Expresidente Nicolas Sarkozy ingresa a prisión por financiamiento ilegal en campaña presidencial
El exmandatario comenzó a cumplir una condena de cinco años en la cárcel de La Santé, en París, por la presunta financiación ilegal de su campaña de 2007 con fondos del régimen de Muamar Gadafi. Su defensa pedirá su liberación provisional en los próximos días.
Nicolas Sarkozy se convirtió este martes en el primer expresidente francés en ingresar a prisión. A las 9:39 horas locales, el exmandatario llegó escoltado a la cárcel de La Santé, en el distrito XIV de París, para cumplir una condena de cinco años por la presunta financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 con dinero del régimen libio de Muamar Gadafi.
El exjefe de Estado, que gobernó entre 2007 y 2012, fue seguido por un amplio despliegue mediático. Varias cadenas transmitieron en directo su trayecto desde su residencia en el distrito XVI hasta el penal, donde algunos curiosos lo recibieron entre gritos y aplausos.
Sarkozy denuncia un “escándalo judicial” y promete demostrar su inocencia
Antes de salir de su casa, Sarkozy publicó un mensaje en redes sociales y aseguró ser víctima de una injusticia: “No es un expresidente quien está siendo encarcelado, sino un hombre inocente. Seguiré denunciando este escándalo judicial. La verdad triunfará, aunque el precio sea devastador”.
— Nicolas Sarkozy (@NicolasSarkozy) October 21, 2025
La condena, dictada el 25 de septiembre, lo responsabiliza de haber permitido que colaboradores suyos negociaran con funcionarios libios para financiar su campaña.
La defensa busca su liberación mientras el exmandatario prepara su apelación y un relato desde prisión
Su abogado, Christophe Ingrain, anunció que presentarán en breve una solicitud de libertad provisional, señalando que “una noche en prisión ya es demasiado”. Si la apelación prospera, Sarkozy podría pasar las fiestas de fin de año en su hogar y enfrentar libre el juicio previsto para marzo de 2026.
Durante su reclusión, el exmandatario planea escribir sobre su experiencia y la “injusticia” que, según él, ha sufrido durante más de una década de investigación judicial.