Economía

¿Se equivocaron Hacienda y el BC? Desempleo no llegaría de un salto al 10%

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POR Marcela Gómez |

El economista de Clapes UC Juan Bravo detalla por qué veremos alzas graduales en la desocupación y plantea poner atención en otras variables.

En diciembre de 2019 el Banco Central proyectó que el desempleo subiría a 10% a comienzos de 2020, confirmando así estimaciones previas del ministro de Hacienda, Ignacio Briones, que apuntaban a un alza en la tasa de desempleo de tres puntos (desde 7%), involucrando a unas 300 mil personas. 

“Me sorprende que muchos analistas y también autoridades pronosticaron un salto a 10% en el desempleo a comienzos de 2020”, afirma el economista senior de Clapes UC Juan Bravo. Añade que es claro que ese indicador irá mostrando alzas durante el año, pero será un deterioro paulatino, con aumentos moderados. “No vamos a llegar a 10% en el cortísimo plazo, al menos no en el primer trimestre. Si no se controla la violencia, si no se recupera la actividad, es claro que en algún momento [la tasa] llegará a 10%. Pero no en forma repentina”, asevera.

El economista Juan Bravo considera que más que el nivel que alcance el desempleo, hay que estar atentos a la creación de empleo y a cambios en su composición. Crédito: ClapesUC

El especialista en macroeconomía y temas laborales afirma que los últimos datos del INE (trimestre septiembre-noviembre) muestran que la generación de empleo asalariado formal sigue firme, aunque apuntalada por el trabajo a cuenta propia informal y el empleo público, lo que implica que “los empleadores han evitado en lo posible los despidos”.

– ¿Que las cifras no muestren un alza en el desempleo responde al rezago que existe en el mercado laboral respecto a la evolución de la economía? 

“Es verdad que no necesariamente los cambios en el mercado laboral se materializan en forma automática. Cuando hay incertidumbre, como ahora, no es que las empresas despidan en seguida, ya que no se sabe cuánto durará el actual escenario. Y, además, hay costos que asumir no solo por indemnizaciones, sino por la selección y reentrenamiento después cuando se contrate”.

“Es importante notar que la tasa desempleo no es el mejor indicador para monitorear los efectos de la crisis. Este indicador mide qué personas no trabajaron ni siquiera una hora a la semana, están buscando empleo y disponibles para partir de inmediato. Pero si me despiden y salgo a vender a la calle, sigo ocupado”.

“La crisis puede cambiar gravemente el estatus ocupacional, al pasar de un empleo formal con seguridad social a uno pésimo, pero en la estadística a primera vista no hay ningún cambio. Además, también hay personas que cuando pierden su empleo no buscan de inmediato otro, lo que implica que salen de la fuerza de trabajo. Por eso hay que tener cuidado con mirar la tasa de desempleo, porque oculta muchos de estos cambios”.

– Pero los datos de la Dirección del Trabajo reflejan un alza importante en los despidos por necesidades de la empresa.

“¿Pero realmente se trata de cambios importantes? Creo que no. Se ha interpretado muy mal esa cifra. Se ha hecho énfasis en el aumento anual de las desvinculaciones por necesidades de la empresa, pero así no se mide el desempleo. Si uno quiere traducir eso en desempleo, lo que corresponde es monitorear en cuántas personas aumentó el despido por esa causal y eso calcularlo como porcentaje de la fuerza laboral, cuánto respresenta”.

“Lo ocurrido en noviembre es un buen ejemplo: se habló de un alza de 85% anual en esos despidos, que significaba 28 mil personas más que el año anterior. Pero esto es apenas un 0,3% de la fuerza laboral, lo que hacía prever un alza muy moderada en el desempleo. En diciembre el aumento anual en los despidos por necesidades de la empresa representa un alza de 0,7% de la fuerza laboral. Efectivamente deberíamos ver un aumento mayor, pero muy moderado, en el desempleo”.

 -Entonces, ¿cuál es el indicador que deberíamos monitorear si queremos saber cómo afecta la crisis al mercado laboral?

“El indicador donde más se manifiesta esto es en la creación de empleo asalariado privado. Y aquí la información de cotizantes de AFP que se desempeñan en forma dependiente muestra un aumento interanual de 154.249 personas en octubre, pero en noviembre esa alza es de 119.036 personas. Es decir, ya se empieza a notar una desaceleración en la creación de empleo asalariado formal, aun cuando la tasa de desempleo está más o menos estable. Esta es la cifra más baja de aumento anual de dependientes desde diciembre de 2017″.

– Por el acuerdo bianual que se legisló en 2018, en marzo el salario mínimo tiene que subir 2,5% real. Se espera un alza importante. ¿Podría ser un golpe adicional al mercado laboral?

“Si se sube el salario mínimo en un contexto de crecimiento alto es menos probable que genere efectos negativos. Mirando netamente desde el punto de vista técnico y dejando de lado lo valórico, lo que tenemos es que los salarios deben estar ligados a la productividad laboral. Si hay mayor crecimiento, la productividad es mayor y eso permite alzas de salarios sustentables, ya que el crecimiento amortigua o diluye los efectos negativos”.

“Como ahora estamos en un período de debilidad de la economía, lo más probable es que el incremento real del salario mínimo sea superior a lo que está creciendo la productividad laboral. Hay que ver en ese momento cómo estarán los indicadores, aunque lo más probable es que la productividad laboral esté cayendo. Por lo tanto, efectivamente este es un elemento que le añade más debilidad al mercado laboral”.

– Mirando lo ocurrido en crisis anteriores, ¿qué deberíamos esperar entonces en cuanto al desempleo?

“Hay dos casos para mirar. Uno es el frenazo que empezó en 2014, que fue menos serio que lo que estamos viviendo ahora. En esa época se hablaba de que pasaríamos a 8% de desempleo porque en vez de crecer al 5% estábamos creciendo al 2%. Eso nunca ocurrió, hubo un aumento muy moderado, recién el año pasado empezamos a llegar a tasas de 7%. O sea, nunca se cumplieron esos pronósticos. Y es porque la tasa de desempleo oculta mucho del impacto de la debilidad económica en el mercado laboral. En ese período se desplomó la creación de empleo privado y empezó a liderar la cuenta propia”.

“Ahí tenemos un primer caso de que esta tasa de desempleo puede no reaccionar tanto a las debilidades económicas, ya que el efecto en la economía se materializó mucho más en la creación de empleo y su composición. Eso llama a tener cuidado con los pronósticos”.

“Otro caso es la recesión de 2009. Cuando se hacen los cálculos, para que pudiéramos llegar a tasas de desempleo de 10% ahora, el empleo total (no solo el privado) tendría que caer 2% anual. Y eso nunca ocurrió en la recesión de 2009, cuando la crisis fue bastante seria, con recesión en Chile y en las principales economías del mundo. En ese entonces el desempleo superó el 10%, pero la diferencia es que cuando estalló esa crisis, el desempleo ya estaba en 8%. Ahora recién estamos en 6,9%”.