Economía

El cobre atrapado en la incertidumbre de una guerra comercial

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POR jorge Román |

China anunció nuevos aranceles a productos estadounidenses en respuesta a los que formalizó EE. UU. La guerra comercial podría estar apenas empezando.

Como en una partida de póquer, China sube la apuesta de Estados Unidos y anuncia este martes nuevos gravámenes a bienes estadounidenses por US$ 60.000 millones. Esto en respuesta a los aranceles anunciados por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y formalizados por la Oficina de Comercio Exterior el lunes. Las nuevas tasas impuestas por China entrarán en vigencia el 24 de septiembre, justo después de que lo hagan las estadounidenses.

El temor a que la guerra comercial perjudique la demanda de materias primas hizo que el cobre cayera un 1,45% en la Bolsa de Metales de Londres este lunes para luego remontar un 2,44% el martes. No obstante, el metal acumula una baja cercana al 18% desde el máximo que alcanzó en junio de este año.

De acuerdo con El País de España, Estados Unidos cuenta con mayor margen para torcer las cosas a su favor: no solo porque importa mucho más que China (en 2017, Estados Unidos compró productos chinos por más de US$ 500.000 millones, mientras que la potencia asiática adquirió bienes estadounidenses por US$ 130.000 millones), sino también porque la economía de Washington está en crecimiento mientras la de Beijing se desacelera.

Según el empresario chino Jack Ma, fundador y presidente ejecutivo de Alibaba Group, esta guerra arancelaria podría durar 20 años. Ma asegura que los sucesores de Donald Trump querrán continuar con esta política arancelaria, por lo que sugiere que la Organización Mundial del Comercio genere nuevas reglas comerciales.

Otra visión proviene de Vox.com, donde se afirma que la estrategia de la Casa Blanca está destinada a fracasar. Esto, entre otras razones, porque Xi Jinping gobernará China por décadas mientras Donald Trump estará como máximo seis años más. Es decir, Beijing puede soportar la presión y esperar una administración menos agresiva.

En entrevista con la agencia EFE, el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, afirmó que Chile es uno de los países más abiertos del mundo y “de pronto se encuentra sufriendo medidas que se toman no en contra del país de uno, sino contra otro, pero terminan afectados otros que no tienen parte en eso”. Para él, estas medidas proteccionistas podrían afectar la confianza en libre mercado: “El peligro que corre el comercio mundial […] es que mucha gente en el mundo concluya que el libre comercio sólo favorece a las grandes empresas”.