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El Radar de Plaza Pauta: un viaje por Ámsterdam, París y Punta Arenas

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Magallanes Zona Extrema
POR Fernanda Monasterio |

La alcaldesa más influyente de Europa; los robles con que se reconstruirá la aguja de Notre Dame y la ex cárcel que se convertirá en la Biblioteca y Archivo Regional de Magallanes.

Ni hiperconsumo ni ajetreo

La alcaldesa la ciudad de Ámsterdam se las trae. Femke Halsema es la primera mujer en el cargo después de más de siete siglos de regidores hombres. Tiene 57 años, es socióloga y criminóloga, ha ejercido el periodismo y la investigación académica, se define como liberal de izquierda, fue diputada entre 1998 y 2011 y luego líder del Partido Verde de los Países Bajos.

Por eso, hoy la llaman justamente “la alcaldesa verde” y se la califica como una de las mujeres más influyentes de Europa en materia de urbanismo.

Femke Halsema, alcaldesa de Ámsterdam

Femke Halsema cree en el multiculturalismo, al punto de que es contraria a multar a las mujeres musulmanas que no cumplan con la prohibición de llevar la burka o el niqab en el transporte público.

También es muy crítica de lo que ella llama la sociedad del “hiperconsumo y el ajetreo” y defiende un modelo de gestión urbana basado en el pragmatismo y los acuerdos políticos.

Una de sus primeras medidas fue prohibir las visitas guiadas al Barrio Rojo como una manera de promover el respeto hacia las trabajadoras sexuales y, de paso, evitar las molestias que estas hordas de turistas-voyeristas causan entre los vecinos.

Femke Halsema prohibió las visitas guiadas al Barrio Rojo

Los temas que la desvelan son la digitalización de todos los servicios que puedan necesitar los ciudadanos, la movilidad inteligente y la economía circular. Por lo mismo, ha sido la gran promotora de la Coalición de Ciudades por los Derechos Digitales.

La burgemeester de Ámsterdam -madre de gemelos de 17 años y pareja del documentalista Robert Oey– es una convencida de que los efectos de la pandemia en el tejido social deben acelerar esos procesos, ya que ahora se hicieron urgentes.

Ha entregado 50 millones de euros en iniciativas de apoyo a las pymes que estén trabajando en estos temas, además de repartir miles de celulares y tablets conectados a Internet a alumnos y ancianos de escasos recursos. En paralelo, abrió una plataforma en línea para que los ciudadanos puedan dar ideas sobre cómo mejorar la calidad vida en la ciudad de Ámsterdam.

Robles para Notre Dame

Para el 4 de mayo está previsto retomar las obras de reconstrucción de la catedral de Notre Dame en París, que resultó seriamente dañada en el incendio del 15 de abril de 2019.

En estos días se está afinando la logística para que los profesionales restauradores, maestros y técnicos trabajen con distancia social, usen trajes especiales e, incluso, están instalando comedores especiales con aforo para ellos. Pero además, ya están seleccionados los ocho robles, provenientes del bosque Bercé, en el centro oeste de Francia, que serán utilizados específicamente para levantar la aguja de la catedral.

La catedral parisina fue destruida por un incendio el 15 de abril de 2019.

El diario argentino La Nación señaló hace unos días que “estos robles fuera de lo común, con más de 20 metros de tronco útil y un metro de diámetro, fueron seleccionados el viernes pasado (12 de marzo) por Philippe Villeneuve y Rémi Fromont, arquitectos especializados en la restauración de monumentos históricos”.

Para ello se utilizaron drones que fueron realizando un perfil en 3D de cada uno de los árboles, de modo de ir seleccionando los más idóneos. Por, por ejemplo, si en las imágenes de un tronco aparecía un nudo, se descartaba inmediatamente, pues estas maderas deben ser capaces de soportar una estructura que pesa alrededor de 300 toneladas.

Además, los árboles seleccionados tenían que ser ligeramente curvos, para que las futuras vigas sigan la línea de las bóvedas.

El bosque Bercé está en el centro-oeste de Francia, a 30 kilómetros al sur de Le Mans.

Para el resto de las estructuras medievales de la nave y el coro, eso sí, se necesitarán miles de árboles, aunque más jóvenes, cuya “cosecha” ya comenzó. Tras ser abatidos, los troncos quedarán en el mismo lugar por seis meses (tiempo que se requiere para garantizar que no perderán su forma) y durante el segundo semestre de 2021 serán trasladados a una veintena de aserraderos. Allí descansarán entre 12 y 18 meses hasta que alcancen una humedad de menos del 30%.

A principios de 2023, se transportarán a los talleres de carpintería, donde se seguirán los planos del arquitecto Eugène Viollet-Le-Duc, quien restauró Notre Dame en el siglo XIX, para llevar a cabo una reconstrucción idéntica.

Ha habido cierta polémica debido a la tala de estos miles de árboles. Sin embargo, las autoridades francesas han argumentado que cada año la propia naturaleza produce, por sí misma, entre 2.000 y 3.000 árboles, por lo que no habría tal depredación.

Además de los ocho robles para la aguja, la reconstrucción y reparación de Notre Dame requerirá miles de árboles para su estructura.

En total, se ofrecieron donaciones por un millar de robles en todo el país para la reconstrucción de la catedral e incluso hubo ofrecimientos de donantes extranjeros.

Si todo sale bien, Nuestra Señora de París reabrirá sus puertas en 2024 y lucirá exactamente igual que antes de las llamas.

Vuelta de tuerca histórica

El concurso se falló en 2014, pero recién ahora están disponibles los recursos para comenzar la habilitación del edificio que albergará la Biblioteca y Archivo Regional de Magallanes.

Ubicado en el centro, a pocas cuadras de la Plaza Muñoz Gamero, en la calle Waldo Seguel, fue la cárcel de Punta Arenas -ciudad que nació como colonia penal- durante más de un siglo. Construido entre 1898 y 1906, es Monumento Nacional en la categoría Monumento Histórico desde 2009.

Estos cinco mil metros cuadrados no sólo albergarán 40 mil textos y material bibliográfico de la zona que hoy se guarda en Santiago por falta de un lugar idóneo, sino que será un espacio abierto a la comunidad. De hecho, su gran patio techado será una enorme sala de lectura.

La excárcel de Punta Arenas

Se trata de una mega obra de rescate patrimonial (con un costo de $16.300 millones) y los ganadores del concurso fueron el equipo conformado por Rodrigo Aguilar y la oficina Forma Colectiva.

“La arquitectura que propusimos busca celebrar las huellas, la pátina y las marcas en los materiales y fachadas. En paralelo, buscamos una nueva distribución flexible para transformar la antigua cárcel de albañilería en un nuevo edificio de uso público”, explica Ignacio González, arquitecto de Forma Colectiva.

González recurre a una fracción de un texto del arquitecto e historiador de la arquitectura Jonathan Hill, y que ellos usaron en la postulación al concurso, para explicar el espíritu de este emblemático proyecto de rescate y resignificación: “La ruina atrae la atención a lo que está ausente y a lo que alguna vez estuvo completo, e implica un posible retorno a esa condición. Alternativamente, la ruina es un precursor a la innovación y el cambio. Al revelar no sólo lo que está perdido, sino también lo que está incompleto, la ruina indica que la situación presente no es inevitable e implica un futuro alternativo”.