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El Golpe en décadas (2013): los “cómplices pasivos” y el cierre del Penal Cordillera

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Agencia Uno
POR Manuel Izquierdo |

El primer gobierno de centroderecha tras el retorno a la democracia se enfrentaba al desafío de qué hacer en el marco de la conmemoración del quiebre democrático. Sin embargo, las palabras y medidas no contentaron al bloque oficialista. La oposición decidió restarse de los actos oficiales y realizar una concentración propia.

“Si buscamos responsables de lo ocurrido durante el gobierno militar y, particularmente, de los atropellos a los derechos humanos y la dignidad de las personas, por supuesto que hay muchos. Por de pronto, las máximas autoridades del gobierno militar, que sabían o debían saber lo que estaba ocurriendo”, declaró el Presidente Sebastián Piñera, el 31 de agosto de 2013 en entrevista con La Tercera.

Palabras que hasta el día de hoy resuenan en el mundo de la centroderecha, sobre todo por la segunda parte de su intervención. “Hubo muchos que fueron cómplices pasivos: que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”, afirmó el Mandatario en una intervención que aún genera polémica en las alas más duras de su sector.

Los dichos del Jefe de Estado, el primero de derecha en llegar a La Moneda desde el retorno a la democracia, a pocos días de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado, marcaron el derrotero para lo que quedaría de Gobierno.

El Golpe en décadas (2013): los “cómplices pasivos” y el cierre del Penal Cordillera

A juicio del exministro democratacristiano, Jorge Burgos, “en esa época, Piñera era el más interesado en este tema. Los partidos de derecha que eran gobierno con él, la UDI y Renovación Nacional, todavía eran mucho más tributarios de Pinochet y la dictadura. Hoy ya nadie la defiende, y si lo hace, es con una serie de explicaciones”.

“En esa época, todavía había menos vergüenza en apoyar a lo que había sido la dictadura. Por eso la frase de Piñera fue fuerte, sobre todo para ese mundo. Fue una frase bien pensada, bien dicha. No hay muchos en la derecha con agua en la piscina para decir algo así. Uno de los pocos es, justamente, Piñera”, añade Burgos en conversación con Radio Pauta.

Una frase que incomodó mucho en la derecha. La entonces candidata del sector, Evelyn Matthei, tomó distancia de las declaraciones de Piñera. “Yo tenía 20 años cuando fue el golpe de Estado, no tengo nada por lo que pedir perdón“, dijo hace 10 años la actual alcaldesa de Providencia.

El entonces diputado y actual senador de la UDI, Iván Moreira, recordó la sorpresa con que vivieron ese momento.  “Yo entendí que correspondía a convicción del expresidente, pero no estuve de acuerdo. Cometió un errar innecesario, podría haber tomado otras medidas y a lo menos avisarle de esta decisión antes a los partidos que lo apoyaban”, señaló.

La conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado: 2013

Pero no solo hubo palabras. A dos semanas de la conmemoración de los 40 años del quiebre democrático, el 26 de septiembre, el Jefe de Estado anunció el cierre del Penal Cordillera, ubicado en Peñalolén.

En el recinto penitenciario, que según muchos, había funcionado en la práctica como un centro vacacional para oficiales del Ejército, estaban recluidos 10 exmilitares condenados por delitos de lesa humanidad, distribuidos en cinco cabañas. Entre ellos destacaban el líder de la DINA, Manuel Contreras, Miguel Krassnoff y Odlanier Mena.

Piñera explicó que la decisión respondía a tres principios: “la igualdad ante la ley, la seguridad de los internos y el normal y eficiente funcionamiento de Gendarmería”. Además, aseguró que los reclusos serían trasladados a Punta Peuco, “que tiene todas las capacidades y facilidades para recibir a los 10 internos que hoy están en el Centro Penitenciario Cordillera”.

El anuncio fue bien recibido por la oposición. La entonces candidata presidencial de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, expresó en la oportunidad que era “una decisión correcta. Destaco la decisión del Presidente, cuenta con todo nuestro apoyo”.

La austera ceremonia en La Moneda sin la presencia de la oposición

El 9 de septiembre de 2013, Sebastián Piñera encabezó la reinauguración de la Plaza de la Constitución y la conmemoración de los 40 años del Golpe en un acto que había sido planeado como “austero” y “de unidad nacional”. Sin embargo, ningún miembro de la oposición asistió.

Desde el Patio de los Cañones de La Moneda, el Mandatario llamó a “asumir las heridas, curarlas y permitir que sanen” e instó a los presentes a recordar “no para revivir las mismas divisiones, violencia y odios que tanto daño nos causaron en el pasado. Muy por el contrario, para iluminar los caminos del futuro, aprender de los errores del pasado, de forma de nunca más volver a repetirlos”.

Respecto a los detenidos desaparecidos, el Presidente aseguró que “desgraciadamente, no podemos resucitar a los muertos ni recuperar a los desaparecidos. Pero sí tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para avanzar en materia de verdad y reconciliación”. Además, sostuvo que “fenómenos como la tortura y la desaparición forzada nunca deben ser justificados”.

Los Derechos Humanos de todos deben ser respetados y defendidos por todos, en todo tiempo, lugar y circunstancia. Y esta obligación moral, que compromete a toda la ciudadanía, debe ser honrada con aún mayor celo y razón por el Estado y sus agentes, como representantes y garantes del bien común”, remarcó Piñera.

La carrera presidencial y el acto de la centroizquierda

En el acto oficial solo asistió el oficialismo y representantes de órganos del Estado, además de los entonces candidatos presidenciales Evelyn Matthei, Ricardo Israel y Alfredo Sfeir.

Por su parte, grupos opositores, liderados por Michelle Bachelet (que meses después ganaría ampliamente la elección presidencial), se reunieron en el Museo de la Memoria, ignorando la invitación del Presidente Piñera.

En el evento que reunió a la centroizquierda, la candidata de la Nueva Mayoría instó a hacer reformas para cambiar el sistema “heredado del Golpe”. “Es hora de reformas profundas”, dijo. Además, enfatizó la necesidad de verdad en torno a los fallecidos durante la dictadura.

Al acto liderado por Michelle Bachelet asistieron también los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, quienes declinaron ir a La Moneda.