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Entremuros: de casa de los Carrera y la Quintrala a un exitoso centro de eventos

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Instagram @triangularchile
POR Manuel Izquierdo |

En Radio Pauta, Tomás Swett, arquitecto a cargo del proyecto, comentó que se trata de “un lugar mágico, con más de 500 años de historia”. Además, relató el proceso de reconversión del destruido palacio, que estuvo abandonado por cerca de 35 años.

Ubicado en la comuna de Huechuraba, Entremuros es un centro de eventos construido en un sector donde en el siglo XIX descendientes de la familia Carrera levantaron un palacio y una capilla. El lugar, que tiene más de 2.200 m2 construidos de salones y terrazas, es único en su arquitectura, pues mezcla la vanguardia y el patrimonio.

Luego de varios años de abandono y deterioro, fue adquirido por los socios Ignacio Dulanto, Cristián Casanova, Felipe y Jorge Fleischmann, y los hermanos Raimundo y Tomás Swett, quienes encomendaron a la oficina Swett Arquitectos -hoy Triangular- el rediseño del lugar. 

Entremuros: de casa de los Carrera y la Quintrala a un exitoso centro de eventos

El arquitecto y socio fundador de Triangular, Tomás Swett, cuenta, en conversación con Plaza Pauta, de Radio Pauta, que entre las principales motivaciones para comprar la construcción fue su buena ubicación. “Cuando uno hace un centro de eventos, busca muchas características, como una buena infraestructura, pero también una buena conectividad, para que sea fácil llegar los viernes y sábado en las noches”, dice.

Swett comenta que “cuando llegamos al lugar, nos topamos con que había unas ruinas abandonadas, que muy poca gente sabía lo que eran. Era realmente un basural, y todavía no estaban hechas algunas calles que hoy existen. Era un lugar bastante abandonado”.

“Este lugar tiene un cuento, es un lugar mágico. Son unas ruinas de las que quedan pocas en Chile, porque con los terremotos se ha ido cayendo todo el patrimonio que hemos tenido”, describe.

El palacio estuvo habitado hasta la década de los ’70, y luego fue abandonado, desmantelado y destruido casi totalmente con los terremotos de 1970 y 1985.

Respecto a la arquitectura del lugar, el socio fundador de Triangular señala que “era un palacio de dos pisos. El zócalo era una estructura completa en mampostería en piedra y albañilería, que se conserva. El primer piso era una estructura en madera y adobe, y el segundo piso completamente en madera”.

“La casa tenía dos pisos y un subterráneo. Para la época, en el siglo XIX, era realmente un palacio a las afueras de Santiago”, sostiene. 

Restaurar un palacio con más de 500 años de historia

Swett insiste en que “tiene mucha historia este lugar. Por eso hablamos de que hay más de 500 años de historia. Se estima que hubo un asentamiento precolombino aquí, y los españoles comúnmente usaban lugares donde ya había asentamientos incaicos o preincaicos”.

El arquitecto dice que “muchas veces, hay gente que llega y demuele. Hace borrón y cuenta nueva”. Pero ese no es el caso de Entremuros, donde lo primero que hicieron fue investigar si el inmueble tenía categoría patrimonial.

Junto a los demás socios de Entremuros se dieron cuenta de que “no existía como tal en los registros del Consejo de Monumentos Nacionales”. Ahí surgió la idea de “poder rescatar este lugar y ponerlo en valor”.

“Tiene un valor agregado tener un centro de eventos en medio de ruinas. Hoy puedes recorrer ruinas de más de 200 años durante un cóctel, un lanzamiento de una empresa. Es un lugar realmente único en Santiago”, destaca.

Pero el camino no fue para nada fácil. Tomás Swett reconoce que “fue muy difícil rescatar este lugar. Este lugar se rescató a pala. Se trabajó con arqueólogos e historiadores, porque no sabíamos tanto algunos datos históricos”.

Durante la construcción, cuenta, se hallaron “elementos coloniales, que datan del siglo XVIII y XIX, porque estas ruinas están sobre una gran colina. No es que haya habido una sucesión de construcciones en el mismo lugar, sino que todo lo que se construía borraba lo anterior”.

Tras algunas excavaciones, el equipo fue detectando los pavimentos y muros originales del subterráneo, las bodegas y zonas de servicio del palacio. “El rescate de esta planta quedó tal cual como el proyecto de arquitectura lo previó y lo diseñó, pero no teníamos claridad de las profundidades y los niveles de piso terminados. Eso fue muy complejo”, recuerda.

La propuesta actual

El proyecto desarrollado por Swett Arquitectos conservó los más de 1000 m2 de ruinas. Según el socio, “las zonas que estaban en mejor estado las dejamos como zonas exteriores de terrazas, que tú recorres y haces los cócteles o eventos entre estos muros. De ahí viene el nombre del centro”.

“La casa sigue hacia adentro del salón, donde está el edificio vanguardista que propusimos. Lo que buscamos fue ser bastante respetuosos con el lugar, tratar de hacer una arquitectura con muy pocos elementos. El proyecto se sustenta en sólo cuatro muros de hormigón que sostienen una gran cubierta en madera, y desde dentro del salón constantemente se ven las ruinas que se van metiendo hacia adentro”, resalta el arquitecto que lideró la renovación de Entremuros.

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