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La arquitectura humanizante de Carlos Martner, a un año de su muerte

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Humberto Eliash
POR Rita Cox |

El expresidente del Colegio de Arquitectos, Humberto Eliash, revisita la obra de uno de los grandes arquitectos chilenos, autor de las piscinas Tupahue y Antilén.

Una de las primeras obras de Carlos Martner (1926-2020) fue el estudio y biblioteca para su amigo el poeta y premio Nobel de Literatura Pablo Neruda, en la casa del vate a los pies del cerro San Cristóbal, La Chascona. Luego vendrían obras determinantes de su quehacer como arquitecto concentrado en la obra pública, como son las piscinas Tupahue y Antilén, del Parque Metropolitano de Santiago, ​ambas concebidas como un balneario de uso comunitario dentro de la ciudad.

Antilén
La piscina Antilén se construyó para los trabajadores del parque en 1971, pero fue abierta al público general el 28 de diciembre de 1976. /Créditos: https://funicularsantiago.cl

“Era muy modesto y no le gustaba hablar de sí mismo. No pensaba que su biografía pudiera tener algún interés”, contó a Plaza Pauta, de Radio PAUTAHumberto Eliash, expresidente del Colegio de Arquitectos de Chile y autor del libro Carlos Martner: La humanización del paisaje.

Martner, formado en la Universidad de Chile y parte de una de las primeras generaciones de la arquitectura moderna del país, diseñó parques y edificios en Chile y México. En este último vivió exiliado durante quince años y trabajó como profesor de taller en la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.

De regreso, realizó obras tan relevantes como los Parques Violeta Parra y Mapocho. En 2007 ganó el Premio América. Sin embargo, no obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura que otorga el Colegio de Arquitectos, a pesar de que fue postulado por Humberto Eliash en dos ocasiones. “El premio le fue esquivo, a pesar del reconocimiento que obtuvo en el ámbito latinoamericano. Fue muy reconocido afuera. Su gran aporte fue la valoración del espacio público, la valoración de la naturaleza y del paisaje chileno. Trabajó con materiales como la piedra y el agua. Fue uno de los pioneros en eso, aunque hoy ya es común. Pero en los años 40 y 50, cuando él comienza a explorar con estos materiales, era absolutamente pionero”.

“Una de las razones que da para interesarse por esto (la naturaleza) fue su infancia en Cauquenes. Era de una familia de inmigrantes alemanes. Estudió en Talca y en Cauquenes, en colegios públicos, y luego en el Instituto Nacional y en el Colegio Alemán en Santiago. Decía que su infancia entre las rocas le produjo una conmoción que años más tarde llevó a su vida profesional”.

Eliash agregó que Martner “entró a trabajar al Ministerio de Obras Públicas, donde se distinguió por ser un buen arquitecto y diseñador. Allí, casi por casualidad, y siendo muy joven, le encargan el diseño de la piscina Tupahue, que era una cantera abandonada, casi un basural. Ocupa la perforación del lugar que va geometrizando y humanizando –de ahí el título del libro-, y le añade elementos vegetales propios del lugar, como también, y en forma casual, el gobierno de México apoya la iniciativa de Juan O’Gorman, gran pintor y muralista mexicano, haga el diseño del mural que tiene la piscina”.  

Revise la entrevista completa con Humberto Eliash en Plaza Pauta