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Basílica del Salvador: los planes de recuperación

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Tandem
POR Rita Cox |

Para el primer semestre de 2021 se espera que esta obra, cerrada desde 1998 y dañada por cuanto terremoto ha azotado al país, tenga una nueva oportunidad. Los trabajos requieren de 12 mil millones de pesos. 

La Basílica del Salvador, en el Barrio Brasil, ha soportado estoica cada uno de los terremotos que la han azotado desde que se puso su primera piedra, en 1871. Está deteriorada, inestable y sostenida por andamios, cerrada al público desde 1998, y un espacio vedado no solo para fieles y curiosos de la majestuosa arquitectura neogótica del alemán Teodoro Burchard, sino, igual de triste, para los vecinos de Huérfanos con Almirante Barroso que día a día se topan con sus puertas cerradas y un potencial peligro de desplome.

La buena noticia, al fin, es que gracias al empeño de la Fundación Basílica del Salvador, creada en 2013, y una inyección de recursos que serán aportados por el Gobierno Regional y el Ministerio de Obras Públicas, la Basílica del Salvador podría entrar a comienzos de 2021 en una primera etapa de recuperación que apuntaría a su estructura, no así a su arte, vitrales y detalles estilísticos. La primera misión es sostener esta estructura construida en ladrillo y madera sin contemplar que Chile es un país sísmico.

Imagen actual del interior de la basílica / Crédito: Tandem
Imagen actual del interior de la basílica. Créditos: Tandem

“Teo Burchard es un arquitecto de alto nivel; moderno, no modernista; preparado y formado en Alemania, que no solo dibuja, sino que dibuja muy bien. Es un hombre de su tiempo, de la Revolución Industrial, que llega a Chile en la segunda mitad del siglo XIX, y está formado en las ideas de su época en Europa, de una época muy culta. Un tipo bastante racional, con conocimientos técnicos. Su origen está en Altona, cerca de Hamburgo, y su período pre Chile es bastante oscuro. Con los historiadores con quienes hemos trabajado hemos averiguado poco. De hecho, no estamos disponibles para atestiguar que haya sido arquitecto, con título”, contó a Plaza Pauta, de Radio PAUTA, Dino Bozzi, arquitecto del proyecto junto a la oficina Tandem y académico de la Escuela de Arquitectura UC.

Dino Bozzi
Dino Bozzi, arquitecto a cargo del proyecto de recuperación / Crédito: Gentileza Dino Bozzi

“Si bien Teodoro Burchard es un buen arquitecto, no es chileno y no es experto en terremotos. Chile recién estaba asomándose a una primera modernidad, era una república joven, con no más de cincuenta años, cuando él llega y por lo tanto nuestras capacidades tecnológicas eran limitadas y trabaja con lo que hay”, afirma.

Y lo que había era el ladrillo y la madera. “Un ladrillo sin ningún tipo de refuerzo, sin acero, menos con hormigón. Ambicioso, decide construir este edificio neogótico, alto y muy esbelto, pero se encuentra con un país con terremotos, y bastante contundentes. Ya durante la construcción, a principios de 1900, lo golpea un primer temblor fuerte y vienen los primeros daños. Cuando el edificio está recién terminado, lo golpea en 1906 el terremoto de Valparaíso (con consecuencias en Santiago)”.

Bozzi explica que “ahí comienza una acumulación de daños por terremotos y de reparaciones que nunca han sido completas. Esfuerzos muy notables, de mucho empeño, pero que ninguno se completó”.  

Revise la entrevista completa con Dino Bozzi en Plaza Pauta