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El viejo y querido está de vuelta

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Agencia Uno
POR Andres Sepúlveda |

“Magallanes está de vuelta. Y lo ha hecho cumpliendo una campaña extraordinaria de la mano de Nicolás Núñez”, dice Fernando A. Tapia: “Un joven que llegó para revivir a un viejo”.

Fue el recordado comentarista deportivo Julio Martínez Prádanos, quien nunca ocultó su fanatismo por Unión Española, el que hizo célebre la frase para referirse a uno de los clubes más antiguos del fútbol chileno: “El viejo y querido Magallanes”.

Porque es viejo y es querido, decía don Julio, a propósito del porqué de esta expresión popular. Y es verdad. Porque el equipo albiceleste genera eso en prácticamente la totalidad de los hinchas: cariño, afecto y respeto.

Después de 35 años, Magallanes timbró su regreso a la primera división, tras un final dramático del campeonato de ascenso, donde protagonizó una estrecha y emocionante batalla con otro grande que sigue buscando su regreso al fútbol de honor: Cobreloa.

En Chile el equipo de la Academia es historia, es patrimonio y es tradición. Es también sinónimo de ese fútbol que estamos perdiendo, de un espectáculo familiar donde diferentes generaciones se entremezclan en un estadio para disfrutar del juego, y de un sentimiento profundo, romántico, que los abuelos han heredado a sus hijos y nietos.

En días en que la violencia se ha tomado los recintos deportivos de nuestro país, las imágenes de los seguidores del equipo afincado en la comuna de San Bernardo, alentando sanamente al cuadro “Carabalero” y disfrutando con el renacer de esta centenaria institución, resultan una luz de esperanza.

Es inevitable no conmoverse con la emoción de esos fieles hinchas en el momento del regreso a un sitial olvidado. Magallanes está de vuelta. Y lo ha hecho cumpliendo una campaña extraordinaria. Ha conseguido el título de la Primera B de la mano de Nicolás Núñez. Un joven que llegó para revivir a un viejo. Un técnico que pese a su corta experiencia en la tarea de dirigir, mostró sus capacidades para el cargo y armó un equipo en el que mezcló a veteranos con varios sub 25.

Jugadores de amplio recorrido como César Cortés, Albert Acevedo, Iván Vásquez y Felipe Flores, empujaron el carro desde el comienzo. En la segunda rueda se sumaron también Luis Jiménez y Carlos Villanueva. Junto a ellos brillaron en la campaña nombres, entre otros, como el de Marcelo Filla, Tomás Aránguiz, Manuel Vicuña, Julián Alfaro y Thomas Jones. Futbolistas que desde ahora quedarán registrados en la linda historia de este club, y especialmente en la memoria de sus hinchas.

Los mismos que sacan pecho para recordar cada momento memorable en los 125 años de existencia de la institución. Porque hoy, cuando vuelve a sonar con fuerza el “Manojito de Claveles”, de la mano de la Bandita de Magallanes, es necesario recordar también que este club fue uno de los siete fundadores de la liga profesional del fútbol chileno.

El primer campeón nacional, con el título conseguido en 1933, y el primer equipo en conseguir un tricampeonato, también en la década del 30. Fue además el primer equipo chileno en conseguir un torneo internacional: en 1949 alzó la Copa del Pacífico, un campeonato realizado en Ecuador. Como dice la frase, el actual Magallanes reverdece viejos laureles. Es ineludible no mencionar el histórico equipo de la década del 80, el que dirigía Eugenio Jara: “Los comandos de Jara”, denominados así por el estricto régimen de entrenamiento físico al que era sometido el plantel en el cerro Cheña de San Bernardo, en el mismo lugar donde realizaban sus prácticas de formación los cuadros de élite del ejército chileno.

Un equipo que consiguió una histórica clasificación a la Copa Libertadores de América en 1985 con jugadores como Adolfo Nef, Ivo Basay, Luis Pérez, Eduardo Vilches, Benedicto Pereira, Claudio “Fino” Toro y Darío Scatolaro. Un equipazo que se paró de igual a igual con Colo Colo, Peñarol y Bellavista. A este último le ganó en Santiago y también en el mítico estadio Centenario de Montevideo.

Paradójicamente fue después de este hito en el que vinieron los años más difíciles . La campaña del 86 fue un desastre, con el descenso sentenciado un 27 de enero de 1987. En el 2006 llegó a caer a la tercera división y no fueron pocos que pensaron en la desaparición del club.

Pero la bandita siguió tocando, e incluso en el 2011 llegó a disputar la final de la Copa Chile, la que perdió en una definición a penales ante la Universidad Católica.

Magallanes vuelve ahora a ponerse junto a los grandes del fútbol chileno, marcando el retorno de manera resonante, porque junto con el ascenso el equipo también está instalado en la final de la Copa Chile. Sus hinchas parecen estar viviendo un sueño. Después de tres décadas y media han vuelto a primera división, pero además están ad portas de un nuevo título que los podría llevar por segunda vez en su historia a disputar la Copa Libertadores de América. El viejo y querido Magallanes está de vuelta.