La decisión del presidente Donald Trump de extender el plazo para aumentar los aranceles sobre los productos chinos apacigua uno de los mayores riesgos que se ciernen sobre el comercio global, la inversión y el sentimiento.
No obstante, la disputa entre EE.UU. y China es solo una en una lista de preocupaciones cada vez más larga que amenaza con afectar el crecimiento mundial. He aquí un vistazo a por qué los pesimistas no descansarán todavía.
El presidente de EE.UU. está considerando imponer gravámenes a los vehículos importados sobre la base de que son una amenaza para la seguridad nacional. Tal movimiento afectaría no solo a EE.UU., sino también a las grandes economías manufactureras, incluidas Alemania, Japón y Corea del Sur. Los aranceles estadounidenses más altos y las medidas de represalia podrían poner en peligro unos US$ 500.000 millones en flujos comerciales, lo que representa 2,8% de las importaciones globales en 2017, según Moody’s Investors Service Ltd.
La segunda economía más grande del mundo ha estado luchando por contener una desaceleración, incluso cuando los formuladores de política aumentan las medidas de estímulo para avivar el crecimiento. Mucho dependerá de la duración de la tregua comercial, dada la gran cantidad de preocupaciones de EE.UU. respecto a las políticas industriales y económicas de China.
"No veo que las perspectivas para la inversión empresarial a nivel mundial mejoren notablemente hasta que veamos planes más concretos para resolver los diversos problemas entre EE.UU. y China", asegura Tuuli McCully, jefe de economía de Asia-Pacífico en Scotiabank, en Singapur.
Si bien los formuladores de política de la Reserva Federal consideran que 2019 marca el final de su proceso para equilibrar su balance, puede que no signifique que hayan terminado de subir las tasas de interés. La política de la Fed será crucial para los mercados emergentes que han disfrutado de un respiro desde que Jerome Powell hizo una pausa en el ciclo de alzas del banco central. Sin embargo, la perspectiva cada vez más baja para la mayor economía del mundo también arrastrará a las demás, mientras el estímulo fiscal se desvanece y los datos muestran signos de debilidad.
Gran Bretaña se tambalea al borde de una salida abrupta de la Unión Europea, la cual legisladores, economistas y ejecutivos advierten generará caos económico y arrastrará el crecimiento de los socios comerciales clave en Europa. La primera ministra, Theresa May, estableció un nuevo plazo para el 12 de marzo, solo 17 días antes del brexit, para una votación final sobre su acuerdo de divorcio.
La mayor economía de Europa sigue enviando señales mixtas en medio de la debilidad persistente de la fabricación y niveles de confianza flojos. Si bien la mejora del consumo y la inversión apuntan a un repunte en los próximos meses, ha habido fuertes rebajas en las perspectivas de crecimiento. Mientras tanto, Italia se hundió en una recesión a fines de 2018 y se prevé que apenas crezca este año, por lo que la economía quedaría sumergida en grandes deudas, bajo crecimiento y alto desempleo.
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