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Fundación Mi Parque: “La rentabilidad social de las plazas aumentó”

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Fundación Mi Parque
POR Rita Cox |

Según el director ejecutivo y el presidente de Mi Parque, los espacios públicos subvencionan una política habitacional insuficiente, y llaman a ocupar las calles para las personas.

Fundación Mi Parque ha tenido un rol protagónico en el protocolo oficial elaborado para el uso de parques y plazas de cara al desconfinamiento.

Juan Ignacio Díaz, su director ejecutivo, comentó en Plaza Pauta, de Radio PAUTA, que en su elaboración, en la que trabajaron junto al Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), tomaron en consideración experiencias extranjeras, “pero sobre todo cómo estaban funcionando los ciudadanos ante las distintas medidas. Es por ello que intentamos simplificarlo lo máximo posible, porque eso ayudaría a que las personas lo siguieran”.

Las recomendaciones son conservar una distancia de al menos dos metros con otras personas; al realizar actividad física mantener entre cinco y 10 metros; usar siempre mascarilla, y que plazas y parques deben utilizarse como espacios de distracción y descarga física y no para actividades sociales que necesiten permanencia. Por lo mismo, el protocolo sugiere no acudir en grupos.

Proyecto de Fundación Mi Parque en La Florida
Proyecto de Fundación Mi Parque en La Florida / Crédito: Fundación Mi Parque

El martes pasado, siete comunas de la Región Metropolitana comenzaron el desconfinamiento y junto con ello, las áreas verdes se llenaron de santiaguinos, ávidos de tomar aire y pasear en espacios libres.

Revalorización de los espacios

Tanto Díaz como Julio Poblete, cofundador de Mi Parque y presidente del directorio, coincidieron en que el principal efecto de la pandemia respecto de parques y plazas ha sido su revalorización por parte de los habitantes, en especial para aquellos que viven en pocos metros cuadrados y que su única opción de aire libre –y, muchas veces, también de socialización– es la plaza cercana.

Ambos consideran además que han visto reforzados los objetivos que la Fundación Mi Parque se trazó en su origen, en 2008: mejorar la calidad de vida en barrios vulnerables a través de un proceso participativo de diseño, construcción y activación de áreas verdes para el encuentro.

“Hace unos días hablábamos con unos amigos de las diferencias entre los juegos finitos, que terminan cuando alguien gana, y los infinitos, como el Lego, que es eterno, porque podrías estar toda la vida construyendo. Siempre ha sido ese el espíritu de la Fundación”, comenta Poblete. “Detectamos una necesidad: que los espacios colectivos estaban abandonados, que la gente era instalada en desarrollos residenciales sin un entorno favorable, sin equipamiento, e intentamos hacernos cargo de ese espacio, siempre focalizados en los más vulnerables. Y de alguna manera, si bien la preocupación se ha mantenido constante, la manera en que la fundación actúa en ese espacio, perfectamente puede ir mutando. Y eso lo hace tan desafiante”.

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Julio Poblete añade que si bien en un principio se focalizaron en rescatar un lugar deteriorado, tomado por la basura, por la droga, por delincuencia, hoy se dan cuenta de que hay otras necesidades, que ese mismo espacio colectivo tiene que dar otras respuestas, porque es el espacio del desahogo y de la descarga física.

“La rentabilidad social de las plazas aumentó, porque ha quedado en evidencia que también tienen un rol en compensar falencias del hábitat doméstico”, dice Poblete. “Durante la pandemia el espacio público está subsidiando una política habitacional que ha sido muy estrecha, debido a diferentes causas. Entonces, esto debiera generar un flujo de recursos mucho más potente hacia la generación de áreas verdes y espacios públicos en general”.

Los arquitectos agregan que no se puede perder de vista que los espacios públicos son lugares que están llamados a recibir muchas otras expresiones de la comunidad, como manifestaciones culturales, deportivas o educativas. 

Tomarse la calle

Al preguntarles qué lecciones debiera dejarnos la pandemia, Julio Poblete y Juan Ignacio Díaz aluden a lo que señaló hace unos días el presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, Sergio Baeriswyl: hoy tenemos la posibilidad de repensar las calles. En todas partes del mundo se están tomando medidas a través de las cuales se están reasignando los espacios de la calle para otros usos; los locales están saliendo a la calle, las bicicletas están ganando espacio, las veredas se ensanchan. 

“Tenemos una oportunidad bien única de que esas medidas transitorias se transformen en una nueva manera de concebir, usar y proyectar el mayor espacio público de todas las ciudades, que son sus calles, y sin tener que generar grandes inversiones. Ahí hay un proyecto país superpotente”,  concluye Julio Poblete. 

Vea la entrevista completa con los ejecutivos de Fundación Mi Parque en Plaza Pauta