Economía

Yaron Brook: “La moralidad religiosa es increíblemente dañina para el capitalismo”

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Yaron Brook. Créditos: Fundación para el Progreso
POR Eduardo Olivares |

“La justicia no es la igualdad: no todos merecemos lo mismo”, afirma el controvertido autor conocido por su visión extrema del capitalismo, Propone privatizar ríos y lagos.

Es un autor, un académico, un inversionista. Pero es, sobre todo, un polemista.

Yaron Brook es el presidente del directorio del Instituto Ayn Rand, entidad que homenajea con ese mismo nombre a la escritora y filósofa ruso-americana Ayn Rand, precursora del objetivismo. Se trata de una corriente que busca concentrarse en la realidad como es, basada en hechos y alejada, según propone, de deseos o aspiraciones que no se enraicen en la existencia dada. Se aleja, así, de metas que trasciendan la realidad ya sea por imposición de reglas (como el socialismo o el fascismo) o por creencias religiosas.

Invitado a Chile por la Fundación para el Progreso (FPP), Brook obtuvo su MBA y doctorado en finanzas en la Universidad de Texas en Austin. Entre sus libros destacan Free Market Revolution: how Ayn Rand’s ideas can end big government, Equal is unfair: America’s misguided fight against income inequality y In pursuit of wealth: the moral case for finance, todos coescritos con Don Watkins.

—¿Qué es para usted el capitalismo?

“Es un sistema socioeconómico político en el cual el gobierno hace una cosa en particular que es proteger los derechos individuales, en los que todos tienen derecho a propiedad privada; cuando el gobierno solo está ahí para proteger nuestra libertad y no hacer algo más”.

—¿Qué es la igualdad?

“Ese es un concepto más difícil, porque depende a lo que te refieres con él. Algunos hablan de la igualdad de ingresos, que significa que todos tenemos los mismos recursos; algunas personas hablan de la igualdad de oportunidades, lo que significa que todos venimos de las mismas escuelas y tenemos las mismas relaciones y el contexto es muy similar. Me gusta hablar de igualdad. Creo que la forma legítima de igualdad es la igualdad política, donde todos tenemos los mismos derechos y libertades. Todos somos iguales ante la ley, el gobierno no puede discriminarnos por nuestra raza, género, orientación sexual o algo así, nos trata de forma igual, protege nuestra libertad de la misma forma sin importar nuestro apellido familiar a nuestro nivel de riqueza”.

—¿Qué es la justicia?

“Creo que la justicia es obtener lo que mereces y, claro, lo que uno se merece depende del tipo de vida que uno lleva. Un niño puede decir ‘por qué llevaste a mi hermano al cine y a mí no, no es justo’, y el padre puede decir ‘no te llevé el cine porque no te portaste bien, no merecías ir al cine, entonces es justo que no fueras’. La justicia en la economía es obtener lo que mereces y eso se basa en qué tan productivo uno es. ¿Cuánto valor creas? Eso es lo que debería ser la justicia. A menudo [este concepto] es entendido como la igualdad de resultados, pero eso es una perversión, ese no es el verdadero significado de igualdad. La justicia no es la igualdad, no todos merecemos lo mismo, no es justo tratar a todos de la misma forma. Algunas personas son buenas y otras son malas, algunas personas producen mucho y otras producen poco”.

—¿Cómo es la idea de que el capitalismo debería ser tratado como un estándar moral, superior a cualquier otra cosa y que después podemos ligar esta idea a la justicia y a la igualdad?

“El desafío es lo que discutimos: diferentes miradas de lo que son la igualdad y la justicia y, desde mi punto de vista, la moralidad es acerca del individuo. Lo que es moral es que cada uno persiga su vida de la mejor forma posible. La moralidad es una herramienta, una guía de cómo vivir una buena vida. Bueno, ¿qué es lo que necesitas para llevar una vida buena? Una de las cosas más importantes es ser libre. La libertad es necesaria para tener una buena vida, porque solo tú puedes tomar decisiones que son buenas para ti. Solo tú puedes decidir lo que es bueno y lo que es malo para ti. Solo tú puedes elegir que valores seguir en tu vida y, para hacer eso, para tomar esas decisiones tienes que ser libre de coerción, libre de una autoridad que te dice qué es lo correcto”.

“El capitalismo es realmente un sistema de libertad. El capitalismo es un sistema en el cual cada individuo es libre para seguir sus propios valores, para usar su mente, para elegir qué es lo racional y lo que no y lo que es bueno y lo que no, qué seguir y qué no. Entonces, el capitalismo es un sistema de libertad, es la libertad del individuo de coerción del Estado y de la coerción de otra gente”.

—Cuando pensamos así, entonces, efectivamente nos referimos a otros, no solo al gobierno. Pero se suele pensar en el capitalismo, de la manera en que usted lo enmarca, como estar libres de las autoridades, del gobierno…

“Pero también de la autoridad de otras personas, de una iglesia que busca imponerse o la autoridad o el poder coercitivo de la mafia que puede forzarte. Entonces, por supuesto libre de toda fuerza, libre de toda fuerza coercitiva, robo, violencia, sea desde otras personas o desde el gobierno, pero el hecho es que en la historia quién ha usado la mayor fuerza coercitiva, quién ha matado la mayor cantidad de gente: el gobierno. Por tanto, hoy día en las calles de Santiago probablemente no serás asaltado en la mitad de la calle; bueno, a veces pasa, pero probablemente no lo serás. Pero cada mes, el gobierno te asalta y te saca qué, ¿el 40% de tu ingreso?”

—Es menos en Chile.

“Bueno, entonces el 20% de tu ingreso. Pero ¡te están asaltando, no tienes elección! Dices ‘no quiero pagar impuestos este mes’, esa no es una opción, sale una pistola y partes a la cárcel. Entonces somos frecuentemente asaltados por el gobierno, [el que] corresponde a los padres fundadores de Estados Unidos. El gobierno es el mayor violador de los derechos individuales”.

—¿Es usted un libertario en ese sentido?

“No me gusta ese término, porque no creo que signifique mucho. Tienes de todo tipo de libertarios. Me considero un objetivista, lo que significa que me baso en la filosofía de objetivismo y concuerdo con muchos libertarios respecto de temas del libre mercado o de temas del gobierno. Pero, por ejemplo, no soy un anarquista, creo que el anarquismo es antilibertad, que el anarquismo es una legitimización de la fuerza, una legitimización de la violencia, entonces rechazo la anarquía. Creo que el gobierno es un bien necesario, pero que debe ser limitado y restringido para que haga lo que mejor sabe hacer, que es el monopolio de la fuerza. Y el monopolio de uso de la fuerza, el único uso de la fuerza que es legítimo es la defensa personal. Entonces el gobierno es una agencia de la defensa personal”.

—Para el registro, hablamos del gobierno y del Estado como ideas similares. ¿Son todos los gobiernos iguales? ¿Es lo mismo el gobierno de Josef Stalin que el gobierno de Barack Obama?

“Para nada. Prefiero a Obama sobre Stalin cualquier día, y no soy un fan de Obama. También puedes ver eso en Chile, puedes tener un gobierno que es prolibertad (relativamente, no tan puro como a mí me gustaría, pero relativamente prolibertad), en el que la gente prospera, acumula riquezas y tiene más oportunidades y hace más cosas en su vida, o puedes tener un gobierno sofocante, un gobierno totalitario que controla lo que haces y no puedes pelear como un ser humano y es como una muerte lenta. Así es como la gente lo describe, que vive en socialismo o un fascismo, como una muerte lenta. Entonces, no todos los gobiernos son creados de la misma forma, algunos gobiernos son claramente superiores a otros. Estados Unidos ha tenido relativamente buenos gobiernos desde su fundación y no creo que sea porque tenemos buenos políticos, sino porque los padres fundadores establecieron un sistema de gobierno que nos protege de los políticos malos”.

—Pero si tiene que elegir, usted parece más cercano al anarquismo que al socialismo.

“No, porque veo al anarquismo cerca del socialismo y del fascismo, porque veo al anarquismo como [un sistema en el que] vas caminando por la calle y cualquiera te puede disparar. Es anarquía, es una locura, es salvaje, el oeste salvaje y no quiero vivir en ese tipo de lugar. Preferiría… crecí en [un sistema] socialista en Israel y lo preferiría mil veces por sobre el anarquismo. Piensa en Somalia, la anarquía de la mafia, la anarquía es lo que era el mundo durante la edad oscura, donde no había Estado, en cualquier punto podía explotar la violencia y no había un estabilizador de la fuerza, no había un monopolio del uso de la fuerza y como consecuencia la vida era horrorosa. No creo que tengas empresarios bajo una anarquía, no creo que tengas capitalismo o libertad o una economía o riqueza bajo una anarquía. Creo que la anarquía es básicamente la violencia imparable que lleva a un [sistema] autoritario”.

—¿No es verdad que el capitalismo ganó nuestras mentes, nuestros gobiernos, en el sistema global?

“No realmente, porque no tenemos capitalismo hoy en día. Desearía que hubiese ganado, pero lo que ganó es una economía mixta que tiene algo de capitalismo. Lo que ganó es el Estado de bienestar, y no es el final de la historia, entonces todavía no hay un ganador, seguimos peleando. Pero cuando cayó el muro de Berlín, lo que perdió fue el comunismo, a pesar de que hay una resurrección del comunismo oriental. Lo que perdió fue el socialismo, o eso pensamos, porque el socialismo hoy en Estados Unidos es muy popular, en Europa igual. No creo que uno [de los sistemas] haya ganado, en definitiva, pero lo que parece haber ganado en términos prácticos es el Estado de bienestar. Un poco de libertad, un poco de capital libre de movilidad y puedes empezar un negocio, pero te cobraremos impuestos y te regularemos y te controlaremos. Un poco de libre comercio, a menos que estés dañando a una industria local y bueno pondremos lineamientos y barrearas, por lo tanto, ganó una mezcla. Y las mezclas que comprometen a las economías no duran, o se van por un lado que busca más control o más libertad”.

“Creo que históricamente estamos en un punto en Estados Unidos en el cual parece que hemos elegido acercarnos más al control, hacia el autoritarismo, alejándose del capitalismo. En Chile están tratando de decidirse, les gusta alguien que es del socialismo, alguien que no lo es, van y vuelven, ni uno de los dos hace mucho. Están atascados en el medio, pero no es sustentable, últimamente tendrán que elegir: ¿será el socialismo o el capitalismo? Temo que muchos países en el mundo hoy están eligiendo la opción mala, están eligiendo alejarse de la libertad”.

—¿Es buena la codicia? ¿Es bueno el egoísmo?

“Creo que el egoísmo es bueno si lo definimos de forma apropiada. El egoísmo es el cuidado de uno mismo, es promover tu propio interés, vivir la mejor vida que puedas, y de eso se trata la vida. La vida es acerca de tomar la única oportunidad que tienes, tienes solo una vida y debes sacar lo mejor de ella, lo más desbordante para que sea lo más feliz posible. ¿Y cómo haces eso? No lo haces perjudicando a otras personas, ni robando, engañando o mintiendo, lo haces siendo racional, productivo, honesto, al vivir una vida basada en la razón, al usar tu mente. Algunos dicen, ¿y qué pasa con las emociones? Cada vez que nos metemos en problemas, cuando miramos hacia atrás, ¿en qué pensamos? Pensamos ‘si solo lo hubiese pensado, si no hubiese seguido mis emociones’: las emociones son cómo te metes en problemas. Me encantan, soy un tipo apasionado, creo que vivimos a través de nuestras emociones, sentimos la vida, pero cuando tomes una decisión usa tu mente. Las decisiones deberían estar basadas en cómo podemos vivir la mejor vida posible y, según lo que significa el egoísmo, es absolutamente el modelo ideal”.

“La codicia es un poco diferente, corresponde a una búsqueda personal de una cosa en particular y depende de lo que esa cosa sea y de lo que la búsqueda personal significa. Si estás dispuesto a acortar el camino, si estás dispuesto a robar o mentir para obtener aquello, entonces es malo. Pero si ese estar resuelto significa cómo obtener más plata, o cómo mejorar en mi carrera o… ¿qué pasa con la codicia en el amor? Si quieres ser codicioso en el amor…”

—No, pensando en términos económicos.

“No creo que la codicia sea buena o mala, creo que depende del contenido, en lo que estamos haciendo. Pero pongámoslo de otra forma: ¿tratar de maximizar tus ganancias a largo plazo es bueno o malo? Es genial. Porque la única forma de lucrar es proveer a otros de un buen servicio, quienes están dispuestos a pagar por él. ¿Y por qué están dispuestos a pagar por él? Porque va a mejorar su vida, y va a mejorar su vida mejor que la plata que dan”.

—¿Hay límites ahí?

