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Columna de Fernando Tapia: “Da lo mismo”

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POR Equipo Radio Pauta |

A dos semanas de la eliminación de Chile del Mundial 2026, el periodista escribe sobre la batalla por el poder en la ANFP, entre Pablo Milad y Jorge Yunge. Además del nuevo período de Felipe Correa como Gerente de Selecciones y su relación con los representantes de futbolistas.

Dos semanas pasaron desde la eliminación de Chile del próximo Mundial de Fútbol. Las demostraciones de rabia, frustración, molestia, y los análisis de las razones por las cuales nuestra Selección permanece en el sótano del continente se fueron apagando con el transcurrir de los días. Es como si con la sola renuncia del técnico Ricardo Gareca el medio logró purificar las culpas del desastre deportivo, pese a que todos sabemos que el entrenador es apenas responsable de un porcentaje de la crisis.

Los dirigentes desaparecieron del mapa. Se escondieron en el anonimato, apostando a capear las críticas desde el silencio. Y habrá que reconocer que la jugada les ha resultado de nuevo. En un país serio, la bochornosa campaña de la Selección debió ser acompañada con la renuncia en masa de todo el directorio de la Federación, y un llamado a nuevas elecciones para que otros, ojalá con alguna mínima capacidad de gestión, puedan intentar un cambio de rumbo.

Pablo Milad sigue apernado en el cargo, y por ahora su máxima preocupación es enfrentar la amenaza de traición que ha surgido desde su propio directorio. El Secretario General de la ANFP, Jorge Yunge, aspira a sucederlo, o más bien a transparentar en los hechos lo que ha estado sucediendo desde fines del año pasado: es él quien realmente controla y decide las cuestiones más relevantes en la corporación.

La batalla por el poder está desatada y es el cuchicheo de moda en los pasillos del edificio de la avenida Quilín. Porque todo lo demás les da lo mismo. Ésta es la gran tragedia del fútbol chileno. No se observa en el horizonte nadie dispuesto a poner un freno a la inoperancia de quienes hoy manejan la actividad. Ni mucho menos alguna pizca de interés por enfrentar y superar los problemas de fondo. Porque Milad y Yunge son lo mismo.

Consta que si quedan algunos pocos buenos dirigentes, pero penosamente hasta ahora ninguno con la disposición y la valentía de alzar la mano para al menos dejar constancia de que no todos merecen ser puestos en el saco de los inútiles. Desde Cruzados, la sociedad anónima que ha sostenido en gran medida la administración de Milad, le han vuelto a tirar un salvavidas. El periodista Felipe Correa renunció su puesto de director y Presidente de la Comisión Fútbol de su club, para asumir el cargo de Gerente de Selecciones, función que ya ocupó eficazmente entre los años 2011 y 2016, precisamente la época dorada de la Roja. Ese pasado lo avala y le otorga un buen crédito.

Correa deberá hacerse cargo de la urgente responsabilidad de definir al técnico que dirigirá los dos partidos finales de las clasificatorias, y la difícil tarea de encontrar al entrenador de Chile para el proceso siguiente. Pero en el camino deberá despejar algunas dudas: que los paupérrimos mercados de pases de las últimas temporadas en la Católica, de los cuales fue corresponsable, fueron resultados de la mala fortuna o de los errores de cálculo y, especialmente, de su total independencia de los representantes de futbolistas, ávidos por influir en las decisiones en la Selección. Mire que en los chats de WhatsApp del caso La Serena quedó constancia que los hombres de Felicevich se paseaban como Pedro por su casa en San Carlos de Apoquindo. Tratándose de Juan Pinto Durán y de la Selección Chilena eso no nos puede dar lo mismo.