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Columna de Fernando Tapia: “Desafíos en rojo”

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POR Equipo Radio Pauta |

En su columna, Fernando Tapia explora los grandes desafíos para la gestión de la ANFP en el arranque de 2024.

El tiempo es implacable y pasa muy rápido. Los esfuerzos de los dirigentes de la ANFP por intentar asegurar al nuevo técnico de la selección adulta antes del término de 2023 se vieron frustrados.

El viaje de la nutrida comitiva a Buenos Aires, con el Presidente Pablo Milad a la cabeza, además del secretario general, Jorge Yunge, el gerente de selecciones, Rodrigo Robles, y el jefe de scouting Marko Biskupovic, no arrojó el resultado esperado.

Pocas veces se vio un grupo tan nutrido de dirigentes en un viaje cuyo único propósito era encontrar rápidamente al sucesor de Eduardo Berizzo. La idea era una sola: anunciar justo antes de fin de año al nuevo seleccionador nacional. El candidato número uno es el ex técnico de Perú, Ricardo Gareca.

Pero la tarea no es para nada fácil, primero por una cuestión económica, y porque, objetivamente, hoy cuesta seducir a cualquier entrenador de prestigio con la idea de dirigir a Chile, un país con un fútbol en crisis.

Se ha dicho que hay varios interesados en el puesto, y que el viaje a Buenos Aires se aprovechó para realizar entrevistas con una lista larga de otros nombres, que en todo caso surgen como plan alternativo a Gareca. Milad es consciente que en la designación del nuevo seleccionador nacional puede estar buena parte de la salvación de su gobierno corporativo, cada vez más cuestionado ya no solo por los medios de comunicación, sino que especialmente al interior del Consejo de Presidentes.

Gareca es su obsesión, ya ni siquiera porque puede ser la llave que dé vuelta el complejo panorama del equipo de todos, también porque es el nombre que genera más consenso. Vox populi, vox dei, dice el dicho. Si logra ficharlo y no resulta, ese será otro problema. Pero si no consigue su contratación deberá cargar con otro punto negro en su gestión.

Lo que está claro es que la idea original, eso de esperar hasta marzo para conseguir al nuevo técnico de la Roja, fue desechada por el riesgo asociado. Los asesores del Presidente lograron convencerlo de que ahorrarse estos meses de sueldo era una jugada demasiado al límite. En eso estamos, mientras el 2024 ya llegó con su nutrida agenda de desafíos.

El año partirá con el Preolímpico de Venezuela, torneo que entrega dos pasajes para los Juegos de París. El ideal es que ese campeonato, que será encabezado por Nicolás Córdoba, sea supervisado por el técnico de la adulta, porque allí está el futuro de la Selección. Qué mejor que el nuevo seleccionador sea testigo in situ de lo que ofrece el fútbol chileno con sus jugadores Sub 23.

Porque el año será decisivo. Tras cuatro fechas FIFA en marzo y junio, vendrá la Copa América de Estados Unidos, el primer torneo por los puntos que deberá enfrentar el futuro entrenador de la adulta. Un arma de doble filo, porque si bien el objetivo más importante son las clasificatorias, un mal campeonato en las tierras del norte, puede dejar herido al nuevo proceso.

Entre septiembre y noviembre se disputarán seis fechas del camino al Mundial de 2026. El segundo tercio de una competencia que por ahora nos tiene fuera de la cita planetaria. En rigor, este año está en juego gran parte de la clasificación. Todos desafíos marcados en rojo.