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La ciudad de los niños, la ciudad de los viejos

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SEBASTIAN ORIA/AGENCIAUNO
POR Periodista Practicante |

Si los espacios urbanos funcionan para una persona de 8 y otra de 80 años, entonces debiera ser perfecta para todos. Esto plantea el modelo Ciudad 8/80.

“Creemos que si todo lo que hacemos en nuestras ciudades es fantástico para alguien de ocho años y para alguien de 80 años, entonces será fantástico para todas las personas”, dice uno de los objetivos de la organización internacional 8 80 Cities, que promueve la integración urbana. 

Desde el Instituto Ciudad tomaron la idea y centraron su actividad inaugural, el jueves 10 de enero, en este concepto que busca hacer de las ciudades un lugar habilitado para todos. “Ciudades 8/80” fue el seminario con el cual se dio a conocer públicamente la institución presidida por la exalcaldesa de la comuna de Santiago Carolina Tohá. Se basa en la experiencia de 8 80 Cities, la ONG que cumplirá 12 años en 2019 y está presente en 37 países.

Para aterrizar la situación al contexto capitalino, se realizó un sondeo en 15 comunas de Santiago: Cerro Navia, Estación Central, Independencia, La Cisterna, Las Condes, Lo Prado, Macul, Peñalolén, Pirque, Providencia, Pudahuel, San Bernardo, Renca, Santiago y Quinta Normal.

Los resultados demuestran, con cifras duras, cómo muchas veces no se toma en cuenta la situación que viven los extremos etarios al momento de planificar la ciudad. El 18,2% de los proyectos que se efectúan rara vez consideran la perspectiva de los adultos mayores. En cuanto a la visión de los niños, el número aumenta: el 36,4% de las planificaciones no se les presta la debida atención.  

Para Carolina Tohá, la situación de los menores la que requiere especial atención. Al contrario de los adultos mayores, los menores no pueden votar ni cuentan con instancias formales de participación u organización ciudadana para expresar sus necesidades, dice en Voces de la Gran Ciudad.

Debido al desconocimiento que existía de la opinión de los menores, desde la Subsecretaría de la Niñez se entregó, en todas las comunas, una suerte de manual donde se explica cómo realizar consejos consultivos en los cuales la opinión de los niños es fundamental.

La subsecretaria de la Niñez, Carol Bown, comenta en PAUTA que el organismo gubernamental busca, entre otras cosas, promover el acceso a espacios públicos de calidad y donde se promueva un aprendizaje que los menores puedan aplicar en su día a día. “Es necesario que la seguridad vaya más allá de evitar delitos, los espacios deben ser seguros en cuanto a su señalética, tránsito y significar también un sitio de unión familiar”, señala.

La primera comuna metropolitana en aplicar este manual y desarrollar su primer consejo consultivo con dirigentes niños y adolescentes fue Renca, donde instauraron la reunión de forma mensual.

De la instancia participan jefes de scout, dirigentes estudiantiles, medioambientales y más. “Los jóvenes son bien agudos en sus comentarios, y es bueno, estamos buscando implementar la mirada 8/80 en 3 proyectos de nuestra comuna: el Parque Metropolitano Cerros de Renca, el Parque Las Palmeras y el Centro Cívico, en los cuales ya hemos incorporado propuestas hechas por los niños”, comenta el alcalde Claudio Castro.

Más secciones del sondeo realizado por el Instituto Ciudad reflejan y ejemplifican la falta de consideración que a veces se tiene de los más chicos. Mientras que todas las municipalidades encuestadas señalaron realizar, aunque sea pocas veces, visitas a terreno con adultos mayores para conocer su experiencia en las calles, el 23,8% manifestó que nunca han hecho lo mismo con niños.

En el seminario también participó como expositor un niño. Adib Anastas, de 12 años, impulsó en la comuna de Independencia un proyecto de reciclaje, por iniciativa propia, en los alrededores del Río Mapocho. “Algo muy bueno de los niños es que nos educan a nosotros. Cuando un niño se focaliza en un problema y se lo hace ver a los demás, al resto se le mueve el piso”, comenta Carolina Tohá.

La oportunidad del espacio

Para esta iniciativa, la importancia de la calle va más allá de la función que intrínsecamente tiene que cumplir, como podría ser el representar un espacio de tránsito entre un lugar y otro. Tanto los adultos mayores como los niños necesitan que las calles, y la vida urbana, les entreguen o enseñen algo.

En el caso de la tercera edad, las calles significan una oportunidad donde llevar una vida activa y no aislarse, lo cual es muy común entre los adultos mayores, dice Tohá. Al contar con una infraestructura donde desenvolverse, se puede detener el círculo vicioso del sedentarismo que afecta a muchos ancianos: como se aíslan y no salen, el cuerpo se comienza a deteriorar, llevando a que disminuya la motivación para salir. Las calles deben ser una invitación a participar.

Para los niños también debiera ser un incentivo el salir a la calle, pero con seguridad y un espacio de acogida. “La calle agresiva hace que te relaciones con el espacio público, la gente y la sociedad, desde el temor, la desconfianza y una actitud distante”, comenta la presidenta del Instituto Ciudad. “Crea sujetos que son adversos a lo público y a los desconocidos”, agrega.

En Chile las agendas de infancia y adulto mayor han tomado fuerza con los años, y según Tohá aún existe mucho espacio para desarrollo.

En abril de 2016, la muerte de la niña Lissette Villa sacó a la luz una crisis en la institución encargada de proteger a los menores. Las 866 muertes, entre 2005 y 2016, llevaron a que los focos de atención se pusieran sobre el Servicio Nacional de Menores (Sename).

Pero en temas de tercera edad, el motivo de interés no surgió producto de una desgracia. En 2017, a raíz del Censo, se supo que la población chilena ha comenzado un proceso de envejecimiento. Si en 1992 los adultos mayores que tienen 65 años o más representaban sólo un 6,6% de la población total, en 2017 este número aumentó a 11,4%, entre los cuales hay 470.756 ancianos que superan o igualan los 80 años.

Octavio Vergara, director del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), asegura a PAUTA que el principal desafío comenzó con la aceleración en el envejecimiento. Cree que las autoridades municipales y regionales deben trabajar en conjunto para mejorar las condiciones urbanas disponibles para los adultos mayores, y recalca que aún existen áreas que se deben desarrollar mejor: transporte, participación ciudadana, cuidados públicos e incluso cómo se construyen las veredas.

La movilidad de los adultos mayores es primordial. “No solamente hay que poner elementos de accesibilidad universal y hacernos cargo de la movilidad reducida. Hay que fomentar que las personas se mantengan activas, de manera que la movilidad reducida llegue lo más tarde posible y ojalá no llegue nunca”, comenta Carolina Tohá. “Es muy relativo en qué edad de la vida empiezan los problemas de movilidad. Si la ciudad la ves como peligrosa y no caminas, antes vas a tener dificultad para desplazarte”, agrega.

Mire la entrevista completa con Carolina Tohá en Voces de la Gran Ciudad:

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