Economía

Energía y Medio Ambiente detallan ambiciosa estrategia de descarbonización

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POR Cristián Rodríguez |

Las ministras Susana Jiménez y Carolina Schmidt explicaron por qué la salida de ocho centrales termoeléctricas no subiría las tarifas de la luz ni impactaría el empleo.

El Gobierno se puso la meta de terminar por completo con la generación eléctrica a base de carbón a 2040 y convertir a Chile en un país carbono neutral una década después.

El anuncio, que fue hecho este martes por el Presidente Sebastián Piñera, tiene como primera medida la elaboración de un calendario de cese de operaciones de ocho centrales termoeléctricas en la zona norte del país. A partir de este mismo mes dejarán de producir dos centrales de Engie en Tocopilla, por un total de 171 MW. En 2020 se cerrará otra en Iquique, de Enel, con capacidad de 158 MW. En 2022 se sumará una en Puchuncaví, de AES Gener (114 MW). Al año siguiente, una unidad de Enel en Coronel (128 MW). Y en 2024 terminarán sus operaciones tres centrales (dos de Engie y una de AES Gener) por un total de 476 MW.

Las ministras de Energía, Susana Jiménez, y de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, conversaron con PAUTA y explicaron de qué forma la salida de funcionamiento de estas ocho unidades termoeléctricas no impactará el empleo en las zonas donde operan, no derivará en eventuales compensaciones monetarias a las empresas y no significará un aumento en las tarifas de la luz para las familias chilenas.

En conversación con Pauta Final, Jiménez aseguró que la modalidad en que se planificó este cronograma fue decisiva para evitar impactos para las mismas compañías y sus clientes.

Por su parte, Schmidt complementó, en entrevista con Un Día Perfecto, que esta iniciativa se realizó sobre el modelo llamado “transición justa”, que han adoptado países como Alemania, y que minimiza el impacto laboral.

Al nivel de Europa

La ministra Jiménez destacó que Chile se convierte ahora en el primer país emergente en adoptar una medida de descarbonización tan radical, lo que nos ubica en niveles similares a los de Alemania, que también definió una reducción de su termoelectricidad a base de carbón. Sin embargo, destacó que el caso nacional es más meritorio, ya que el 40% de su matriz es térmica.

La autoridad abordó también los cuestionamientos hechos por grupos ambientalistas y parlamentarios de la oposición sobre el plazo de salida de las centrales, el que sería muy extenso. Jiménez explicó que este calendario de cinco años se estructuró precisamente para no generar impactos en la provisión de energía del sistema, y también para no obligar a la sustitución por otros combustibles térmicos, como el gas o el petróleo, que igual contaminan el medioambiente.

En la misma línea, la ministra Schmidt recordó que el plazo del plan de reducción de termoeléctricas se explica también por la necesidad de tiempo para levantar la infraestructura de transmisión de energía, que transporte los megas generados desde centrales menos contaminantes (como eólicas o solares) del norte a las distintas zonas del país.

Escuche la entrevista completa de la ministra de Energía, Susana Jiménez, en Pauta Final

Vea la entrevista completa de la ministra de Medioambiente, Carolina Schmidt, en Un Día Perfecto