“No. Si hice un millón de dólares, significa que hice un millón de dólares con valor. Mi visión es que cuando veo a un billonario en un mercado libre, dejemos de lado la intervención del gobierno, pienso ‘guau, hizo del mundo un lugar mejor’, porque la única forma de convertirse en un billonario, la única forma de hacer dinero, es hacer del mundo un mejor lugar para los seres humanos. Dejemos de lado los narcotraficantes. Bill Gates hizo un mundo mejor a través de Microsoft. Steve Jobs hizo los iPhones. Cuando me compro un iPhone, ¿por qué gasto mil dólares en él? Porque vale más para mí. Cuando tengo ese iPhone estoy mejor y también lo está Apple. Ambos ganamos. El capitalismo es acerca de maximizar situaciones en los que todos los participantes ganan algo”.

—Pero hay algo bueno y algo malo. Dijo, ‘dejemos de lado los narcotraficantes’. ¿Por qué?

“Porque los narcotraficantes están abasteciendo por un valor a corto plazo, vendiendo algo que es destructivo para la vida humana. A algunos les gustan esos productos, quizás a los cigarros”.

—El alcohol.

“Bueno, puede ser, pero eso depende de ti. Si consumes alcohol en pequeñas cantidades en una base regular, puede que seas más sano”.

—Se refiere al vino…

“Sí, al vino tinto. Estamos en Chile, así que el vino tinto, que es bueno. Entonces hay algunos valores, que pienso que deberían ser legales para poder hacerlo: estoy a favor de legalizar las drogas, no creo que es trabajo del gobierno protegerme de productos. Creo que deberían ser legales, aunque su producción no está mejorando la vida humana a largo plazo. Pero ese es el caso inusual, casi todo el resto de las cosas: cuando la gente lucra es un signo de que la vida está siendo mejorada, que la gente está mejor. Nadie pierde de un intercambio, en el comercio todos ganan. Lucrar es maravilloso”.

El papel de Dios

—Usted dice que el capitalismo es moralmente superior, por lo que hay cierta sugerencia de que la religión es mala para perseguir estas ideas.

“Sí. Creo que la religión intenta convertirse en un monopolio sobre la moralidad. La fuente de la moralidad de la religión es Dios; creo que eso es un error masivo. Creo que, como todo en la vida, deberíamos ser capaces de descubrir la moralidad usando la razón desde la realidad, desde la naturaleza del hombre, ¿qué es lo requerimos para prosperar y ser exitosos? Creo que cada vez que uno deja de lado la razón es malo, y la religión está basada en la fe, en la negación de la razón, por lo tanto, creo que lleva a malos resultados. Creo que toda la base de la moralidad religiosa no se trata de que un individuo saque lo mejor de su vida ni de ser feliz, sino de sacrificio, de cómo sufrir, cómo vivir por el bien de otros. En ese sentido, la moralidad religiosa es increíblemente dañina para el éxito humano y últimamente para el capitalismo porque el capitalismo sigue el interés propio, mientras que la religión dice que el interés propio es malo. De esta forma, siguiendo una conclusión lógica el capitalismo es mejor”.

—’La religión es el opio de la gente’, dijo Marx.  

“Creo que Lenin dijo lo mismo. En cierto sentido eso es verdad. ¿Qué es lo que hace el opio? Opaca tu mente, opaca tus sentidos y compromete tu capacidad de razonamiento. Hasta cierto punto la religión hace lo mismo, dice ‘no pienses por ti solo, no juzgues, sigue un texto, sigue un libro, sigue un Papa, sigue un líder’, lo que opaca tu mente y tus sentidos y te hace susceptible a malas cosas”.

—Entonces, el marxismo y su visión del capitalismo están de acuerdo en algo al menos: su forma de ver la religión.

“Bueno, yo estoy de acuerdo con eso, porque la mayoría de los capitalistas no están de acuerdo conmigo… Seamos claros, no quiero hablar por todos los capitalistas que puede que sean religiosos”.

—Pero está luchando en la pelea de qué es ser un capitalista real, ¿no?

“Sí, sí. Soy un capitalista real y soy el que presenta todos los casos de capitalismo, y realmente creo que, por el otro lado, el marxismo se basa fundamentalmente en una moralidad cristiana. El marxismo dice que tu vida como individuo no importa, debes sacrificar tu vida por un costo mayor. El cristianismo dice lo mismo. Lo único que [Karl] Marx hace… Marx es muy inteligente, lo que hace Marx es que reemplaza a Dios con el proletariado. Pero todo el resto es igual. El proletariado debe tener un Papa, llámalo Lenin o Stalin, que canalice lo que se define como lo bueno dentro del proletariado y lo impone. El Papa canaliza lo que es bueno según Dios y debes actuar acorde con eso. Tu vida no es realmente tuya en el cristianismo ni en el marxismo, tu vida le pertenece a otra entidad: al proletariado, según Marx, y a Dios, según el cristianismo”.

