Economía

Solo la mitad de las mujeres accedería a bono de la Reforma de Pensiones

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Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El proyecto establece un requisito de 16 años cotizados para beneficiarse del Aporte Clase Media, que solo cumple el 50% de las trabajadoras.

En materia de pensiones, las dificultades de ahorro para las mujeres comienzan desde la propia etapa activa del trabajo: menor participación laboral que los hombres, sueldos promedio inferiores, mayor tasa de desempleo, mayor informalidad y baja presencia en cargos de decisión, entre otras complicaciones.

Pero además, al momento de jubilar, estos problemas se suman a otros adicionales que son propios del sistema de pensiones -como la menor edad legal de retiro y el uso de tablas de mortalidad diferenciadas por género- o de naturaleza demográfica, como sus mayores expectativas de vida.

Como resultado, las pensiones finales que reciben son, en promedio, 40% inferiores a las de los hombres. Y esta cifra llega a una brecha de 67% al considerar sólo la pensión autofinanciada. Las brechas de sexo en pensiones en Chile se ubican entre las mayores de los países OCDE.


En este contexto, en la Reforma Previsional del Gobierno se proponen medidas que benefician especialmente a las mujeres, las que se centran en el Bono Clase Media aumentado para ellas. Pero ¿cumple su propósito?

“El aporte diferenciado por género que se propone en el proyecto es insuficiente desde la perspectiva de género, tanto en cobertura como en montos y diseño”, afirma la economista Paula Benavides, quien agrega que la medida “más que introducir equidad de género, busca incentivar el ahorro y en su diseño excluye a las mujeres más vulnerables, beneficiando en mayor medida a las de mayores ingresos”.

La experta integró el equipo técnico que elaboró la reforma previsional de 2008, lideró el diseño técnico del proyecto previsional de 2017 y ha participado en el equipo asesor de la oposición para el debate legislativo de la actual reforma de pensiones. Su experiencia en temas fiscales tras desempeñarse por más de una década en la Dirección de Presupuestos (Dipres) y en el Ministerio de Hacienda contribuyeron a que fuera propuesta por el Ejecutivo para integrar el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) hasta 2022, donde fue ratificada el 15 de mayo por el Senado junto con otros cuatro consejeros.

Antes de ser nominada, Paula Benavides realizó una investigación sobre las brechas de género existentes en el sistema de pensiones, que desarrolló en conjunto con la abogada Consuelo Fernández para la fundación Friedrich Ebert, la que motivó una invitación a Brasil para exponer dichos principios en el marco del análisis que se realiza en ese país sobre los cambios en pensiones.

Aporte clase media

El aporte Clase Media incluido en la reforma previsional consiste en un bono de 0,15 UF ($4.160) por año para mujeres que reúnan un mínimo de 16 años de cotizaciones, que suben a 22 años en el caso de los hombres. El monto para ellas aumenta en 0,05 UF ($1.380) por cada año cotizado desde el mínimo exigido. Este beneficio se entregará a partir de los 65 años a los pensionados de vejez.

“Aquí no hay una perspectiva de género ni se cierra ninguna brecha. Es simplemente un incentivo al ahorro, que es más alto para la mujer. Es un bono muy regresivo porque deja fuera a la mitad de las mujeres, las que tienen menos años de ahorro, que precisamente son las más vulnerables”, afirma Paula Benavides.

Explica que poco más del 50% de las mujeres no recibiría nada, ya que no tienen 16 años de cotizaciones, mientras que en el caso de los hombres cerca de 30% no cumplirían con el requisito de 22 años. Así, el componente base tendrá un fuerte sesgo de género, aumentando las desigualdades. De hecho sólo el 14% de las mujeres registran 35 o más años de cotizaciones y en el caso de los hombres este porcentaje llega a 35%.

Entre las mujeres que accedan al bono, un porcentaje relevante de ellas tendrá entre 16 y 25 años de cotizaciones; esto es, recibirán un bono adicional de entre $1.380 y $13.800. Los montos más elevados se concentrarán en los segmentos de altos ingresos, que son los que alcanzan una mayor densidad.

Por ello, la economista plantea que es necesario revisar cuáles son los objetivos y resultados esperados de este beneficio, además de analizar con cuidado su sustentabilidad financiera en el largo plazo. Esto, porque plantea que los beneficios para la clase media, incluyendo este bono adicional para mujeres, no están incorporados al Fondo de Reserva de Pensiones (FRP), el fondo soberano que acumula recursos para asegurar que el Fisco pueda financiar el pilar solidario para los más vulnerables.

“El estudio de sustentabilidad del FRP que se presentó con ocasión de este proyecto muestra que prácticamente se agota a 2050 solo con los ajustes al pilar solidario. Si se hubiese incluido el pilar para la clase media, se habría revelado que es insuficiente el financiamiento”, advirtió.

Cuidados y otras medidas

En el trabajo de Benavides y Fernández también se abordan otras medidas del proyecto que se requieren revisar para promover una mayor equidad de género. Entre ellas, el subsidio y seguro de dependencia, ya que las tareas de cuidado recaen mayoritariamente en familiares mujeres.

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“Esta propuesta es un paso que avanza en la dirección correcta, pero ganaría mucho al abordarse como un proyecto específico que apunte a establecer un sistema integral de cuidados”, afirma, precisando que en la mayoría de los países esto es parte de la seguridad social o del sistema de salud, pero no de pensiones. Sugiere también revisar el foco en beneficiarios, ya que se apunta sólo a personas dependientes severas mayores de 65 años, lo que excluye a otras personas que también requieren cuidados, entre otras medidas.

En general, la economista estima que si bien es positivo crear incentivos a la postergación del retiro, es ineludible avanzar en un aumento gradual de la edad de retiro de hombres y mujeres de las futuras generaciones -en el contexto de una reforma que aborde los desafíos estructurales del sistema-, ya que las personas tienden a anclar la jubilación a la edad legal. Esto, añade, debe hacerse gradualmente y ajustando algunos requisitos para pensionarse anticipadamente, de modo de adecuarse a las distintas realidades y que existan alternativas para quienes no pueden seguir trabajando.

Además, una condición fundamental es que debe ser parte de una mirada integral y profunda de equidad de género en que se aborden las desigualdades del mercado laboral, se reconozca a través de una compensación previsional la labor no remunerada de cuidados que realizan mayoritariamente las mujeres y se compensen solidariamente las brechas producidas por las mayores expectativas de vida, entre otras medidas.

Mire la presentación de este tema en Primera Pauta: