Dato en Pauta

Cambio de hora en Chile: ¿Qué efectos tiene en la salud y por qué se realiza?

Imagen principal
POR Diego Zárate |

En Radio Pauta, te contamos el origen y lo que dicen los expertos de acuerdo al cambio de horario en Chile.

Cada año, Chile cambia su huso horario para adaptarse a las horas de luz solar durante el día. En verano e invierno, la duración de las jornadas varía y esta medida intenta disminuir el impacto de la poca luz natural en la rutina de los chilenos.

Sin embargo, la medida no está exenta de polémicas y algunos expertos cuestionan la efectividad y las razones detrás de este mecanismo que hace ajustar los relojes dos veces por año a la mayor parte del país.

Cambio de hora en Chile: ¿Desde cuándo y por qué se realiza?

Si bien el estado actual de la normativa es reciente, con la fijación de los cambios de horario para abril y septiembre desde 2019, el origen de la medida se remonta al siglo XX.

En 1968, Chile adoptó los cambios de hora para aprovechar más la luz solar durante verano y ahorrar energía eléctrica. De esta manera, la iniciativa contempló adelantar una hora los relojes y reducir el consumo de iluminación artificial durante el día.

Asimismo, la medida también contemplaba los beneficios en cuanto a seguridad pública, ya que al tener más luz durante las tardes, se reducen los riesgos de accidentes de tráfico y asaltos.

Cambio de hora en Chile: ¿Qué efectos tiene en la salud?

Además de los beneficios de ahorro eléctrico y de seguridad que mencionamos anteriormente, los cambios de horarios también producen efectos directos en la salud de las personas.

Según un estudio de la Universidad de Chile, en conjunto con la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño (SOCHIMES), el ser humano es una especia diurna, que se destaca y desarrolla en horarios con abundante luz natural.

La idea del horario de invierno es permitir que el sol aparezca más temprano y que las personas puedan verse beneficiados durante el inicio de clases o el trabajo.

Sin embargo, los constantes cambios y desincronización entre los sistemas circadianos y los ciclos ambientales de 24 horas, según expertos, podrían generar efectos negativos en el cuerpo. Por ejemplo, aumento de la presión arterial, aumento de la frecuencia cardiaca o aumento del riesgo cardiovascular.