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Columna de Fernando Tapia: “El legado”

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POR Equipo Radio Pauta |

El periodista acusa que Ricardo Gareca “es responsable directo de la eliminación” de La Roja y que Pablo Milad debería renunciar “si hubiera un poquito de decencia, dignidad y vergüenza”. Además, dice que los culpables directos de este “desastre” son los 32 presidentes del Consejo de la ANFP: “son ellos los que mantienen en su puesto a Milad, que ya dijo que no dejará el cargo, porque quiere dejar un legado”.

Se acabó el martirio. Bolivia nos dio el tiro de gracia, y de paso sumó otra negra estadística en una clasificatoria: es primera vez que la Selección altiplánica nos gana los dos partidos de la carrera al Mundial. Los números son lapidarios. Gareca se va con el peor rendimiento histórico de la “Roja” en eliminatorias,  apenas superando el 16%.

Fracaso rotundo. No hay otro calificativo para el decepcionante paso del entrenador argentino. Es responsable directo de la eliminación, porque con algo de trabajo y mayor dedicación el equipo estaba en condiciones de pelear al menos el repechaje. Gareca es culpable por su notable abandono de deberes. No se tomó en serio el trabajo, no fue a los estadios con argumentos ridículos, no hizo microciclos porque prefirió pasar gran parte de su tiempo en Argentina y fue objetivamente negligente en las convocatorias, alineaciones y planificación de los partidos. Creyó que llevar a Chile al Mundial era cosa de soplar y hacer botellas. Pero no tuvo contraparte que le exigiera y allí radica la absoluta responsabilidad de su jefe directo.

Pablo Milad pecó de inoperante. Debió exigirle más seriedad y responsabilidad al entrenador. En rigor, junto con Gareca, el desastroso resultado deportivo debería provocar la renuncia en masa del Presidente de Federación y todo su directorio. Eso si hubiera un poquito de decencia, dignidad y vergüenza.

La crisis de la Selección es el fiel reflejo del triste momento de todo el fútbol chileno. Hoy Gareca es el rostro del fracaso, pero habrá que reconocer que no es el único ni mucho menos el principal responsable de todos los males. Porque antes que él también naufragaron Berizzo, Lasarte, Rueda y Pizzi. Por primera vez en la historia Chile quedó fuera de tres mundiales de manera consecutiva. Y eso da cuenta de un problema más profundo, donde el patrón común es una base de jugadores y una casta directiva que no ha cambiado mucho en estos nueve años de desolación. Hay que ser majadero, la actividad atraviesa por la peor crisis de su historia. Y no sólo es deportiva, es también económica, de seguridad y de transparencia.

Si hay que buscar culpables directos, esos están en el llamado “honorable” Consejo de Presidentes de la ANFP. 32 presidentes y dueños de clubes que en su mayoría se parapetan en el anonimato para la gran masa. Ellos son los que más deben hacerse cargo del fracaso. Son ellos los que han dinamitado al fútbol formativo, reduciendo al máximo la inversión en los jóvenes. Son ellos los que han incumplido el compromiso de reducir la cuota de extranjeros, limitando las posibilidades a los jugadores formados en el país. Son ellos los que han negado la multipropiedad y no le han puesto freno a los representantes de futbolistas en el control de los clubes, lesionando severamente los proyectos deportivos. Ahí hay especuladores financieros y palos blancos, procurando el statu quo para que nada cambie y que el negocio siga imponiéndose por sobre cualquier consideración deportiva.

En este escenario, ¿cómo podemos pedir un recambio?. Finalmente son ellos los que mantienen en su puesto a Milad, que ya dijo que no dejará el cargo, porque quiere dejar un legado. Y ya constatamos que lo que está dejando es un desastre.