Columna de Víctor Maldonado: El amor es ciego, la política es tuerta

“¿Nota usted una cierta incomodidad en el tratamiento que se le da a este asunto de muchos voceros de la oposición? No se trata de aprehensión, es susto porque el dicho popular de ‘cómo estamos por casa’ se pondrá de moda”, escribe el sociólogo y analista político.
Más que hablar, importa poner los temas
Por supuesto, la instrucción de la derecha es llamar la atención sobre cualquier cosa, excepto las primarias. Si no puedes vencer, distráelos. Es esto lo que explica el indecoroso espectáculo que nos brindan las portadas de los diarios.
Si tenemos que guiarnos por la prensa y las reacciones de los voceros opositores, la revelación de una relación sentimental entre Carolina Tohá y Mario Marcel tiene unas implicancias políticas extraordinarias.
Por supuesto, las declaraciones son hechas por personas que intentan mantener la compostura mientras emiten opiniones que se aproximan a lo risible a cada paso. Esto es peligroso porque, en política, antes se puede superar un mal paso que caer en el ridículo. Pero, en fin, es la partitura que hay que interpretar.
Por eso es tan importante la educación cívica en relación con el uso de los medios de comunicación. Cuando un asunto empieza a ocupar los titulares más destacados, lo que hay que preguntarse no es de qué se está hablando, sino de qué se está dejando de hablar. Así no se pasa gato por liebre.
La decisión tomada por Tohá se justifica. La carrera presidencial significa una exposición pública de aspectos de la vida de un líder que aún no se conocían, aunque se trata de políticos destacados. Así que es mejor controlar el momento en que se develan hechos que se conocerán igual. Mientras antes, mejor.
Ahora hay que seguir en los temas habituales de las primarias y no seguir el juego de réplicas y contrarréplicas que pueden entretener, pero que no pueden informar. Es un ejemplo en pequeño de un tipo de comportamiento responsable que hay que mantener a todo evento.
Los malos políticos son los que se dejan distraer y los buenos se mantienen focalizados en lo principal. Lo que más importa no es contestar bien a las preguntas que te hacen, sino poner los temas de los que se habla.
El uso de bombas racimos es mala ida
Sincerarse es una cosa, quedarse pegados en un asunto es otra bien distinta. Es lo que hay que entender en este caso y en los que siguen. En lo que dice relación con este asunto en específico, lo más evidente es que durará poco en cartelera. Pronto no pocos se verán en la necesidad de escapar de este tema.
Se abrió una caja de Pandora y muchos correrán a ponerle la tapa nuevamente. Las noticias tienen la extraña costumbre de expandirse. Si las relaciones sentimentales guardadas en reserva se ponen de moda, me temo que nos faltará tiempo para atender a tanta novedad de farándula.
¿Nota usted una cierta incomodidad en el tratamiento que se le da a este asunto de muchos voceros de la oposición? No se trata de aprehensión, es susto porque el dicho popular de “cómo estamos por casa” se pondrá de moda.
Siempre hay que recordar que la atención pública no es infinita y que hay que preferir los temas de fondo. El Informe de la Comisión de Paz es, por lejos, lo más trascendente que se ha dado a conocer en estos días y hay que aprender a poner en primer plano lo que merece estar ahí.
Es interesante observar que los debates con contenido están siendo puestos por el oficialismo y la centroizquierda, mientras que la derecha habla de todo, sin aparente prioridad. Hay que saber mantener el rumbo.