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Sandra Iturriaga: “Es fundamental que la gente sienta propio el Mapocho”

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POR Rita Cox |

En el marco de la celebración del Día Mundial de la Bicicleta, este 3 de junio, la directora de Mapocho 42K cuenta los avances del proyecto.

El proyecto Mapocho 42K, que pronto cumple 10 años, trabaja en recuperar la potencialidad de las riberas del río Mapocho para conformar un espacio público de escala metropolitana: una gran columna vertebral en el sentido Oriente-Poniente que permita conectar geográfica y socialmente la ciudad de Santiago.

El objetivo es consolidar un corredor verde, o cicloparque, como un gran recorrido de uso público y recreacional para ciclistas, pero también para peatones, a lo largo de 11 comunas, contribuyendo a mejorar su calidad de vida y su equidad. El proyecto recorre una extensión de 42 kilómetros desde la entrada del torrente al valle -en la Plaza San Enrique, al pie de la cordillera- hasta el inicio de las localidades rurales de la cuenca del río en la comuna de Pudahuel.  

La arquitecta Sandra Iturriaga es la directora de Mapocho 42K. Entrevistada en Plaza Pauta, de Radio PAUTA, destacó que lo primero en que se ha avanzado en la última década es en la cultura urbana de imaginar el Mapocho como un espacio público esencial para Santiago, “un espacio que nos merecemos”.

Sandra Iturriaga, arquitecta y directora Mapocho 42K
Sandra Iturriaga, arquitecta y directora de Mapocho 42K / Créditos: Mapocho 42K.

“Partimos tímidamente con la idea de este recorrido que lo cruzaba a lo largo de los 42 kilómetros y eso ha ido creciendo en términos de parques que se han ido consolidando en sus riveras, por distintos actores; un conjunto de acciones públicas que lo van consolidando como un pulmón verde. Y hablo de cultura urbana porque no hace mucho tiempo considerábamos que el Mapocho tenía malos olores, que era una trastienda”.

Sandra recuerda que recién en 2010 se eliminaron las 21 descargas de aguas grises que daban al cauce y que a su juicio eliminar esa variable ha hecho mucho más cercana la relación con el Mapocho. “La gente hoy se acerca al río de otra manera. Entonces no es solo el proyecto, sino también el imaginario que se ha ido instalando. Y eso es fundamental. Es fundamental que la gente sienta propio el Mapocho y lo vea como un espacio urbano con identidad para el ciudadano común”. 

La idea del borderío como un gran parque público, dice Sandra, es de larga data. De hecho en Santiago, antes de que existiera la Alameda, existían los Tajamares del Mapocho, que fueron el primer paseo de Santiago.

Desde la academia, el gran impulsor fue el arquitecto y paisajista Mario Pérez de Arce, que ya hace 60 años veía el río como un gran sistema de parques integrados en una escala metropolitana, es decir, a lo largo de toda la ciudad, de oriente a poniente.

Ecosistema ribera y cauce

Durante los seis primeros años de implementación se recuperaron 20 kilómetros continuos, entre el Parque Bicentenario, en Vitacura, y el Parque Mapocho en Cerro Navia. “Hacia los extremos se han ido haciendo acciones con distintos actores”, añade Sandra. “En el poniente se está trabajando en el Parque Mapocho Río, que son fundamentalmente las comunas de Quinta Normal y Cerro Navia, y que implica un pulmón de nueve kilómetros que se consolidan. Y nosotros estamos trabajando hacia el oriente, en comunas como Vitacura, para darle continuidad hasta el inicio del torrente del río, más cercano a la precordillera. Espero que en los próximos dos años ya no hablemos de 20 kilómetros en continuidad, sino desde Lo Barnechea hasta Cerro Navia. Tal vez Pudahuel va a quedar un poco en deuda”.

Sandra hace énfasis en los beneficios sociales y ambientales de este proyecto, destacando que hoy es muy difícil pensar en esas dos variables por separado, ya que se afectan mutuamente. “Un espacio vivido es un espacio cuidado y que mejora nuestra calidad de vida. Ambientalmente, en su condición de corredor verde, de corredor arbolado, recupera considerablemente la condición del cauce, porque ribera y cauce conforman un ecosistema y se van recuperando mutuamente”.

Sobre el aspecto social, a su juicio a lo largo de estos 42 kilómetros se consigue una cierta equidad urbana al proponer una misma implementación para las comunas del oriente y del poniente. “Hablamos de una suerte de corredor público por esencia ciudadano, por esencia accesible para todos. Y cuando digo para todos, no solo me refiero a la condición social, sino también a los distintos rangos de edad y distintas capacidades”.

Revise la entrevista completa con Sandra Iturriaga en Plaza Pauta