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José Miguel Ibáñez: “Para la fe cristiana todo es presencia”

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POR Fernanda Valiente |

En el marco de Semana Santa, el sacerdote e intelectual presenta su libro ”La pasión de Cristo” y comenta con Cristián Warnken el regreso a las misas presenciales.

¿Qué ha ocurrido con el ritual de Semana Santa?

“Ha habido un debate sobre hacer las liturgias y las misas. Se ha dicho que se ha hecho un privilegio a la Iglesia Católica”, reflexiona Cristián Warnken en Desde El Jardín tras el fallo de la Corte Suprema que permitió las liturgias católicas presenciales en medio de la pandemia. 

“¿Cuál es tu mirada?”, le consulta a su invitado.

“Pienso que el Estado y las autoridades sanitarias han sido muy poco generosas con el corazón del sentir cristiano, que pide presencialidad, no privilegios”, responde el sacerdote e intelectual José Miguel Ibáñez Langlois, conocido también por el seudónimo de Ignacio Valente como crítico literario.

“Para la fe cristiana todo es presencia. Este acontecimiento redentor que llamamos Jesús de Nazaret fue una presencia histórica. Su muerte en la cruz y su resurrección gloriosa fueron acontecimientos de los que hoy llamamos presenciales […]. Por eso duelen tanto las excesivas restricciones a las que nos hemos visto sometidos”, afirma el doctor en filosofía eclesiástica por la Universidad de San Juan de Letrán en Roma.

Iglesia durante la Semana Santa 2020. Créditos: Agencia Uno
Créditos: Agencia Uno

El sacerdota acaba de publicar La pasión de Cristo (2021). Allí recorre el abandono físico e espiritual de Jesús. Pero, ¿qué significa el abandono de Dios? ¿Cuál es su significado más profundo? 

“La escritura dice en muchos pasajes que Dios abandona al pecador. Como Jesús ha tomado todos nuestros pecados, es como el pecador máximo de la historia siendo el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Así, sufre el abandono del pecador”, retrata.

“Ahora, ¿cómo sintió Jesús eso? Es incomprensible para nosotros. Yo digo en el libro que tenemos un pequeño punto de referencia en las experiencias de almas místicas que han sentido lo que se llama ‘la noche oscura del alma’, cuando no se siente a Dios […]. Esa ausencia, que es una purificación terrible para el alma, es la que Cristo sufrió de una manera indescriptible”, agrega Ibáñez.

El poder del silencio 

Varios comentan los sermones de Jesús, pero pocos intentan ahondar en su capacidad de permanecer sin palabras para expresarse. Sin duda, se trató de una forma de dar a conocer su espiritualidad. 

“En varios textos que citas, impresiona el silencio de Jesús. ¿Cuándo Jesús habla y cuando calla?”, pregunta Warnken.

“En los relatos evangélicos de la pasión del Señor hay algo que es casi un estribillo que es ‘Jesús callaba’. Sigue la acción y luego de nuevo ‘Y Jesús callaba’. Solo habló ante Pilato cuando tuvo que decir ‘¿eres tú el rey de los judíos?’. Ante las acusaciones de los judíos, callaba; pero cuando la autoridad religiosa del pueblo de Israel por representar a todo el pueblo lo conjura en el nombre del Dios vivo a responder, Jesús habla y dice lo que lo condenará”, cuenta Ibáñez.

“Es así como se convirtió en el reo más complaciente. Sabe que dice la palabra por la cual será condenado. Pero lo dice en este momento porque hay que hacerlo. Y agrega: ‘Un día me veréis en las nubes del cielo, a la derecha del gran poder'”, relata el sacerdote.

Revise las conversaciones de Cristián Warnken con José Miguel Ibáñez Langlois