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La nueva creación conjunta de Francisco Gazitúa y Gonzalo Mardones

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Gonzalo Mardones
POR Rita Cox |

El escultor y Premio Nacional de Arte instala un puente que une los dos edificios creados por el destacado arquitecto para la Fundación Tacal, en Independencia.

La relación entre arquitectura y arte es una constante en el trabajo del arquitecto Gonzalo Mardones Viviani. Su más reciente proyecto, para la Fundación Tacal, en la calle Maruri de la comuna de Independencia, tiene un puente de metal rojo que está instalándose, obra del escultor y Premio Nacional de Arte Francisco Gazitúa, y que une a ambos edificios que componen la obra. 

No es la primera vez que Mardones y Gazitúa trabajan juntos: ya lo habían hecho en Ciudad Empresarial y el Museo Interactivo Mirador (MIN), donde Gazitúa instaló “La rueda de Dalcahue”.

“Lo que quisimos hacer en Fundación Tacal es unir dos cubos espaciales a través de un puente y nuestra opción fue invitar a Pancho, un tremendo escultor chileno que ha hecho obra urbana como pocos, para que hiciera un puente que fuera una obra de arte, de modo que los niños y gente (con capacidades diferentes) que allí estudian no tuvieran que salir y cruzar la calle. El fundamento de Pancho tiene una analogía con la silla de ruedas, con los arcos del sol y la puesta de sol. Por su parte, los cubos se proyectan en un silencio absoluto: quieren ser igual al barrio”, dijo Mardones, hijo y padre de arquitectos en conversación con Plaza Pauta, de Radio PAUTA.

Gonzalo Mardones es también el autor del jardín infantil Bambú, en la comuna de Vitacura, seleccionada por ArchDaily entre las 15 mejores obras del mundo de 2021, y en cuyo patio central se encuentra una obra del también escultor Federico Assler.

Bambú
Jardín Infantil Bambú. / Créditos: Gentileza Gonzalo Mardones Viviani.

El arquitecto también ha trabajado con el escultor Vicente Gajardo y los pintores Patricia Ossa y Samy Benmayor.

“Debiese ser ley. Los edificios públicos debieran tener arte público, como ocurre en Nueva York donde no puedes hacer un edificio, en muchas calles y avenidas, sin dejar un espacio para el arte público y tú pasas y ves un (Alexander) Calder que de otro modo no podrías ver”, dijo.

“La arquitectura es un arte en la medida en que los espacios diseñados, y el edificio y el cuerpo, tengan esa capacidad de producir emociones y de acoger tantas cosas físicas. El rol del arte es despertar emociones. La mayoría de los edificios son construcciones, buenas o malas, mejores o peores, pero en la medida en que la arquitectura logra generar emociones es una obra de arte complejísima que requiere una vida completa”, añadió.

Revise la entrevista completa con Gonzalo Mardones Viviani en Plaza Pauta