Economía

El fantasma de la recesión comienza a instalarse

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Trabajos de limpieza en el comercio en Concepción. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El presidente de la CPC y distintos economistas advierten sobre la posibilidad de tener dos trimestres consecutivos de crecimiento nulo o negativo. Hay riesgos para el empleo y la inflación.

Tímidamente, una de las palabras más temidas en el ámbito económico comienza a surgir cuando se analiza el impacto del estallido social. Si hasta ahora el diagnóstico era que la economía enfrentaba una fase de desaceleración, con un dinamismo menor al potencial, ahora surgió en el horizonte el riesgo de recesión, entendido como una caída sostenida del crecimiento, la inversión, el consumo y el empleo. 

Uno de los primeros en referirse públicamente al tema fue el exministro de Economía y actual presidente de Fundación Chile, José Ramón Valente, quien planteó que, si ese riesgo se concreta, “sería la primera recesión autoinfligida desde comienzos de la década del 70. Es decir, la mayor parte de los chilenos no ha visto una situación como esta porque no estaban vivos hace 45 años”.

Más directo, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, sostuvo que no solo existe riesgo de “recesión técnica”, que implica cifras económicas negativas hasta marzo de 2020, sino que además advirtió que si el país no logra construir un pacto social “lo que vamos a tener es una recesión no solamente larga, sino que [también] muy profunda“.

También se refirió al tema el expresidente del Banco Central José de Gregorio, quien en radio Cooperativa dijo que “no podemos descartar que el próximo año tengamos recesión y, por primera vez en muchísimos años, yo creo que desde la crisis del 82, un desempleo por encima del 10%”. 

Seis meses perdidos

Sin mencionar “la palabra con R”, como dicen algunos, el fantasma de la recesión comenzó a instalarse con el sinceramiento del ministro de Hacienda, Ignacio Briones, al rebajar fuertemente las proyecciones de crecimiento para la economía y advertir que la expansión de la economía sería nula en octubre e incluso negativa en noviembre.

Un repaso a los indicadores de mercado, como la depreciación del peso y la baja de la Bolsa, revelan el deterioro en las expectativas. “Si bien aún no tenemos un indicador formal de cuánto ha caído la confianza, todo indica que ha sido profunda. La caída en el IPSA y la violenta escalada del dólar es reflejo de ello”, afirma el economista jefe de BCI, Sergio Lehmann.

Añade que todo indica que el crecimiento del último trimestre del año respecto del tercero será negativo. “Si no se retoma la normalidad en el funcionamiento de la economía esto podría repetirse en el siguiente trimestre. Pensamos que la situación debería ir mejorando gradualmente, en cuyo caso se evitaría ese escenario, pero los riesgos son altos”, afirma.

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El economista jefe de EuroAmerica, Felipe Alarcón, prevé un fuerte frenazo en la inversión, que podría caer el próximo año. Precisa que hay muchos sectores productivos dañados, sobre todo comercio y turismo. Añade que las cifras económicas de septiembre “ya fueron muy malas y todo indica que las de octubre y noviembre serán horribles. Cada día que pasa sin que esto se resuelva aumenta la probabilidad de recesión y esto, lamentablemente, viene acompañado de mayor desempleo. Si esto sigue, ahí por marzo el desempleo podría llegar a dos dígitos”.

¿Estanflación?

Si la recesión ya es un escenario complejo a corto plazo, la perspectiva hacia el mediano plazo no es mejor, ya que podría decantarse en un escenario de estanflación: la combinación de bajo crecimiento y alta inflación.

Felipe Alarcón cree que este escenario es muy probable. A su juicio, lo que viene en materia económica es un alza en los costos salariales y subsidios que se transforman en consumo en un contexto de debilidad del sector productivo, con baja inversión y poco crecimiento.

“Esto podría traducirse no en inflación desatada, sino al menos en expectativas de inflación bastante más altas que las que hoy tiene internalizado el mercado. Un Fisco más expansivo y una política monetaria más laxa pueden incubar un poco más de inflación que lo estamos viendo hoy”, explica. Detalla que si bien hoy apuntan a una inflación de 2,7%, se han venido corrigiendo “porque se empezó a captar que en episodios de convulsiones sociales como estamos viviendo terminan en estanflación”.

El alza del dólar es otro factor, puesto que si se mantiene en los niveles actuales, o sigue subiendo, “podría más que compensar las bajas expectativas de inflación fruto del congelamiento de tarifas de transporte y energía”. señala.