Tendencia de oficinas: ya no basta con un escritorio y un computador
Bicicleteros, camarines para ciclistas, espacios agradables para almorzar y medición de la huella de carbono son algunos de los estándares que cuentan en las oficinas de hoy. Requerimiento que aumentarán a partir del incrementos de la presencialidad.
¿Una sala de reuniones que el directorio de una empresa usa un par de veces al mes? Una lógica del pasado. Ahora se mira como un espacio mal utilizado que puede transformarse en un área común y liberar metros cuadrados para mejores funciones. Es una de las tendencias que Patricio Letelier, director de Property Management y Asset Management de CBRE, destaca frente a la puesta al día de las oficinas chilenas.
Entrevistado en el programa Plaza Pauta, de Radio PAUTA, Letelier explicó que la labor de la internacional CBRE es “crear valor en los edificios. Generalmente nuestro mandante es el propietario y la manera en que este se asegura de eso es creando valor para los usuarios o arrendatarios. En consecuencia, a los arrendatarios les interesa que creemos valor para las personas que trabajan en su empresa. Lo medular es que las personas que vayan a un edificio estén cómodas. Esa es la mejor manera que tienen las empresas de atraer talento y retener talento”.
CBRE monitorea permanentemente los edificios de oficinas con que trabajan y no se han detenido en ninguna etapa de la pandemia. En la actual fase, contó Letelier, registran “un aumento de asistencia a la oficina del 26 al 37% si comparamos julio y septiembre” de 2021. Letelier lo asocia al proceso de vacunación y al pase de movilidad, pero también a la necesidad de las personas de conectarse. “No solo está la necesidad de volver a conectarse, sino también de poder generar sinergias que se estaban perdiendo. Tal vez cuando recién tuvimos que encerrarnos, en términos de productividad no se notó mucho. Pero la inercia se comienza a acabar, entran nuevas personas (a las oficinas) y los equipos necesitan conocerse”.
Patricio Letelier no advierte grandes diferencias entre comunas que estén registrando una mayor presencia de trabajadores, pero sí en los tipos de oficinas. “Los submercados con edificios clase B muestran mayor presencia. Se trata de edificios donde el tipo de arrendatario son empresas más pequeñas, que cuentan con menos recursos y más necesidades de estar presentes en la oficina para tener mejores niveles de productividad y ofrecer mejor servicio a sus clientes. Es posible que se trate de trabajadores que tienen mayores dificultades en sus casas con la calidad de los servidores y conexiones, y resguardo de la información”.
“En los edificios clase A, donde se encuentran muchas multinacionales, hay mayores requisitos para regresar a las oficina, por lo tanto existe un pequeño letargo de cuándo y cómo se vuelve”, dijo.
Bienestar in situ
Independientemente de la rapidez del regreso de los trabajadores a las oficinas, estas deben ofrecer espacios confortables. “La cantidad de prestaciones que puede tener un edificio es infinita. Tenemos casos en Londres y Singapur con edificios que cuentan con todo lo que uno se pueda imaginar. En los campus de Google, por ejemplo, la gente no sólo puede dormir la siesta, sino comer y quedarse a alojar. Tener una vida ahí. En Chile estamos muy lejos de eso y la capacidad de crear valor está dada por los espacios que los edificios tienen desde su concepción. Sin embargo, con lo que existe en la industria local se puede hacer mucho”.
Letelier entregó ejemplos. “Hemos concentrado un gran esfuerzo en la implementación de bicicleteros de alto estándar y camarines para que las personas puedan ir en bicicleta. No basta con que en la ciudad de Santiago se construya una gran cantidad de ciclovías. ¿Quién recibe al ciclista y a la bicicleta cuando estos llegan a su destino?”.
Recordó el análisis y trabajo que CBRE hizo hace un par de años. “En un edificio de oficinas en el centro de Santiago, donde no había ninguna ciclovía cerca, y era muy peligroso llegar, las personas llegaban en bicicleta igual. Las estacionaban amarradas a un poste, al lado de un auto estacionado o en cualquier parte. Hicimos un muy buen bicicletero, tiempo después camarines, y en cuestión de meses pasamos de unas cuantas bicicletas esparcidas por distintos lugares a bicicletas ordenadas. El 10% de las más de 2.500 personas que trabajaban en ese edificio llegaron en bicicleta en forma recurrente. A esas personas se les abrió una nueva oportunidad de movilización, preferida por sobre todas las demás, con la consiguiente baja de costos y mejora de la calidad de vida”.
Otra item fundamental es, según Letelier, los “buenos espacios para comer, tanto para quienes llevan comida desde su casa como para quienes compran. No en todos los barrios donde hay oficinas existe esa posibilidad, entonces nosotros tenemos que asegurarnos de contar con espacios adecuados y dignos, y que las personas no se vean obligadas a almorzar sentadas en las escalinatas del edificio. Situaciones como esta pueden ser consideradas como higiénicas, y no de valor agregado, pero con el estándar en que se suelen ver los edificios cuando los recibimos, pasan a ser un diferenciador”.
Sustentabilidad: clave
“Una buena parte de las multinacionales que llegan a Chile antes de instalarse en un edificio revisan en detalle cuál es la huella de carbono y otros elementos relativos a la sustentabilidad”, contó Patricio Letelier. Agregó que “ejecutamos varios planes. Uno de ellos es el monitoreo permanente, y en tiempo real, del consumo de energía de los edificios. A veces el trabajo que consume gran cantidad de energía no se puede eliminar, pero sí se puede cambiar el horario en que se hace, de manera de no usar horarios punta que tengan una energía mucho más cara. Al saber cuándo se consume más y menos, podemos redistribuir los hábitos de los edificios. Asimismo, tenemos una gran cantidad de edificios con energía contratada como cliente libre, reduciendo la tarifa enormemente. También trabajamos con energía renovable no convencional”.
Revise la entrevista completa con Patricio Letelier en Plaza Pauta