La columna de Fernando Tapia: “Reforma a las puertas del fracaso”
En su columna de opinión para Pauta, Fernando Tapia habla sobre la reforma a las sociedades anónimas deportivas y cómo se vería seriamente amenazada ante la postura de algunos senadores. “Son los parlamentarios los que tienen en sus manos evitar que sigamos perdiendo por goleada”, dice.
Ya sea por el fuerte lobby ejercido por los poderes fácticos del fútbol, o la ignorancia de los parlamentarios respecto de la materia, la bullada reforma a las sociedades anónimas deportivas quedó seriamente amenazada ante la postura mayoritaria de los Senadores de la Comisión de Constitución, que mantuvieron abierta la puerta de la multipropiedad en los clubes profesionales.
La noticia quedó en un segundo plano en medio del desarrollo del campeonato Mundial Sub-20. Pero, de ratificarse esta postura en las próximas sesiones del Congreso, sin duda que supondría un fracaso mucho más rotundo que las derrotas deportivas que han sufrido en la cancha las distintas selecciones nacionales.
Hoy la ley permite que una persona que es dueña de un equipo pueda tener hasta un 5% de la propiedad en otra institución. La eliminación de esta ventana es fundamental para brindar mayor transparencia en una industria que, por su naturaleza, le urge eliminar cualquier atisbo de conflicto de interés, precisamente uno de los aspectos que inspiraron a quienes han impulsado los cambios a la ley (una discusión que ya suma más de ocho años de trámite parlamentario).
Por lo mismo, es decepcionante escuchar los argumentos de los congresistas que persisten aplicar principios generales, como si se tratara de un mercado como cualquier otro. Peor aún, mantener esta posición reconociendo explícitamente el desconocimiento de cómo funciona el fútbol, tal como lo expresó el Senador Pedro Araya (PPD), uno de los que se niega a eliminar la multipropiedad.
Su postura no pasó inadvertida, siendo un parlamentario que representa la región de Antofagasta, ciudad cuyo club está precisamente bajo sospecha de actuar en coordinación permanente con otros equipos, como Deportes Copiapó y Rangers de Talca, dada la relación comercial de sus controladores, los mismos que han actuado como prestamistas en el fútbol a través de una empresa de factoring. ¿Llegó el lobby hasta aquí?, es una de las preguntas que nos hacemos.
La Senadora Luz Ebenzperger (UDI), también representante del norte, la misma que aduciendo su ignorancia en la materia dilató la discusión de la reforma a comienzos de este año, fijó su postura señalando que la ley de bancos permite incluso hasta un 10% de multipropiedad. Claramente en estos meses no ha aprendido mucho de cómo funciona el fútbol.
Por su parte la presidenta de la comisión, la Senadora Paulina Núñez (RN), argumentó que no se podía afectar el derecho a la propiedad adquirida, aunque al menos brindó una nueva oportunidad para no pasar la aplanadora y dio tiempo para una propuesta de consenso, ante la postura minoritaria de los Senadores Matías Walker (DEM) y Tomás de Rementería (PS), quienes si sostienen que la eliminación de la multipropiedad en el fútbol resulta fundamental para garantizar el éxito de la reforma.
El estado actual de la actividad no soporta un nuevo acto de gatopardismo político, de cambiar algo para que toda siga igual. Entramos al área chica, el momento de las definiciones, y son los parlamentarios los que tienen en sus manos evitar que sigamos perdiendo por goleada. Así como está, la reforma a la ley que pretende reformar las sociedades anónimas deportivas está a las puertas del fracaso.