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La huella de carbono de la energía solar: estudio alerta que la industria generará 500 mil toneladas de residuos para 2030

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Pinterest / Kay Maloney
POR Diego Zárate |

En Radio Pauta ahondamos en la compleja tarea de reciclar desechos fotovoltaicos, desafío que plantea dificultades a las metas que tiene nuestro país para la transición energética.

Una de las metas de Chile para el 2050 en materia de transición energética establece que el 70% de la energía sea producida a través de medios renovables y limpios.

Sin embargo, un estudio de la Universidad de Chile alertó que habrá 500 mil toneladas de desechos fotovoltaicos para el 2030 provocados por paneles solares. ¿La razón? Hay componentes que son difíciles y costosos de reciclar, y en nuestro país no existe una infraestructura adecuada ni un procedimiento claro para llevar a cabo el proceso necesario.

Para visualizar la cifra de mejor manera, en Chile se generaron alrededor de 180 mil toneladas de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE) durante 2022, que por cierto solo el 3,4% de ellos se recolecta y trata de forma adecuada. Esto quiere decir que, para la próxima década, los desechos que dejaría un eventual cementerio de paneles solares sería tres veces la cantidad de residuos electrónicos producidos por Chile al año.

La mayoría de elementos que componen un panel solar no son complejos de reciclar: vidrios, aluminios, cobre. Gracias a esto, un panel fotovoltaico puede ser reciclado hasta en su 95%. El problema real llega después.

“No es una tarea fácil. Luego de retirar los materiales obvios, hay otros, como los componentes electrónicos, que requieren de procesos más complejos para su descomposición y aprovechamientos”, dice Rubén Avendaño, technical support de Emat en Chile.

¿Qué opciones podemos barajar?

En primera instancia, Constanza Levicán, CEO de Suncast, propone una suerte de economía circular. “Una planta generadora se dedica a vender energía, entonces va a desechar el panel en unos 15 años, porque ya no le es rentable. Pero eso no significa que no podamos usarlo en un colegio, que es un establecimiento que no tiene que cumplir con un plan financiero”.

Según Levicán, podemos reutilizar entre a tres o cuatro veces un mismo panel y así extender su vida útil muchos años más. “Algo así como en las viñas. Se utilizan las barricas una vez con un vino, se usan una segunda vez con otro vino no tan premium, se utilizan una tercera vez con el último vino y la cuarta ya no la puedo usar, así que la pongo de mesa en los bares. Entonces, ¿por qué no podríamos hacer lo mismo para los paneles”, reflexiona.

¿Qué pasa en nuestro país con los paneles solares al término de su vida útil? “Se suelen almacenar en lugares apropiados para ello, a la espera de que ser movidos a otro lugar con más espacio, eso es lo que se suele hacer hoy en día en Chile, ya que son elementos que duran mucho (hasta 30 años), no existía hasta ahora una necesidad real de pensar en el reciclaje de estos”, explica Rubén Avendaño.

No obstante, el dilatar un problema no es una real solución. Existen tecnologías que permitirían incorporar paneles solares con componentes menos dañinos e invasivos. Un ejemplo de esto sería la perovskita, un material más barato que el silicio y que ofrece una alta eficiencia.

“Uno podría hacer vidrios, un material transparente, no una celda como la conocemos. Podríamos poner todo un edificio donde todas las ventanas sean de eso y ese vidrio genera energía. Entonces sí existen opciones y materiales generadores de energía, pero aún están en etapa de laboratorio o en una primera instancia y por ende son mucho más caros”, detalla la CEO de Suncast.

¿Qué es lo que dice el Ministerio del Medio Ambiente al respecto?

Para el Gobierno lo más importante es “fomentar la responsabilidad extendida del productor, donde los fabricantes deben asumir la responsabilidad de recolectar y reciclar los paneles solares al final de su vida útil”.

Fuentes del Ministerio de Medio Ambiente dijeron a Radio Pauta que “los productores son los responsables de hacerse cargo de los materiales una vez terminen su vida útil. Además, incluiremos más adelante, a través de la Ley REP, obligaciones de recolección y valorización, cuando las condiciones así lo permitan”.

La cartera liderada por Maisa Rojas está preparando un “decreto de pilas y aparatos eléctricos y electrónicos de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP)” en el que se está “abordando la gestión de estos desechos a través de una regulación que obligará a los importadores de paneles solares a informar la cantidad exacta de productos que traerán al país, esto servirá para preparar el camino de la imposición de metas de recolección y valorización”.

No obstante, Rubén Avendaño es crítico de esta medida, ya que “no hay nada que deje claro específicamente sobre qué hacer con los paneles solares”. Dice que en la Ley REP “no se habla de reciclaje, de disposición final adecuada, etc. solo se está estipulando que las empresas relacionadas con la producción o distribución deben registrarse como tal e informar cuál es el destino y vida útil de estos elementos. Queda a iniciativa de cada empresa ver qué pueden hacer con este tipo de desechos”.

Según el technical support de Emat, “no existe un programa de financiamiento o iniciativas de sustentabilidad que permitan iniciar proyectos de este tipo. Si no se avanza en impulsar la implementación de centros donde esto se pueda llevar a cabo, nos veremos con las manos llenas de desechos del sector”.

¿Qué pasa en el mundo?

La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ha advertido sobre la problemática de residuos fotovoltaicos que pueden provocar los paneles solares en el mundo.

La empresa ROSI, en Francia, desarrolló la opción de reciclar hasta en un 100% estos materiales. Recuperando los componentes valiosos como el cobre, silicio y plata para reutilizarlos en paneles nuevamente, pero además utilizando los otros componentes como el plástico o vidrio para otros fines que requieran una menor calidad del elemento, como la creación de asfalto. 

Por otra parte, en Australia, científicos de la Universidad de Deakin han desarrollado un método para extraer silicio de los residuos fotovoltaicos y reconfigurarlo en nano-silicio que luego se utiliza para fabricar ánodos de alta energía para baterías de iones de litio, como una posible solución a una problemática en la que el tiempo juega en contra.