Deportes

Columna de Fernando Tapia: “La mala costumbre”

Imagen principal
POR Equipo Radio Pauta |

En su columna de esta semana, Fernando Tapia comenta la bochornosa eliminación de la Roja sub-23 en el Preolímpico.

La Selección Chilena Sub 23 quedó eliminada del torneo preolímpico y el sueño de estar en París se esfumó incluso antes del término del último partido de la primera fase. Un resultado predecible, ya que desde un principio se sabía que alcanzar uno de los dos cupos sería una tarea titánica. Incluso meterse en el cuadrangular final era complejo. Sin embargo, hay formas y formas de perder, y lo mostrado por el equipo de Nicolás Córdova ante Argentina está más bien emparentado con el papelón.

Quizás lo más doloroso de la goleada sufrida ante la potente selección albiceleste, haya sido que los nuestros dejaron de competir, que bajaron los brazos cuando el partido se puso cuesta arriba, y que desde el banco no se haya mostrado una respuesta oportuna cuando las señales de que el barco se iba a pique eran más que evidentes. Al final fue un 5 a 0 en contra que nos dejó cara a cara con nuestra realidad.

Chile sumó un nuevo fracaso internacional, otro traspié que se agrega a un largo historial en años recientes, incluyendo el descrédito en el que también han caído nuestros representantes en las competencias sudamericanas de clubes. Hemos dejado de competir, y lastimosamente nuestros equipos se han transformado en los comparsas de turno. Pero nada es casualidad, porque no se trata de hechos aislados.

El fútbol chileno, las sociedades anónimas, el modelo de negocio o los intereses de la “industria”, han abandonado el trabajo formativo. Hay que ser majaderos y apuntar a los verdaderos responsables de la debacle: los dirigentes o, mejor dicho, los nuevos dueños, le están provocando un daño incalculable a la actividad.

Hay poco dónde echar mano, y la mejor demostración ha sido la paupérrima presentación de nuestra Selección Sub 23. También lo es el mercado de verano de los principales clubes para la nueva temporada. El retorno de los viejos cracks ha sido la tónica. Algo que debiese ser la excepción se ha vuelto la norma, mientras escasean las figuras del futuro.

No son pocos los entrenadores que se agarran la cabeza pensando cómo encontrar el jugador para cumplir con la norma del sub 21 en cancha, una regla bien inspirada, pero que las instituciones se las han arreglado para eludir. Peor aún, los dirigentes se han empeñado a simplificar la operación comercial, lo único que parece inspirarlos, y han resuelto seguir aumentando el cupo de extranjeros, en línea con los deseos de los dueños en las sombras de varias instituciones: los representantes de los futbolistas.

Que un club tenga que arrendar el pase de un jugador joven para sumarlo a su plantel es otra constatación del absoluto fracaso de los proyectos deportivos, que debiera tener como principal objetivo la promoción de las divisiones inferiores. Está perdida la mirada de largo plazo.

Por eso no nos extrañemos de este nuevo fiasco, ahora protagonizado por la Selección preolímpica. Por cierto, incluso con este sombrío panorama, siempre se debe exigir al menos amor propio, incluso en la derrota. Y por eso duele el doble la forma en cómo Chile se entregó en el partido ante Argentina. Nos estamos acostumbrando a perder, a jugar mal y, peor aún, a dejar de competir. Una mala costumbre.