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Nicolás Medina: el devenir de una atípica estrella europea

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POR Francisco Gomez |

El exdelantero de la Sub 20 que fue tercera en el Mundial de Canadá juega hoy en Andorra, donde es goleador. Su carrera tiene un paso por España y muchos clubes de Primera B.

Para Nicolás Medina, 2007 fue un año movido. En pocos meses jugó un Mundial Sub 20 -competencia en la que obtuvo el tercer lugar-, rechazó un ofrecimiento del Real Madrid y firmó un contrato millonario en Europa. Lo que el goleador de aquella recordada selección juvenil no sabía era que se iniciaba la que tal vez fue la etapa más oscura de su carrera.

“Firmé con el Osasuna porque era una buena opción en todo ámbito. Estaban en primera división en ese tiempo y tenían un gran equipo. Yo en Chile no tenía contrato; la U nunca me lo hizo. Además, estaba todo el tema de la quiebra en ese tiempo, por lo que la opción de España fue como un sueño caído del cielo”, recuerda el jugador formado en Universidad de Chile.

La decepción chilena

Antes de fichar por el cuadro “Rojillo”, Medina tuvo un ofrecimiento de la filial del Real Madrid, que finalmente rechazó. Sus cartas estaban puestas en el equipo de Pamplona. Medina llegó a Osasuna como un gran jugador de proyección. Partió a Europa luego del Mundial de Canadá, al mismo tiempo que Arturo Vidal, Mauricio Isla y Mathías Vidangossy. Pero Medina fue el único que nunca llegó a jugar en primera división.

Los medios navarros y españoles fueron muy duros con el jugador nacional, catalogándolo incluso como “la decepción chilena”.  “En lo deportivo fue difícil. Estuve tres años, siempre cedido en otros equipos del ascenso. No elegí bien donde jugar […] y al tercer año me rompí el ligamento cruzado de la rodilla derecha. Después de eso decidí volver a Chile”, recuerda el futbolista, que sumó 44 partidos y cinco goles en el ascenso español.

“Fue como una nube negra. Tú planificas tu carrera, pero de pronto ves que las cosas no te salen y no avanzas nada. Por eso decidí volver a Chile a jugar en la Primera B. Me di cuenta que necesitaba volver a reencantarme. La gente me criticaba y me decía cómo yo, que había estado en Europa, iba a volver a jugar a la B. Fue una decisión difícil. Pero cuando miré las cosas de otra perspectiva y logré pensar solamente en mí, pude tomar la decisión correcta”, reflexiona.

En clubes como Curicó Unido, San Marcos de Arica, Naval y Rangers, Medina se hizo un nombre en la segunda línea profesional. En cuatro años convirtió más de 20 goles y hasta logró un título de la categoría con San Marcos de Arica. Parecía que aquel promisorio delantero de la Sub 20 retomaba de a poco su mejor forma, pero justo en ese momento, Medina decidió volver a Europa en busca de una inusual revancha.

Una “estrella” distinta del fútbol europeo

En un trabajo conjunto con sus agentes y tras varios intentos, Medina logró concretar un ofrecimiento del viejo continente. Su destino era la tercera división de España, pero tras un vuelco inesperado, apareció la opción del fútbol de Andorra, una exótica liga de solo ocho equipos que se disputa en el hermoso principado ubicado en la frontera entre Francia y España.

Con no más de 80.000 habitantes, la gente de Andorra tiene en su liga de fútbol una de sus principales distracciones. Medina llegó en 2018, con 30 años, para jugar por el Lusitanos. De inmediato el chileno destacó y se consagró goleador de la liga con 10 tantos. Un año después, y luego de algunos líos con su exclub, pasó al Santa Coloma, donde refrendó su condición de estrella de la competición. “Acá el fútbol no es fácil. Los equipos son muy defensivos y cuesta mucho hacer goles. Muchos jugadores nunca han salido de Andorra, por lo que valoran mucho la trayectoria de jugadores como yo. Además, está la opción de jugar fases previas de Champions League“, comenta.

Hace días, acaba de confirmar su fichaje por el Inter de Escaldes, uno de los grandes de Andorra y actual campeón de la competencia, que lo contrató como gran figura.

“Estoy feliz aquí. Si pienso en mis compañeros de la Sub 20 que juegan en grandes de Italia, creo que para mí jugar en Andorra es como si jugara en Italia o Alemania (…) Aquí me valoran, estoy aquí porque con mi familia somos felices, porque me tratan bien. Además, puedo darle a mi familia un estilo de vida distinto, más acceso a la cultura y a todo lo que implica vivir en Europa”, comenta.