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Teatro Caupolicán, 87 años en el corazón del barrio San Diego

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Agencia Uno
POR Manuel Izquierdo |

En su columna de Plaza Pauta, el doctor en arquitectura y académico UC, Hugo Mondragón, se refirió a la historia, arquitectura y valor del recinto para la ciudad. “El Caupolicán, formalmente, es absolutamente excepcional. No se parece a ninguno de los otros teatros que hemos visto”, dijo.

87 años de historia cumple el Teatro Caupolicán este 2023. Ubicado en el corazón del barrio San Diego -entre las calles Copiapó y Coquimbo-, el teatro con capacidad para siete mil personas ha recibido a íconos de la música, como Claudio Arrau, Louis Armstrong, Lucho Gatica, Raphael, Lola Flores o la Filarmónica de Nueva York.

Pero el recinto también ha sido escenario de hitos deportivos, como el primer título sudamericano que ganó para Chile el básquetbol femenino en 1946.

En conversación con Plaza Pauta, de Radio Pauta, el doctor en arquitectura y profesor titular de la Universidad Católica, Hugo Mondragón, se refirió a la historia, arquitectura y el valor del Teatro Caupolicán para la ciudad.

El académico recordó que el recinto surgió con el apoyo financiero de la Caja de Empleados Particulares, que “participó muy activamente en la construcción de barrios para empleados y obreros. Era bastante frecuente que cada uno de estos barrios tuviera un teatro obrero”.

“Sin embargo, el Caupolicán, formalmente, es absolutamente excepcional. No se parece a ninguno de los otros teatros que hemos visto, y esto ya lo hace una pieza muy singular”, dijo el columnista de Plaza Pauta.

Mondragón destacó que los barrios construidos por las cajas de empleados no sólo incluían casas, sino que tenían un “proyecto de construcción de comunidad” y buscaban que “las personas se reunieran y encontraran en algunos lugares”.

El lugar escogido, el barrio San Diego, “era un lugar estratégico, un poco al sur de La Moneda, entre la Alameda y la Avenida Matta, en un barrio muy populoso. Era un pasaje muy distinto al que conocemos hoy, en el que se intercalaban casas con industrias de pequeño formato”.

“La calle San Diego era como un hilo donde se iban poniendo perlas, que iban construyendo una relación de continuidad entre los barrios más periféricos y el centro de la ciudad”, describió.

El nombre, en tanto, se le dio en homenaje al heroico toqui mapuche conocido por sostener un tronco por más de tres días. “Es un minuto en que en el mundo hispanoamericano hay un intento por reinsertar las culturas precolombinas en ambientes mucho más cotidianos. Era un nombre que calaba mucho en el mundo popular”, comentó el arquitecto.

Escucha la columna completa de Hugo Mondragón:

Teatro Caupolicán, 87 años en el corazón del barrio San Diego: la columna de Hugo Mondragón