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La deconstrucción de Parra

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LA TERCERA
POR Periodista Practicante |

El 23 de enero se celebra el primer aniversario de la muerte de Nicanor Parra. El profesor y doctor en literatura Rodrigo Rojas, estuvo en Pop! para recordar y analizar el legado del reconocido antipoeta.

III

ADVERTENCIA AL LECTOR

El autor no responde de las molestias que puedan ocasionar sus escritos.

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                                                                                                    – Nicanor Parra (1954)

“Yo tenía la secreta esperanza de que la muerte ya se había olvidado de Nicanor, de que al menos él me iba a enterrar a mí”, comenta Rodrigo Rojas. Esboza una sonrisa. Levanta las cejas. Mira sus dedos que no dejan de moverse mientras habla. “Yo estaba seguro, habría apostado plata, habría perdido, por cierto, pero habría estado dispuesto a perder”, agrega el profesor de Literatura Creativa de la Universidad Diego Portales.

El primer aniversario de la muerte de Nicanor Parra dejó atrás un año cargado de desencuentros, peleas y disputas: conflictos por su patrimonio, acusaciones entre hermanos y la familia dividida por el testamento del difunto.  

“No olvidemos que el modo en que Nicanor irrumpe en la literatura no está ajeno a estas contradicciones”, recuerda Rojas.

El profesor dicta una cátedra sobre los inicios del antipoeta. En aquel entonces el espacio literario estaba ocupado por Pablo Neruda. Parra lo respeta, pero necesitaba su espacio propio. Debe entonces escribir una propuesta muy distinta [casi antónima]. En un país chico, esto se interpreta como, en palabras de Freud, “matar al padre”. Se genera así una relación contradictoria entre Parra y Neruda.

 “A mí me parece perfectamente natural que sus movimientos sigan teniendo réplicas tras un año desde su muerte”, señala Rodrigo Rojas.

Recuerdos del poder colgado

Con 92 años en el cuerpo, y en la inauguración del Centro Cultural Palacio La Moneda (CCPLM), Parra presentó una de sus instalaciones más controversiales:“Obras Públicas”. A pesar de que la muestra se efectuó tal como él la había preparado, en su momento debió enfrentarse con la posibilidad de la censura.

Desde O’Higgins hasta Lagos, “El Pago de Chile”, la imagen de diversos líderes políticos colgados generó nerviosismo en las autoridades, que en aquel 2006 acudían a conocer la muestra.

“Un escándalo”, señala hoy Rodrigo Rojas.

La solución: el despido de la directora del CCPLM, Morgana Rodríguez, quien acabó convirtiéndose en la productora de las exposiciones de Parra.

“La gente se puso nerviosa. No hay nada que le podría haber traído más satisfacción a Nicanor, como autor, que el hecho de que la autoridad política cultural haya sentido ese nerviosismo”, agrega sonriendo el doctor en literatura.

El orden los factores SÍ altera el producto

Nicanor Parra, quien siempre tuvo buenas notas en las materias humanistas, decidió estudiar Matemática y Física en la Universidad de Chile. En 2011, en una entrevista con la periodista Leila Guerriero, le contó su motivación: “demostrarles a esos desgraciados que no sabían nada de matemáticas”.

Y el antipoeta tenía razón.

O, por lo menos, así lo demuestra el modo en que se consume su obra.

Para Rojas, existe un orden adecuado en el que se debiera leer a Parra:

1.- Poemas y antipoemas (1954)

2.- Discursos de sobremesa (1997)

3.- Artefactos (1972)

“Solo entonces se puede entender esta gran capacidad de síntesis, de no ser así, los Artefactos se leen solamente como chistes. La dimensión más profunda se comprende una vez que se ha leído la poesía”, sentencia el literato.

La entrevista completa de Rodrigo Rojas en Pop!