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Rescate patrimonial en Puerto Varas

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Gentileza Heike Hopfner
POR Rita Cox |

Tres casonas patrimoniales típicas de la colonización alemana fueron recicladas para uso comercial por los arquitectos Heike Hopfner y Pablo Moraga.

Heike Hopfner y Pablo Moraga, ambos arquitectos de la Universidad de Chile, partieron a vivir a Puerto Varas hace 14 años. Desde el comienzo, el matrimonio quiso “empujar lo patrimonial” y trabajaron profesionalmente en ello.

El año pasado obtuvieron el Premio Aporte Urbano (PAU) en la categoría Mejor Proyecto de Intervención Urbana, por el trabajo de rescate y remodelación de las casas Kinzel, Wiehoff y Kaschel.

Las tres fueron construidas entre 1890 y 1930 en uno de los dos ejes históricos de Puerto Varas, y hoy representan el legado arquitectónico del proceso de colonización alemana en la Cuenca del Lago Llanquihue.

Aunque las casonas habían sido desarmadas diez años antes para un proyecto inmobiliario que finalmente no vio la luz, estaban bien almacenadas y en la reconstrucción la pareja pudo usar parte del material original.

“Afortunadamente lo que más nos interesaba, que eran los elementos emblemáticos de estas casas, aquellos que les dan identidad, que son las ventanas, las puertas, las escaleras, algunos revestimientos y ornamentos, estaban en buenas condiciones para poder ser reutilizados”, contó Heike Hopfner en Plaza Pauta de Radio PAUTA.

Los primeros pisos de las casas se transformaron en locales comerciales, restaurantes y cafés, mientras las plantas altas se convirtieron en oficinas.

Además, están unidas por un boulevard, que permite hacer un recorrido continuo. “Se recuperó la sensación de conjunto patrimonial que tiene el sector”, apuntó.

“El principal valor de estas casas es el valor ambiental, su presencia en el espacio público, además del valor de cada uno de los inmuebles en sí mismo. Entonces el primer elemento que uno busca rescatar es la volumetría y la lectura de la casa”, explicó Heike.

La arquitecta cree que este proyecto de algún modo marcó un precedente importante, porque demuestra que los objetivos comerciales no están reñidos con la protección del patrimonio. “Es un cambio de paradigma. Llevábamos años luchando contra el prejuicio de que lo patrimonial es un cacho, que no sirve, y que el ámbito inmobiliario se mantenía lo más lejos posible de lo patrimonial. Patagon Land se atrevió y lo hizo de una manera super rigurosa”.

Revise la entrevista completa con Heike Hopfner en Plaza Pauta