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Columna de Fernando Tapia: “La señora FIFA manda”

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POR Equipo Radio Pauta |

“La FIFA mostró la hilacha invitando al Inter de Miami, el equipo de Messi, que pudo estar presente gracias al cupo de invitación con el que cuenta el país organizador. Un traje a la medida del negocio”, escribe el periodista Fernando Tapia en su columna de Pauta.

El Mundial de clubes vio la luz. Estados Unidos, sede la próxima Copa del Mundo de Selecciones, es también escenario de la primera versión del nuevo producto impulsado por el Presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino. 32 equipos representantes de las cinco Confederaciones luchan por quedarse con el trofeo, pero especialmente con el suculento premio para el ganador, que podría alcanzar hasta los US$ 125 millones.

El aliciente económico acalló por ahora las críticas al torneo, muy resistido especialmente por los clubes europeos y por el Sindicato Internacional de Futbolistas (FIFPRO), que ha advertido el riesgo a la salud de jugadores sometidos desde ya a un calendario muy recargado.

En total, el nuevo campeonato repartirá más de US$ 1.000 millones entre los participantes. Una bolsa nada despreciable con la que la FIFA pretende instalar un nuevo producto para la industria del fútbol un año antes de cada Mundial de Selecciones, reemplazando en el calendario a la Copa Confederaciones.

Por ahora el torneo ha estado lejos de cumplir las expectativas. El desequilibrio entre las grandes potencias enfrentadas a cuadros sin tanto reconocimiento internacional, en la primera fase, ha provocado que en varios estadios se hayan notado butacas vacías. Eso pese a los ofertones en el precio de las entradas e incluso al regalo de tickets para que no se note tanto la falta de público.

Los principales equipos europeos han asistido casi a regañadientes, forzados por la FIFA. Pero ha sido el Presidente de la Liga Española, Javier Tebas, el que ha sincerado la posición mayoritaria de los clubes del viejo continente. Dijo claramente que lo que debería ocurrir en que ésta sea la primera y también última versión del Mundial de clubes. Su argumento es económico, pues señala que el ecosistema del fútbol llegó a un límite, y que simplemente lo que hoy recauda la FIFA por este certamen se restará de los ingresos que los propios equipos podrían percibir directamente.

Se trata entonces de una guerra comercial, de una disputa por el control y poder en el fútbol. Los grandes clubes de Europa no olvidan que fue la UEFA, con apoyo de la FIFA, la que se opuso a la idea de una superliga europea, obligando a bajar la iniciativa propuesta por el poderoso Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Se argumentó que no se podía aceptar un torneo que no involucrara criterios deportivos para sus participantes, sino sólo el hecho de ser equipos populares o masivos, discriminando a todo el resto.

Y luego de eso apareció la proposición de un Mundial de Clubes por parte del ente rector del fútbol, en el que la FIFA mostró la hilacha invitando al Inter de Miami, el equipo de Messi, que pudo estar presente gracias al cupo de invitación con el que cuenta el país organizador. Un traje a la medida del negocio.

El campeonato que se desarrolla en Estados Unidos es también rechazado por el Sindicato Mundial de Futbolistas, con un argumento más sólido, relacionado con la salud de los deportistas. Esta misma semana emitió un informe en que asegura que apenas el 13% de los jugadores que militan en las cinco ligas top de Europa, y que también deben cumplir con sus selecciones, tendrán los 28 días de vacaciones legales recomendadas por los médicos y preparadores físicos. Advierten de las consecuencias legales de no cumplir con los días de asueto a los que tienen derecho los futbolistas, pero especialmente por aumentar aún más la carga de partidos a los que son sometidos los jugadores, con un riesgo real de provocar más lesiones producto de la sobreexigencia física.

La FIFA ha respondido que todo es una exageración, porque el torneo se disputará cada cuatro años, y en épocas en donde normalmente los clubes disputan partidos de pretemporada en distantes puntos del planeta. Estamos en presencia de un duelo de titanes, de una guerra comercial por el control del calendario y de un pozo de varios millones de dólares en la industria del fútbol. Por ahora, la señora FIFA manda.