José Rodríguez Pérez advierte que la falta de transmisión impide aprovechar la energía renovable que Chile ya es capaz de generar
En Pauta Propia, el director del Centro de Transición Energética de la Universidad San Sebastián, explicó que retrasos en obras, lentitud regulatoria y escasa infraestructura mantienen grandes volúmenes de producción solar sin uso efectivo, elevan costos del sistema y dificultan la llegada de inversión extranjera.
Chile ya demostró que puede generar energía limpia a gran escala, pero hoy enfrenta su desafío más complejo: hacer que esa electricidad llegue efectivamente a los consumidores. Así lo explicó José Rodríguez Pérez, director del Centro de Transición Energética de la Universidad San Sebastián, en entrevista con Pauta Propia.
El académico advirtió que una parte significativa de la energía renovable que se produce en el país simplemente no puede utilizarse debido a la falta de infraestructura de transmisión.
“Muchas centrales fotovoltaicas en el norte generan tanta energía que no puede ser usada (…) por esta falta de transmisión“, afirmó.
Según Rodríguez, el problema es estructural y no exclusivo de Chile, pero aquí se agudiza por la distancia entre los centros de generación y consumo.
“Hay una capacidad de generación que no puede ser usada por esta falta de transmisión”, insistió, agregando que “las centrales están donde está el sol, en el desierto, lejos de los centros de distribución”.
Obras atrasadas y permisos lentos
El investigador sostuvo que, pese a que existen proyectos en carpeta, el avance en nuevas líneas de transmisión sigue siendo muy incipiente y aún no se traduce en obras concretas.
“Estamos recién en la aprobación de nuevas líneas de transmisión, pero no se ha construido nada todavía”, señaló.
Según explicó, estas demoras tienen consecuencias directas para el sistema eléctrico y para el desarrollo de nuevos proyectos: “Cuando nos demoramos tanto en aprobar permisos eso encarece los proyectos y los vuelve poco atractivos para los inversionistas“, advirtió.
Rodríguez recalcó que esta combinación de congestión en la red y retraso en la infraestructura obliga a desaprovechar parte importante de la energía renovable disponible, particularmente en el norte del país, donde se concentra la generación solar, manteniendo un sistema que no logra absorber todo el potencial energético ya instalado.
Inversión y certeza para destrabar la transición
Rodríguez fue claro en señalar que el Estado chileno no cuenta con los recursos necesarios para enfrentar solo este desafío.
“Se requiere mucho capital, que los inversionistas nacionales y el gobierno no lo tenemos”, afirmó. Por eso, recalcó la necesidad de atraer inversión extranjera: “Hay que darle un marco de certeza, reglas claras y ser más ágiles en la obtención de permisos, porque cuando nos demoramos tanto, los proyectos se encarecen y se vuelven poco atractivos”.
Un cambio irreversible
Pese a los problemas de infraestructura y los retrasos en transmisión, Rodríguez sostuvo que la transición energética ya superó el punto de retorno. A su juicio, el cambio no responde solo a decisiones políticas, sino a una transformación estructural en la forma en que se produce y se concibe la energía.
“Este camino es irreversible“, aseguró.
Según explicó, el sistema energético está dejando atrás los combustibles fósiles extraídos del subsuelo para avanzar hacia fuentes renovables disponibles de forma natural.
“Estamos viviendo un cambio de paradigma: la energía ya no viene del subsuelo, viene del sol, del viento y del agua”, sostuvo.
En ese contexto, el desafío —recalcó— ya no es demostrar que las energías renovables funcionan, sino adaptar la infraestructura, la regulación y la red eléctrica a una matriz cada vez más limpia y descentralizada.
Revisa la entrevista completa en el video y conoce los principales desafíos que enfrenta hoy la transición energética en Chile.