“Creo que la razón por la cual el comunismo y el socialismo son tan populares es porque conectan con la religiosidad de Occidente, entonces es fácil para la gente convertirse en socialistas, porque no es un desafío para sus creencias fundamentales”.

—Bueno, sí desafían al sistema. Para el marxismo, más que sacrificio, busca que el proletariado luche por el poder de autogobernarse.

“No, pero también debes sacrificar. Ciertas personas deben sacrificarse más que otras. Lo que Lenin dice es que hay que romper algunos huevos para hacer un omelette, y eso pasan a ser millones de vidas que tuvieron que ser rotas para hacer ese omelette. Pero no, el socialismo dice que ‘desde las habilidades de cada uno hacia las necesidades de cada uno’, por ende, aquellos con las habilidades son sacrificados para aquellos con necesidades. Por supuesto, la esencia del comunismo y el socialismo es el sacrificio”.

—¿Cuál es el rol de la democracia? ¿Cuál es la relación entre la tragedia de los comunes, la democracia y su ideal del capitalismo?

“En primer lugar, no creo que deberían existir los bienes comunes, creo que ellos deberían ser privatizados. No puedes hacerlo con todo; por ejemplo, el aire es algo difícil de privatizar. Pero puedes hacerlo con la mayoría de los casos: ríos, lagos, montañas. Si todos [estos bienes] fueran privatizados la gente los cuidaría, porque la gente cuida su propiedad”.

—¿Incluso si solo una persona controlara todo?

“Una persona nunca controlaría todo, [porque] los mercados no funcionan de esa manera. La gente tiene intereses diferentes y compran distintas propiedades para utilizar en una variedad de formas. Ciertamente puedes vender ciertas áreas para que se conviertan en parques nacionales [donde] grupos de personas se reunirían a decidir. Ellos comprarían cierta área, se preocuparían de mantenerla como un espacio estrictamente natural y prevendrían que construyeran edificios. Entonces tendrías a personas con diferentes incentivos, que comprarían pedazos distintos de partes de la Tierra. Incluso la pesca podría ser privatizada. En Islandia y en Noruega crearon formas muy ingeniosas para construir derechos de propiedades para pescar, y [de esa forma] solucionaron el problema de la sobrepesca. Por lo tanto, creo que la meta debería ser minimizar el alcance de los bienes, el grado de algo que no es propiedad de una entidad o de una persona en particular”.

“Con respecto de la democracia, depende a lo que te refieres con ella. La democracia fue inventada por los griegos e inicialmente la idea era ‘votemos en todo’. No les gustaba lo que Sócrates hacía, [decían] ‘está corrompiendo a la juventud, está desafiando a la religión’, entonces ‘saquémoslo y matémoslo’, porque no hay libertad de expresión en la democracia. Estoy en contra de ese tipo de democracia, estoy en contra del gobierno mayoritario. Pero si con democracia te refieres a ‘tenemos protección para los derechos individuales’, y si después votamos por el presidente y el congreso eso es genial, pero en el capitalismo ambos tienen muy poco poder”.

—¿Deberían?

“Sí, deberían tener muy poco poder. Por ende, la política no se convierte en algo muy interesante. No es algo que la mayoría sigue. Creo que es bueno cuando la mayoría de la gente no vota, [porque] votar por el presidente no debería tener un gran impacto en mi vida. Él está ahí para protegerme, y un tipo puede hacerlo de forma diferente que este otro, pero no debería ser socialismo versus capitalismo, o socialismo versus fascismo. [Eso significa] que estás votando por quien te esclavizará: no quiero ese voto, no quiero que se vote respecto a eso”.

“Por ello, creo que la democracia necesita ser limitada por los derechos: yo tengo un derecho, tú tienes un derecho, todo ser humano tiene el derecho de ser libre. Libre de la coerción, libre de la fuerza, libre de la intervención, libre de la autoridad, y de deberíamos votar por aquellos que son responsables de mantener esa libertad. Y preservar esa libertad es un trabajo relativamente pequeño comparado con lo que el gobierno hace hoy en día”.