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Pase de Núñez, gol de Montes: un déjà vu juvenil en el primer equipo de la UC  

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Ambos son parte de la camada sub21 que llegó pisando fuerte al 11 de Poyet. Créditos: Felipe Rojas - PAUTA / Agencia Uno
POR Francisca Vargas |

De promesas canteranas pasaron a realidades titulares, consolidadas con actuaciones consagratorias en la Copa Libertadores. En PAUTA repasamos sus historias.

Martes 10 de marzo de 2020. Universidad Católica enfrentaba a América de Cali por su segundo partido del Grupo E de la Copa Libertadores, con la misión de sumar sus primeros puntos en el certamen. Sin embargo, el objetivo no se cumplió.

Con un 2-1 favorable para los colombianos, la UC veía disminuidas sus chances de mantener la tranquilidad en la competencia, pero lejos de solo lamentarse por el resultado, el equipo tuvo en esa caída una razón para celebrar: el trabajo en las divisiones menores comenzaba a mostrar a un nuevo “proyecto”, que más tarde se convertiría en figura, Marcelino Núñez.

El entonces volante de 20 años convertiría el único tanto de la UC en ese encuentro, pese a que debutó tres semanas antes, en el triunfo ante Iquique, en el camino del bicampeón hacia el tricampeonato. Núñez ya había destacado de manera vistosa en las inferiores, lo que lo hizo firmar en 2019 su primer contrato profesional, que lo mantiene ligado a San Carlos de Apoquindo hasta el 30 de junio de 2022. 

En 2014, mientras entrenaba en las inferiores del equipo cruzado, Marcelino y su familia recibieron una noticia. A pesar de lo extraño, un pinchazo de neumático les cambió la vida. Su padre ayudó a personas que participaban de un programa de televisión sobre remodelaciones de hogares, que más tarde les entregaría una nueva casa.

¿El dormitorio de Marcelino? Sillones con forma de pelota de fútbol, cobertor para la cama del mismo color que una cancha y en la pared, un póster de su querido estadio San Carlos de Apoquindo. Se acostaba mirando a la UC y al despertar, lo primero que hacía era volver a admirar la casa del equipo de sus amores. El mismo por el cual sacó la cara a nivel internacional, y del cual fue parte relevante para mantener las aspiraciones de avanzar este 2021 a octavos de final de la Libertadores.

Ese partido en cuestión fue el triunfo por 3-1 ante Nacional de Uruguay este miércoles 5 de mayo. A Gustavo Poyet se le criticaba por el rendimiento del club: no había victoria alguna, el juego mostraba falencias y la cuesta se tornaba aún más empinada si no sumaban los tres puntos. Pero aparecieron los canteranos, ninguno de más de 21 años, y marcaron la diferencia.

Esta vez no fue solo Marcelino, quien arrancó de titular como interior derecho, sino que entre otras de las figuras también estuvo Clemente Montes. Un puntero que destacaba en el fútbol escolar mientras cursaba sus estudios en el Colegio Everest y que marcó de chilena el Mundial Escolar de 2017 ante Croacia. 

En el caso de Montes, su relación con la UC partió cuando tenía solo 9 años. Las inferiores fueron también su casa, hasta que Gustavo Quinteros lo citó por primera vez al primer equipo en 2019, para el duelo contra Unión La Calera en Copa Chile. El futuro, entonces, asomaba brillante y sus opciones de pelear por un puesto eran reales. Pero un corte de ligamentos en la rodilla derecha, jugando un clásico de inferiores con Colo Colo, lo tumbó.

Luego de una recuperación que le permitió volver al campo de juego a mediados de 2020, el sueño de consolidarse en el profesionalismo se mantenía intacto. Y tal fue su trabajo que el 30 de diciembre de ese mismo año se produjo su debut oficial. El rival era Santiago Wanderers y su ingreso era para reemplazar a José Pedro Fuenzalida. “Es mi ídolo del club”, dijo posterior al partido.

El cambio por su referente lo motivó, y una nueva oportunidad llegó. A los 78 minutos del encuentro con Huachipato entró nuevamente a la cancha (esta vez en reemplazo de Alexander Aravena) y menos de un minuto después ya estaba celebrando. Marcaba quien fuera capitán de la sub19, el mismo que una semana antes había entrado por el capitán de la adulta.

Hoy, dos canteranos que se metieron en el equipo cuando estaba superado por las lesiones, son realidades titulares. Y sonríen.

En juveniles la fórmula tenía dos ingredientes. Asistencias de Núñez, el talentoso, el habilitador, el hábil, el profundo. Y goles de Montes, el rápido, el encarador, el finiquitador, el explosivo.

Ante Nacional, un tricampeón de la Copa Libertadores, los relatos paralelos se fusionaron: “Asistencia de Núñez, gol de Montes”.