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Human Rights Watch advierte riesgo de que inmigrantes ilegales en EE.UU. no puedan reubicar a sus hijos

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POR Florencia Pucci |

Director de la entidad, José Miguel Vivanco: “Esto se ha hecho con unos grados de incompetencia imperdonables”.

Un impacto de quiebre familiar aún más profundo que la mera separación temporal de padres e hijos de grupos de inmigrantes ilegales podría generar la polémica política que implementó el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado 7 de mayo.

El director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, fue entrevistado por Pauta Final de PAUTA100.5, donde explicó que a las familias indocumentadas no se les habrían tomado sus datos esenciales de registro civil, lo que abre un campo de dudas para que los padres puedan reubicar a sus hijos.

“Esto se ha hecho de una manera brutal y con unos grados de incompetencia absolutamente imperdonables. Aparentemente, no se habrían tomado los datos biométricos básicos; es decir, las huellas, fotografías, registro especifico de la filiación del niño con su madre o su padre”, comentó Vivanco.

La administración de Donald Trump aplicó en mayo pasado un plan de “tolerancia cero” con los inmigrantes ilegales, lo que causó, en la práctica, la separación de padres e hijos: a los primeros se les envió a cárceles federales, mientras que a los menores se les ubicó en galpones, separados temporalmente de sus familias.

En los primeros dos meses de marcha de esta medida, el departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense mantiene bajo su cuidado a más de 2.000 niños separados de sus padres. Los menores se encuentran distribuidos en cerca de 100 albergues en 17 estados del país. Vivanco explica que el futuro de estos menores pasaría ahora a manos de familias norteamericanas. “El próximo paso es que van a ser trasladados a familias que ofrecen, a cambio, un pago mensual por recibir niños huérfanos, niños abandonados en los Estados Unidos”, asegura el directivo de la asociación de derechos humanos.

La medida de Trump generó un amplió rechazo a nivel mundial, lo que lo llevó a modificar su planteamiento: el pasado miércoles 20 de junio firmó un decreto para terminar con la separación de las familias inmigrantes que ingresen ilegalmente, pero solo a partir de ese día, manteniendo la medida para los casos anteriores. “Es un decreto que rige hacia el futuro; es decir, los indocumentados que cruzan la frontera hoy, en el primer día de ese decreto, y vienen con niños, no pueden ser separados de sus hijos”, comenta Vivanco.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, aseguró esta semana que los países pueden hacer las políticas migratorias que deseen, siempre y cuando “se respeten los derechos humanos de los migrantes y que esto se haga de una manera en que la cooperación internacional sea más relevante de lo que ha sido hasta ahora”.

A pesar del rechazo que ha generado la política migratoria de Trump, el Presidente estadounidense señaló a través de su cuenta de Twitter que seguirá con el resto de su política de tolerancia cero, como la construcción del muro en la frontera con México. “Sigue siendo una tolerancia cero. Tenemos cero tolerancia para las personas que ingresan ilegalmente a nuestro país”, dijo Trump.

“Todos los organismos de derechos humanos que se han diseñado pueden condenar esto, repudiarlo y rechazar los hechos, pero no más allá de eso. A Trump le importa muy poco la opinión de estos órganos internacionales, incluso de la comunidad internacional, porque su base de apoyo es nacionalista” señaló Vivanco.

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