistas para hacer listado de casos y luego se inicia el seguimiento telefónico o visita a domicilio”, agrega.

Manuel Nájera complementa la información. “Lo importante es que se dé cuenta de un sistema robusto de vigilancia que asegure, de cierta forma, que ante un nuevo brote vamos a poder actuar a tiempo y contenerlo antes que se escape”, señala.

Los puntos cruciales

Según un comunicado realizado por el Colegio Médico, los indicadores indispensables para garantizar una correcta trazabilidad serían cinco:

  1. Todos los centros de atención primaria de salud deben tener un equipo de trazadores suficiente para la cantidad de casos activos.
  2. De todos los casos del país, se debe lograr trazar a más de un 90%.
  3. De todos los casos del país, se debe lograr un aislamiento de más del 90%.
  4. Se debe iniciar la cuarentena en más de un 80% de los contactos de los casos en menos de cuatro días desde el inicio de síntomas del caso índice.
  5. Se debe realizar un seguimiento telefónico por 14 días a casos y contactos.

Revise el comunicado del Colegio Médico a continuación:

Pero desde el Ministerio de Salud parecieran no estar siguiendo estas mismas rúbricas, ya que el ministro Enrique Paris indicó la mañana del 10 de julio que “las medidas de desconfinamiento se deciden en base a información y ciertos parámetros”, dentro de los cuales señaló que la trazabilidad debe lograr, “por lo menos, el 60% de los casos que son contactos en seguimiento”.

El problema con esto es que muchos expertos aseguran que no existe disponibilidad actualmente de números objetivos para medir la trazabilidad.

“Uno se mete a página del Minsal y en los informes no hay ningún indicador de trazabilidad claro, además de que nadie sabe si todas las Seremis usan la misma metodología ni como se trazan a los casos del sector privado”, comenta a PAUTA la epidemióloga y especialista en salud pública Samanta Anriquez.

¿Quién realiza el seguimiento?

La trazabilidad en Chile ha tenido un gran problema: se puso tarde sobre la mesa.

Sobre este proceso, Flores indica que “se inició muy mal, porque [en un comienzo] estaban a cargo de las seremis, donde el personal es insuficiente y el actuar desde niveles centrales regionales es más dificultoso”.  

De esto se dieron cuenta en el ministerio. A comienzos de junio, el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalichanunció que se encargaría dicha labor a la Atención Primaria de Salud (APS) ,dependiente de los municipios. Su tarea sería hacer el seguimiento activo de los casos y sus contactos, además de generar las alertas apropiadas para tener un aislamiento más efectivo.

“Un poco tarde la reacción”, comenta Flores: “Lla APS siempre debió llevar la batuta”.

Aunque los especialistas en el tema valoran esta medida, desde el mismo sector involucrado manifiestan ciertas complicaciones. Según una encuesta realizada por la Asociación de Municipalidades de Chile (Amuch) a directores y encargados de salud comunal, el 82,6% manifestó no contar con recursos humanos y financieros suficientes para realizar una efectiva trazabilidad de casos de Covid-19. Solo el 17,4% manifestó que sí tiene las condiciones adecuadas.

“Espero que una de las enseñanzas de esta pandemia sea que tenemos que trabajar en fortalecer la integración de nuestra atención primaria con la secundaria y terciaria”, señala a PAUTA el académico de la Universidad de Chile y miembro del Consejo Asesor Covid-19, Miguel O’Ryan.

“El haber tenido esa integración, y una atención primaria más robusta, habría facilitado la implementación de un sistema de trazabilidad más rápido y probablemente más eficiente. Al no haber existido, hubo que diseñarlo prácticamente desde cero, y eso -de alguna manera- ha llevado a la dificultad de hacer un control de brotes eficientes sin tener que recurrir a las cuarentenas masivas”, agrega O’Ryan.

El caso de Temuco

“Desde marzo se comenzó a hacer seguimiento a través de un call center“, cuenta Marcelo Silva, médico coordinador de la Unidad de Seguimiento Clínico Telefónico (USCT) del Servicio de Salud Araucanía Sur (SSAS), en Temuco. “Pero desde mediados de mayo se estableció la USCT. Esta se formó para seguir a los pacientes y pesquisar síntomas de manera precoz para así intervenir de manera temprana, con colaboración de los diferentes niveles y organizaciones de la red asistencial”, comenta.

El proceso en dicha zona se ha desarrollado de la siguiente forma: en la USCT reciben una nómina diaria elaborada por la Seremi, con los contactos estrechos resultantes de la investigación epidemiológica que allí realizan.

No obstante, desde la Unidad de Seguimiento también realizan preguntas respecto de eventuales contactos estrechos que no hayan sido pesquisados por la Seremi. Luego se envía esta información de vuelta a la Seremi para que allí se incorporen o descarten de la nómina oficial.

“Todo este seguimiento lo realizamos a través de una plataforma que fue implementada especialmente para esta actividad. Cuenta con ventajas como la facilidad del registro de las acciones y la elaboración de reportes según sea necesario”, plantea Silva.

Esteban Hebel, médico radiólogo, informático clínico y jefe del Departamento de Salud Digital del SSAS, comenta que a través de esta plataforma han contactado a más del 93,4% de los pacientes con una mediana de 1,4 días, y que la gran mayoría se contacta en menos de 12 horas. “Además, podemos incorporar a los contactos estrechos de un caso positivo para incluirlos al seguimiento”, señala.

“Hemos hecho más de 34.000 llamadas y promediamos aproximadamente 5,2 llamadas por paciente positivo o contacto estrecho”, agrega Hebel.

El caso de Villarrica

A partir del lunes 6 de abril, en Villarrica comenzaron con el trabajo de seguimiento epidemiológico. Diseñaron un trabajo colaborativo entre el hospital local y el equipo de epidemiologia de la Atención Primaria de Salud de la comuna.

Según cuenta Gabriel Gatica, médico del Hospital de Villarrica, lo que hicieron allí fue un modelo de seguimiento no solo de los casos confirmados, sino que, de todos los casos sospechosos, lo que incluye hacer un seguimiento tanto de los pacientes con PCR negativo como PCR positivo.

Para esto se han implementado diversas estrategias de trazabilidad. En un comienzo se seguían los casos de aquellas personas que consultaban tanto en el Hospital de Villarrica como en el SAPU de la Atención Primaria de Villarrica, pero “al poco andar nos dimos cuenta de que la atención en los servicios de urgencia había bajado de manera importante si uno lo comparaba con el 2019. Por lo tanto, cambiamos la estrategia de vigilancia a una más activa y así llegar a aquellas personas que no estaban consultado”, comenta.

La primera estrategia activa fue un call center, el cual es atendido por un médico, y -si la persona tiene síntomas de Covid-19- se le va a tomar el PCR a su domicilio al día siguiente. Además, se implementó una plataforma a través de redes sociales donde las mismas personas pueden llenar sus síntomas, para que los especialistas se pongan en contacto y testeen en caso de ser necesario.

En Villarrica se apuntó también directo a los grupos de riesgo: testeos preventivos a personas que se mueven entre Villarrica y otras comunas con prevalencias más altas de Covid-19, y atención al tránsito mediante buses interurbanos o a los trabajadores en faenas que llegan esporádicamente a la comuna.