Columna de John Müller: “La doble derrota de la Unidad Popular”
“Lo ocurrido en la Cámara de Diputados esta semana demuestra que la conmemoración revanchista del 11 de septiembre ha sido un enorme error del Gobierno de Boric”, dice John Müller.
La única perspectiva razonable de afrontar el 50º aniversario del golpe de Estado que acabó con la democracia chilena en 1973 era la de la reconciliación. También es la única forma de defender la existencia de Museos de la Memoria o Leyes de Reparación. Porque el golpe no lo dio un ejército extranjero que invadió Chile como argumentamos en una columna anterior. De lo contrario, la noción de que se puede volver a jugar el partido de la historia y ganarlo lo único que hace es volver a empujar el péndulo y provocar nuevos agravios.
El presidente Gabriel Boric se ha dado cuenta tarde de esto. Él pertenece a una generación que cree que se puede intervenir en la realidad según su diagnóstico y que los resultados siempre serán óptimos porque no hay fuerzas que jueguen en contra y si las hay, serán derrotadas. De lo que no se da cuenta su generación, es que la acción, aunque sea un triunfo, es una situación nueva que genera sus propias dinámicas.
En esta dinámica revanchista que el Gobierno le ha impuesto a la conmemoración del golpe, la oposición pidió que se volviera a leer la famosa declaración de la Cámara de Diputados del 22 de agosto de 1973 que denunció “el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal” por el gobierno de Salvador Allende antes del inicio de la sesión de sala lo cual provocó la indignación del oficialismo que en ese momento estaba en minoría.
La lectura provocó una torpe réplica del Partido Comunista pidiendo que se condenara dicha declaración por considerarla un llamamiento al golpe, lo cual fue rechazado por la Cámara, propinando una segunda derrota consecutiva al oficialismo. Los propios diputados democratacristianos defendieron que la declaración no fue un llamamiento al golpe.
Da la impresión de que no hay forma de sacar al PC de la dinámica de intentar reescribir la historia. Cincuenta años después, el gobierno de la Unidad Popular ha sufrido una segunda derrota en la Cámara de Diputados provocada precisamente por los que se proclaman sus herederos o continuadores.