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John Müller analiza la cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping y la masacre en las favelas de Río de Janeiro

POR María Alejandra Gallardo Contreras |

En Primera Pauta, el analista internacional John Müller abordó los efectos del encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur y la masacre registrada en las favelas de Río de Janeiro. Dos hechos que, según dijo, evidencian un escenario de fragmentación política y violencia en aumento.

En Primera Pauta, John Müller analizó la reciente reunión entre Donald Trump y Xi Jinping realizada en el marco de la cumbre de APEC en Busan, Corea del Sur.

El analista explicó que, tras la reunión, Donald Trump calificó el encuentro con un “12 sobre 10” y comunicó una serie de supuestos logros: la liberación de tierras raras por parte de China, la reducción parcial de aranceles y la reanudación de las compras de soya, medidas que, según Müller, buscan reforzar su vínculo con el electorado agrícola estadounidense.

Desde la diplomacia global hasta la crisis en Brasil: los focos del análisis internacional de John Müller

Müller destacó que, pese a ese tono triunfalista, el anuncio más relevante fue otro: Trump comunicó la reanudación de las pruebas nucleares en Estados Unidos, lo que interpretó como una respuesta a las recientes demostraciones militares rusas con los misiles Burevesnik y el torpedo Poseidón, ambos de propulsión nuclear.

“Trump suele usar estos anuncios como maniobras simbólicas. Ya lo hizo en su primer mandato cuando, en plena cumbre con Xi, reveló que había bombardeado Siria”, explicó el analista.

A su juicio, este tipo de gestos reabre un ciclo de tensión global: “La fragmentación del poder tras la Guerra Fría está incentivando una nueva carrera nuclear. Hoy incluso aliados como Japón o Corea del Sur se plantean desarrollar sus propios arsenales si perciben que Estados Unidos ya no es un socio confiable”.

Brasil, la masacre de Río y el auge de la mano dura

El segundo foco del análisis estuvo en Brasil, donde un operativo policial en el Complejo de Favelas de Alemão y Penha, en Río de Janeiro, dejó más de 130 muertos, según cifras actualizadas.

El hecho, ordenado por el gobernador Cláudio Castro sin coordinación federal mientras el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se encontraba fuera del país, ha generado un profundo debate político. Según Müller, el operativo “tiene características de ejecución extrajudicial” y podría derivar en una investigación de la justicia federal.

Entre la mano dura y el control narco: las tensiones políticas que desnudó la matanza en Río

El analista detalló que los vecinos de las favelas colocaron los cuerpos en una plaza pública como forma de denuncia ante las autoridades. “Es una escena terrible que busca mostrar la magnitud de la barbarie cometida”, añadió.

Müller comparó la actitud del gobernador —una figura cercana al bolsonarismo— con la doctrina del “delincuente muerto” aplicada por Rodrigo Duterte en Filipinas. Advirtió que el discurso de la mano dura frente al narcotráfico está ganando apoyo social en Brasil, impulsado por la crisis de seguridad.

El analista también repasó los antecedentes históricos del Comando Vermelho, organización criminal que domina más del 50% de las áreas bajo control armado en Río: “Nació de la convivencia entre presos políticos y comunes durante la dictadura militar, y desde entonces se convirtió en una fuerza con control territorial y vínculos políticos”.