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Felipe Berríos valoró fallo del Vaticano y denunció una “persecución implacable”

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POR María Alejandra Gallardo Contreras |

El sacerdote afirmó que la resolución del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que anuló las sanciones en su contra, pone fin a más de tres años de estigma y daño reputacional. Acusó a la Fundación para la Confianza y a la Compañía de Jesús de sostener una persecución injustificada.

El sacerdote Felipe Berríos expresó su conformidad con la resolución del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), que dejó sin efecto las sanciones impuestas por la Compañía de Jesús tras las denuncias de abuso sexual en su contra.

Según señaló a través de un comunicado, el decreto emitido por la autoridad vaticana el 22 de octubre lo libera de responsabilidad respecto a los hechos por los que fue investigado y lo habilita nuevamente para ejercer el sacerdocio.

Berríos denuncia años de persecución y destaca la resolución del Vaticano

Berríos afirmó que la decisión del DDF marca el término de un periodo de más de tres años en el que, asegura, debió cargar con acusaciones que considera infundadas.

En su declaración, sostuvo que ha vivido un proceso de dolor y aislamiento, pero también de reflexión y trabajo pastoral, que, según dijo, le permitió sostenerse durante este tiempo.

El religioso denunció que durante este periodo fue objeto de una “persecución implacable” que afectó profundamente su reputación y la de quienes lo respaldaron.

Señaló directamente a la Fundación para la Confianza por ataques “sin piedad” y criticó a la Compañía de Jesús por mantener una postura que, a su juicio, persistió en sancionarlo incluso frente a la resolución del Vaticano.

Berríos destaca sobreseimientos judiciales y llama a investigar con rigor las denuncias sexuales

Berríos recordó además que se autodenunció ante la justicia chilena para someterse a una investigación externa y que fue sobreseído en dos ocasiones. Según explicó, los tribunales concluyeron que las imputaciones estaban prescritas, no constituían delito o carecían de base suficiente.

El sacerdote llamó a tratar las denuncias por delitos sexuales con rigor, seriedad y sin exposición innecesaria, afirmando que su propio caso se vio marcado por el prejuzgamiento y la falta de mesura.

Finalmente, reiteró que retomará su labor pastoral guiado por los principios de su fe y dispuesto a servir allí donde sea requerido.