Actualidad

Nueva forma de medición aumenta las cifras de pobreza en Chile: pasa desde 6,5% a un 22,3%

Imagen principal
POR María Alejandra Gallardo Contreras |

La Comisión Asesora Presidencial propuso actualizar la medición de la pobreza en Chile, con una canasta saludable, una nueva base de datos y un cambio en el cálculo del alquiler imputado. Con la nueva metodología, la pobreza habría sido de un 22,3% en 2022.

Este jueves 3 de julio, el Presidente Gabriel Boric recibió el informe de la Comisión Asesora Presidencial para la Actualización de la Medición de la Pobreza (CMP), integrada por 11 expertos de distintas disciplinas y universidades.

Esta comisión, autónoma y transversal, comenzó a trabajar en enero de 2024 con el objetivo de proponer mejoras metodológicas para la medición de la pobreza en Chile, tanto en su dimensión por ingresos como multidimensional, elementos fundamentales para poder diseñar políticas públicas adecuadas a las necesidades.

Las principales propuestas para actualizar la medición de la pobreza

La Comisión de Actualización de la Línea de la Pobreza propuso una serie de cambios metodológicos, clave para modernizar el cálculo de la Canasta Básica de Alimentos en Chile.

Uno de los ajustes más relevantes es la recomendación de usar como base la VIII Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), levantada entre 2016 y 2017, dejando atrás los datos de la VII EPF (2011-2012).

La  EPF IX (2021-2022) no fue considerada porque sus resultados, según la comisión, están distorsionados por ingresos transitorios asociados a la pandemia, como los retiros de fondos previsionales y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).

Además, el informe recomienda reemplazar el actual criterio que fija los precios según el 20% más bajo para cada producto, y usar los precios y cantidades observados directamente en la encuesta.

De contar calorías a medir salud

Hoy la línea de la pobreza se calcula en base a un umbral mínimo de 2.000 calorías diarias por persona, tomando como referencia los hábitos del primer quintil móvil. Pero la comisión cuestionó este enfoque, al considerar que ya no responde a la realidad de un país de ingreso medio-alto como Chile.

“El criterio calórico tiene sentido en contextos de desnutrición, pero en nuestro país el problema es otro: el exceso de calorías provenientes de alimentos ultraprocesados”, señala el informe. Por eso, se propone adoptar una canasta saludable, que reduzca en un 50% la presencia de alimentos procesados, sin redistribuir ese gasto en otros ítems de la canasta.

Alquiler imputado: un cambio necesario

Otro punto clave es la modificación del concepto de alquiler imputado, que actualmente se aplica a los hogares propietarios. Al no pagar arriendo, se les asigna un ingreso equivalente según precios referenciales del barrio, lo que se suma al ingreso total del hogar.

Este mecanismo ha sido criticado por generar una subestimación de la pobreza, ya que muchas familias de menores ingresos son propietarias gracias a políticas habitacionales. “Eso distorsiona la medición”, concluye un estudio de Libertad y Desarrollo (LyD), postura que fue compartida al interior de la comisión.

Como solución, se propone implementar dos mediciones paralelas: una que considere el alquiler imputado (para arrendatarios) y otra que no lo haga (para propietarios). Así, se busca mejorar la precisión del diagnóstico sobre la pobreza en el país.

¿Cómo cambiaría la pobreza en Chile con la nueva metodología?

Considerados todos los cambios que propuso, la Comisión realizó una estimación de cuánto hubiese sido la pobreza en las mediciones anteriores, si es que hubiera estado en vigencia esta nueva metodología.

Así, la comisión realizó este ejercicio para la Casen 2017. Ese año la pobreza fue de 8,7%, pero con esta nueva metodología habría sido de 24,2%; en 2020 fue de 10,8%, pero ahora subiría a 32,2%, y en la más reciente, de 2022, en lugar de registrar el mínimo de 6,5%, hubiese sido de 22,3%.