El impacto de las tecnologías digitales en el consumo del deporte
Todos los sectores de la vida actual han cambiado respecto a épocas pasadas, especialmente con la llegada de la tecnología y de la red. Dos herramientas que han revolucionado la existencia y la rutina de las comunidades de todo el mundo. En este sentido, también debe observarse el cambio en la manera de disfrutar de los eventos deportivos y del deporte en general. De hecho, si años atrás estos se seguían de cerca, físicamente, acudiendo a los estadios o pabellones y estructuras similares, hoy, con las plataformas de streaming y en línea, la visión ocurre muchas veces cómodamente desde casa, a pesar de los intentos por incentivar la movilidad local. Un hábito fruto de la transformación sufrida por el tejido social internacional debido al uso generalizado de lo digital.
Los eventos deportivos y el consumo digital
Las innovaciones digitales están modificando la manera en que se sigue el deporte, influyendo en la interacción y el engagement de los aficionados. Las apuestas fútbol forman parte de los elementos que reflejan estas transformaciones en el consumo digital de las disciplinas deportivas. Un mundo que, por tanto, está viviendo plenamente el paso de la visión de dichos eventos de la realidad a lo virtual. En línea con lo que ocurre también en otros sectores del entretenimiento, como por ejemplo el lúdico o el relacional. Todo acaba teniendo una contraparte en línea que, con el paso de los años, parece querer imponerse sobre la tradición. Así, el deporte —desde el fútbol hasta el baloncesto, pasando por el tenis o el rugby y otros— está siendo arrasado por la acción de la tecnología y de la red. Una acción imparable que, como en otros ámbitos, no conoce límites y que debe aceptarse como nueva condición existencial actual.
Cómo ha cambiado la experiencia de los aficionados al deporte
Con este paso de lo real a lo digital, también la experiencia de consumo de aficionados y fanáticos ha cambiado radicalmente. Evidentemente, acudir a un estadio para seguir un partido, independientemente del deporte en cuestión, sigue siendo algo único y difícilmente replicable en línea. Pero con la tecnología moderna se está logrando, de alguna manera, devolver aquellas sensaciones y emociones vividas físicamente. Así, se puede asistir a un partido de fútbol o de tenis como si realmente se estuviera en el campo, gracias a la realidad aumentada, al equipamiento de audio envolvente y a pantallas cada vez más grandes y con una resolución gráfica hiperrealista e inmersiva.
Una combinación de elementos que, al unirse, permite al aficionado disfrutar de la experiencia deportiva cómodamente desde el sofá de su casa, de forma similar a lo que ocurre en un estadio o pabellón. Lo cual, por un lado, es positivo, pero por otro no, ya que se pierde la interacción social en primer lugar y la compartición en segundo. Dos factores indispensables para una experiencia de este tipo que hacen todo mucho más envolvente. Ninguna herramienta hi-tech puede ofrecer lo que brinda un evento visto en directo y no a través de un filtro televisivo o mediático. Y sobre ello conviene reflexionar para no encaminarse hacia una deriva excesivamente tecnológica en detrimento de algunos puntos tradicionales e irremplazables de la vida comunitaria y colectiva.