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El pabellón de Chile en la Bienal de Arquitectura de Venecia llegó al MAC

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Gerdastudio
POR Rita Cox |

La muestra “Testimonial spaces” recoge 500 relatos de vecinos de la población José María Caro, de la zona sur de Santiago, tomados a fines de 2019.

Un gran volumen hecho en madera de pino pintada de azul y, en su interior, 500 óleos sobre tela sin firmar. Pinturas que sintetizan los testimonios de los vecinos de la población José María Caro, ubicada en las comunas de Lo Espejo y Pedro Aguirre Cerda, fundada en 1959 y cuyo nombre tributa a José María Caro Rodríguez, arzobispo de Santiago y primer prelado chileno en ser ordenado cardenal.

Fue en el sector sur de la capital desde donde nació la narrativa de Testimonial spaces, el pabellón que Chile montó en la más reciente Bienal de Arquitectura de Venecia. Un proyecto con curaduría de Emilio Marín y Rodrigo Sepúlveda, y comisionado desde el Área de Arquitectura del Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio, que debía responder a la pregunta lanzada para todos los participantes por el curador de Venecia, el arquitecto y educador libanés Hashim Sarkis: ¿Cómo viviremos juntos? 

La respuesta desde Chile comenzó a tejerse en un barrio santiaguino en septiembre de 2019, un mes antes del estallido y varios meses antes de la explosión de la crisis sanitaria mundial. “Un trabajo territorial que contó con el trabajo del historiador Juan Radic, encargado de recoger los testimonios de los vecinos de la población José María Caro”, explicó en conversación con Plaza Pauta, de Radio PAUTA, el arquitecto del ministerio Cristóbal Molina.

Los 500 relatos pasaron luego a manos del pintor Pablo Ferrer, quien con su equipo tradujo en quinientas pinturas esos textos. Una instalación que hasta el 27 de enero puede verse en el hall central del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) del Parque Forestal, para luego estar nuevamente disponible desde marzo.

La población José María Caro es un población emblemática, un plan urbano de fines de los años 60 que dio una solución habitacional al problema que enfrentaba Santiago luego de un masivo éxodo rural. Si bien no es una de las primeras soluciones para el problema habitacional, fue una de las más grandes, llegando a tener hasta 100 mil habitantes, cantidad muy superior a muchas de las ciudades intermedias de la época. El lugar vivió desde sus inicios momentos de crisis, marcado por el abandono del Estado. Esto obligó a los pobladores a organizarse para poder salir adelante, y dio una identidad propia a los habitantes de la población”, ha dicho Emilio Marín para explicar el contenido de esta instalación que se presentó entre mayo y noviembre de 2021 en Venecia.

Pabellón
Créditos: Gerdastudio.

En Chile se montó una versión parecida, pero no igual. La gran estructura azul –diseñada para un espacio más pequeño y en penumbra en un edificio del 1.300 en la ciudad italiana–  quedó allí, para ser usada por una compañía de teatro. En Santiago se replicó bajo las condiciones espaciales del MAC y bajo una luz más potente. Las pinturas son las mismas exhibidas en Venecia. ¿El azul? En palabras de Cristóbal Molina fue una elección de los curadores, para darle potencia a la estructura; un tono que “algo tiene del azul mapuche y algo del azul Klee”.  

“La Bienal de Arquitectura de Venecia es un evento muy grande, hay más de 70 países exponiendo, más de 100 expositores. Es un lugar donde hay muchísima información. También es un desafío cómo hacer una muestra que sea tan potente que en cinco segundos puedas tener una impresión. La gente va pasando de una sala a otra y te tienes que quedar con un recuerdo, una experiencia y, si es realmente potente lo que estás mirando, posiblemente te quedas más rato tratando de entender esa exposición”, dijo Molina, quien destacó que los propósitos de Testimonial spaces se cumplieron en Italia.

Revise la entrevista completa con Cristóbal Molina en Plaza Pauta